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La crisis de salud generada por la pandemia del Covid-19 brindará múltiples enseñanzas a los países del orbe; pero, sin duda, los que más y mejor pueden aprender de ella son las naciones del llamado “tercer mundo”, que durante siglos han padecido el yugo o las botas de gobiernos autoritarios o, en el mejor de los casos, la careta de la “democracia liberal” de las burguesías explotadoras.
A la crisis sanitaria se han sumado varios de sus efectos: más de 250 mil muertos, mayores problemas de alimentación y desempleo en centenares de millones de personas y, asimismo, sentimientos de angustia, dolor, tristeza e impotencia como nunca antes se habían visto. En algunos países se desataron ya la molestia y el coraje contra gobernantes ineptos y demagogos. En el caso de México, una crisis económica y política llevó a otra, de la cual aún se desconoce su hondura.
La salida que la mayoría de los gobernantes del planeta dieron a la pandemia nunca fue al fondo del problema, como se ha visto en los resultados del enclaustramiento y el aislamiento, que solo sirven para ralentizar la propagación del virus, sin que además lograra evitar que los hospitales se saturaran, pese a que la mayor parte de la gente se alarmó y guardó en casa al hacer caso de sus fuertes campañas informativas.
El gobierno, desde el inicio y ahora, ha estado dosificando (manipulando, sería más correcto decir) las cifras de contagios y muertes, pero gradualmente fue soltando mensajes con los que quizás pretende sugerir los verdaderos datos. Esto se advierte cuando señala que la cifra de contagiados puede ser ocho o 10 veces superior a la que oficialmente proporciona.
La pandemia en nuestro país no se atendió médicamente a tiempo porque el gobierno no reaccionó como debía hacerlo. Prefirió ir lentamente y hoy es una gran noticia, casi de ocho columnas, la llegada de un ventilador. El Gobierno Federal sabía que el sistema de salud es ineficiente, insuficiente y que miles de personas morirían. Hoy, cada dos horas mueren dos mexicanos; pero con la aplicación del famoso método “centinela” de Hugo López-Gatell es posible calcular que en realidad esté muriendo una persona cada minuto.
La repuesta del gobierno de López Obrador (AMLO) fue y sigue siendo insuficiente. Primero porque no hubo un plan inicial bien estructurado y se tomaron medidas tarde y segundo porque los programas federales se aplicaron de la misma forma, es decir, estuvieron dirigidos a sectores específicos de la población como los adultos mayores y se suspendió el apoyo a la gran mayoría de las personas en edad de trabajar, que resultaron afectadas por el desempleo. El ejemplo más vistoso de esta situación lo ofrece la Ciudad de México (CDMX), donde están cerrados temporalmente 40 mil negocios.
Se asegura que los programas asistencialistas el Gobierno Federal benefician a unos 20 millones de personas; pero en el país, los mexicanos que carecen de lo más indispensable para comer, vestir y tener una vivienda digna son 100 millones. Hoy el Covid-19 ha rebasado y exhibido esos programas sociales, la mayoría de evidente tinte electorero. AMLO y su gobierno morenista querrían ocultar esto, pero la crisis sanitaria y económica han logrado exponerla con absoluta claridad.
El coronavirus no se irá tan fácilmente en las semanas o meses próximos. Es posible que dure años y que genere más muertes, aunque sea en menor proporción. Con el Covid-19, muchos mexicanos podrán ver con mayor claridad la pobreza de la mayoría de sus connacionales, el tamaño real de la propia y el alto grado de manipulación que el gobierno utiliza para ocultar cifras no solo de la pandemia. El pueblo mexicano tendrá que despertar y observar que la clase trabajadora produce y genera la riqueza nacional, pero que de ella le regresa muy poco y que la inmensa mayoría se queda en unas cuantas manos. En esta pandemia, el pueblo carga con los mayores sufrimientos, no come y ve morir a sus semejantes por carecer de atención médica y comida. Una vez que asuma esta realidad, y ya bien educado y organizado, podrá liberarse y hacerse justicia.
Nuestra nación es un país enfermo porque las necesidades del pueblo no están mínimamente atendidas. No hay vivienda, salud, educación, salarios dignos. No existe un gobierno preparado y competente para sacar al pueblo del atraso económico y de su lacerante situación de pobreza. En México se produce mucha riqueza, pero más de 100 millones viven en el abandono total. Por el momento, querido lector, es todo.
Un factor central para reducir la pobreza es alcanzar un alto nivel de crecimiento económico, al menos entre el seis y el siete por ciento, de manera gradual y sostenida.
El dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, afirmó que el INE y el Gobierno Federal deben garantizar la celebración de elecciones limpias y alejadas de interferencias de funcionarios del gobierno y del crimen organizado.
El cierre de centros educativos y la desigualdad generada por educación en línea está repercutiendo en los 167 millones de estudiantes de la región.
López Obrador sigue siendo un presidente que siempre busca distractores y ante las crisis que presenta nuestra nación reacciona muy tarde.
¿La razón? Dice tener ahorrados 32 mil millones de pesos para el abastecimiento de vacunas.
Algunos de los afectados sostienen que el Presidente no entiende los términos del tratado referido y las posibilidades que México tiene para evitar la aguda crisis que sobrevendría.
"El grupo responsable de esta acción policiaca, en su afán de obtener resultados positivos, actuó de manera precipitada"
Ahí está el Templo Mayor, que debe recordarnos la capacidad destructiva de un solo hombre.
Las tarjetas de bienestar que el gobierno de la Cuarta Transformación (4T) usa para distribuir apoyos asistencialistas forman parte del proyecto “Inclusión Financiera”.
Ricardo Anaya consideró que al presidente Andrés Manuel López Obrador “lo traicionó el subconsciente” cuando dijo que había presentado las 20 iniciativas en este momento porque “vienen las elecciones”.
El candidato del PRI Adrián de la Garza, la FGR señaló violaciones a la ley electoral por la compra y coacción del voto a través de la entrega de la famosa “tarjeta rosa”.
Las nuevas banderas que la izquierda enarboló embestían, como los toros, contra todo lo que pareciera rojo. Abandonaron el marxismo y fueron en busca de “nuevos contenidos” teóricos, menos “intransigentes” y más “aceptables”.
“Sostenemos que estamos siendo víctimas de una represión política, Santiago Nieto está utilizando la facultad que tiene para congelar cuentas".
Morena, congruente con su ideario político, lo que pretendía y logró fue: mantener la pobreza subsidiándola. No hubo ninguna sola reforma que atentara contra la desigualdad, todas estaban encaminadas a sostenerla.
Es necesario recordar que la liberación del pueblo solo puede ser obra del pueblo mismo, y que éste debe poner manos en la obra.
“Los que se inundan son la gente pobre”, declara gobernador de Morena
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).