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“Eje de la poesía panameña contemporánea, Demetrio Korsi (1899-1957) abandonó su modernismo formativo –en la línea de José Santos Chocano– para retomar una nueva ruta: la poesía nueva, arraigada en los elementos originales de Panamá como el submundo negro, la cotidianidad urbana y la vitalidad folklórica-popular”. Así caracteriza, en Literatura centroamericana. Diccionario de autores centroamericanos. Fuentes para su estudio, el historiador y crítico literario nicaragüense Jorge Eduardo Arellano a este imprescindible poeta y periodista. Estos rasgos se confirman en uno de sus más conocidos poemas, Incidente de cumbia, ambientado en un burdel cercano al Canal; los versos agudos reproducen el léxico de los afrodescendientes y de unas cuantas pinceladas plasma una escena del submundo nocturno y decadente del Panamá de principios del Siglo XX; el poema, que ha calado hondo en el alma de sus coterráneos por los rasgos identitarios a que alude, imita el ritmo del tambor que el personaje central, el negro Chimbombó, aporrea con sus manos hinchadas mientras sufre por el desprecio de la mulata Meme, quien baila con un gringo y luego sube con él a uno de los cuartos de aquel prostíbulo; el despechado amante va hacia ellos y los mata, para luego huir al Cauca. Desde la aparición de este poema, Chimbombó se convirtió en un personaje ampliamente analizado por la crítica y fuente de inspiración de numerosas obras. Es notable la crudeza con que se alude al resentimiento de los nativos hacia el extranjero, cuya muerte es celebrada por los asistentes que “sienten que, a la raza, Chimbombó vengó” y prosiguen la fiesta a la que, no obstante, algo falta.
Con queja de indio y grito de chombo,
dentro la cantina de Pancha Manchá,
trazumando ambiente de timba y kilombo,
se oye que la cumbia resonando está...
Baile que legara la abuela africana
de cadena chata y pelo cuscú;
fuerte y bochinchosa danza interiorana
que bailó cual nadie Juana Calambú.
Pancha Manchá tiene la cumbia caliente,
la de Chepigana y la del Chocó,
y cuando borracha se alegra la gente,
llora el tamborero, llora Chimbombó.
Chimbombó es el negro que Meme embrujara,
Chimbombó es el negro del gran corazón;
le raya una vieja cicatriz la cara;
tiene mala juma y alma de león.
¡Y el tambor trepida! ¡Y la cumbia alegra!
Meme, baila... el negro, como un animal,
llora los desprecios que le hace la negra,
¡y es que quiere a un gringo la zamba fatal!
Como un clavo dicen que saca otro clavo,
aporrea el cuero que su mano hinchó;
mientras más borracho su golpe es más bravo;
juma toca cumbia, dice Chimbombó...
Vengador celoso, se alza de un respingo
cuando Meme acaba la cumbia, y se va
cogida del brazo de su amante gringo
(rumbo al dormitorio de Pancha Manchá).
Del puñal armado los persigue, y ambos
mueren del acero del gran Chimbombó,
¡y la turbamulta de negros y zambos
sienten que, a la raza, Chimbombó vengó!
Húyese hacia el Cauca el negro bravío
y otra vez la cumbia resonando está...
¡Pero se dijera que no tiene el brío
de la vieja cumbia de Pancha Manchá!
Es que falta Meme, la ardiente mulata,
y es que falta el negro que al Cauca se huyó,
siempre habrá clientela y siempre habrá plata,
¡pero nunca otro hombre como Chimbombó!
La fábula en verso El gato y el ratón, del periodista, escritor y poeta mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi.
Roberto Santoro era un poeta emanado del pueblo.
Conocido por su habilidad para entrelazar temas sociopolíticos con historias personales y culturales.
José Esquivel Pren ubica dentro de los primeros poetas románticos que alcanzaran cierta fama a mediados del Siglo XIX.
Arístides Enrique José Roque Gandolfi Herrero es el nombre real de este escritor y revolucionario argentino; Álvaro Yunque es su nombre de batalla en las lides poéticas, desde donde combate “por la liberación económica del proletariado”.
La literatura se convirtió para ella, a partir de entonces en un refugio ante las carencias de todo tipo y comenzó a crear sus primeros textos, que nunca vieron la luz.
La condena al imperialismo, la denuncia de sus atrocidades y calumnias contra la URSS, así como la certeza del fin del capitalismo son la esencia del poema "Yo canto a Lenin".
Es poeta, ensayista y periodista.
Los versos agudos reproducen el léxico de los afrodescendientes y de unas cuantas pinceladas plasma una escena del submundo nocturno y decadente del Panamá de principios del Siglo XX.
Considerado el más famoso poema de Abelardo "Lalo" Delgado, este poema denuncia el desperdicio de talento de tantos migrantes, debido a que están condenados a la degradación y la violencia en una sociedad que los oprime.
Uno de los libros fundamentales en la obra del poeta veracruzano Rubén Bonifaz Nuño es Fuego de pobres (1961), su autor reconocerá que con este volumen “comenzaba ya el cambio; lo otro era personal; Fuego de pobres puede ser ya colectivo”.
Ha publicado unos cuarenta libros de poesía, ensayo y narrativa.
Ha ganado galardones para su poesía en La India, EE. UU., Canadá, Grecia, China y Rusia, además del Premio de la Unión Mongol de Escritores.
Antolorgía de poetisas del 27, de Emilio Miró, es un importante esfuerzo para revalorar la obra de cinco poetisas españolas de la “Generación del 27”, entre ellas, Concha Méndez y Rosa Chacel.
Su cuarta recopilación, No queda mucho tiempo para amar fue un punto de inflexión en la carrera del poeta, como análisis de la aceptación de la vida, y las maravillas de la naturaleza.
Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.