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Los resultados en las elecciones intermedias del seis de junio no fueron la debacle para el Presidente de la República y su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena); pero tampoco representaron el triunfo aplastante y fácil que esperaban… semanas antes, en ambos ya se percibía preocupación e inseguridad por el futuro inmediato; los llamados a defender sus “conquistas” y su “transformación” de los enemigos conservadores que intentaban “restablecer la corrupción”… los ataques y la campaña de descalificación contra el Instituto Nacional Electoral (INE) por parte del Ejecutivo Federal y toda la propaganda electoral morenista reflejaban desesperación ante los avances del bando contrario.
Finalmente conservaron la supremacía legislativa y su dominio en varios gobiernos estatales y municipales; pero con dificultades y sin el nivel de aceptación y preferencia que habían alcanzado en 2018.
Una parte no despreciable de los electores que los llevaron al poder hace dos años y medio mostró decepción y rechazo, retirando su voto, o dando un “voto de castigo”, como puede llamarse a este acto de condena al gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) que, aunque ahora puede respirar más tranquilamente por haber mantenido su hegemonía en el Congreso de la Unión, muy pronto comenzó a perder la simpatía que le dio, hace dos años y medio, un amplio margen de ventaja.
La euforia por el triunfo electoral en 2018, la obtención del Poder Ejecutivo, tan largamente ambicionado, el contar con la superioridad numérica en el Poder Legislativo parecen ser los factores que condujeron al gobierno de la 4T a la centralización de los poderes, al autoritarismo, la intolerancia, la actitud soberbia ante cualquier crítica o punto de vista diferente al suyo; al abuso de su libertad sin límites para cambiar leyes, eliminar proyectos, desaparecer instituciones y programas creados en sexenios anteriores.
A este uso excesivo del poder están ligados todos los errores cometidos por el gobierno de la 4T; y sus consecuencias no han pasado desapercibidas para la población. Algunos de estos errores se entrelazan, reflejando su demagogia, falta de visión y desprecio por el interés de las mayorías: la obstinación en realizar megaproyectos en lugar de suspenderlos para invertir en salud pública ante el inminente arribo del Covid-19 y la tardía reacción ante las advertencias y recomendaciones internacionales para enfrentar la pandemia.
Consecuencia de estos errores son la escandalosa cifra de decesos, que a decir de especialistas de altísimo nivel pudo ser menor; la desaparición del seguro popular, que con todo y sus deficiencias respondía a las necesidades de atención médica de millones de mexicanos y que tuvo un efecto inmediato, porque la pandemia encontró al pueblo en un mayor desamparo; la desaparición de los fideicomisos y fondos de protección social no han dejado de provocar inconformidad, indignación y condena al gobierno de López Obrador. También despertaron malestar social las reformas constitucionales realizadas a todo vapor y ajustándose a la política y metas del partido en el poder, con miras a conservar su predominio electoral.
Los anteriores son apenas algunos aspectos de la errónea política morenista que se reflejó en su pérdida de aceptación y apoyo en la votación del seis de junio. De lo ocurrido en la jornada electoral de este domingo se desprende una eficaz receta para perder popularidad en dos años: negarse a escuchar los planteamientos y reclamos de organismos autónomos, intelectuales, maestros, estudiantes, feministas, etc.; cancelar programas sociales en detrimento de mujeres violentadas, niños con cáncer y enfermos de VIH; descalificar y burlarse de opositores, desatando una feroz persecución mediática y judicial contra quienes se atrevieron a disentir del Ejecutivo; extralimitarse y olvidar la división de Poderes y atropellar las leyes; observar una conducta injerencista en los comicios pese a todos los llamados de la autoridad electoral. El PRI tardó mas de 70 años y el PAN dos sexenios en sufrir el mismo desgaste que Morena enfrenta antes de cumplir tres años de su arribo a Palacio Nacional.
Es un error destinar el 27.5 por ciento del PEF 2021 a programas sociales, cuyos apoyos son de entrega directa, porque su impacto es mínimo en la recuperación económica.
El Presidente de la República, en su afán de combatir la corrupción, ha atropellado instituciones, despedido especialistas, reducido el presupuesto a universidades y centros científicos como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Puebla, en dos encuestas, se ha reflejado como uno de los estados peor evaluados; incluso, en los últimos meses del 2019.
En los próximos años y el sexenio que iniciará en 2024, la situación mejore y se abra la posibilidad de que los intereses del pueblo mexicano lleguen a estar verdaderamente representados.
El 44 por ciento de los encuestados consideró que la corrupción en México ha aumentado en el curso de este año. En los servicios públicos, las personas denunciaron que los sobornos aun operan en 52%.
México está entregado a las decisiones de EE. UU., por lo que sus decisiones como país están ligadas a las de los poderosos de Norteamérica. Así, eso de que el neoliberalismo está acabado por decreto es mentira. Y explico por qué.
“Nosotros le pedimos al gobernador Cuitláhuac que voltee a ver a los campesinos indígenas de Soteapan; aquí hay mucha pobreza", dijo uno de los vecinos.
Hicieron un llamado al Congreso de la Unión a fortalecer a los campesinos mediante la reorientación del presupuesto y programas estratégicos.
El Plan de Gobierno 2018-2024 de AMLO tienen un contenido esencialmente neoliberal
La alcaldesa pertenece al mismo partido que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y que el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.
El ciudadano común vive en la zozobra esperando no ser un número más de la nota roja.
La ONU advirtió sobre la militarización de la seguridad pública.
No fue sólo el huracán “Otis” el que destruyó Acapulco. En todo caso, con su implacable poder natural y su arrolladora fuerza, lo que dejó al descubierto fue el fracaso de la política nacional y la continuidad discursivamente negada de la práctica del neoliberalismo en nuestro país.
“México ocupa el primer lugar a nivel mundial en violencia infantil, así como uno de los países más inseguros para las mujeres".
En su tercer mensaje, el consejero presidente del INE destacó que el porcentaje de votación fue de entre el 51 y el 52 por ciento.
Escrito por Redacción