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Las prioridades de la 4T
A pesar de todo, el Gobierno Federal se obstina en no aplazarlas un solo día, privilegiando su relación con los grandes grupos de inversionistas, interesados en que sus capitales participen en estas grandes obras.
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Igual que en otros países, en México, los expertos advirtieron claramente acerca del peligro del Covid-19 y de la necesidad de tomar oportunamente medidas preventivas; era urgente que el gobierno protegiera a la población, estableciera lineamientos para que los mismos ciudadanos se protegieran, en la medida de sus posibilidades; sin embargo, repitiendo los errores cometidos en países como Italia y España, no se tomaron en serio las recomendaciones ni el ejemplo de naciones que ya se encontraban librando la guerra contra el coronavirus.

Después de los primeros casos de contagio, altos funcionarios mexicanos todavía se mostraban burlones, escépticos, reacios a destinar recursos para prevenir la propagación del mal; para unos era una enfermedad de los ricos y para otros la protección vendría del cielo. Hoy, cuando la pandemia avanza hacia su tercera fase y el número de muertos aumenta, el gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) llama a hacer caso a las recomendaciones, a permanecer aislados en sus casas; pero el gabinete presidencial no parece haber aprendido la lección ni está dispuesto a enmendar sus errores y actuar con rapidez, escuchando los consejos de gente preparada, de científicos, médicos y estudiosos del problema. En lugar de ello, a quienes recomiendan aplazar las obras multimillonarias y dar prioridad a la protección de los mexicanos, se les vuelve a descalificar públicamente. Las prioridades del Gobierno Federal se revelan como diametralmente opuestas a las de la mayoría.

En estos días, cuando lo población mexicana se encuentra en peligro, cuando la pandemia es una realidad y es obligación del gobierno de México proteger de ésta a los ciudadanos, el tema de las grandes obras y de los cuantiosos recursos destinados para los megaproyectos del gobierno de la 4T se vuelve a poner en primer plano. Nuestro Reporte Especial recoge, esta vez, no solo el cuestionamiento a estas obras faraónicas, sino la recomendación de economistas, empresarios, y organizaciones sociales defensoras de las comunidades indígenas y del medio ambiente, que alzan la voz para exigir que se posponga su construcción para destinar recursos al combate de la pandemia, a proteger la salud de los mexicanos y a salvar vidas.

Cada una de las grandes obras emblemáticas de la 4T, dicen algunos, fue cuestionada por especialistas desde el principio, en cuanto fueron propuestas y se dio a conocer cada megaproyecto. A pesar de todo, el Gobierno Federal se obstina en no aplazarlas un solo día, privilegiando su relación con los grandes grupos de inversionistas, interesados en que sus capitales participen en estas grandes obras, especialmente en la explotación de los recursos naturales del sur de nuestro país. No solamente son la ingenuidad y la ignorancia el fondo de esta prioridad; detrás de la terquedad oficial, se agazapan poderosos intereses económicos; en fin, no es el beneficio del pueblo el motor de las megaobras, sino el interés privado, el del capital trasnacional, que ha convencido a los políticos.

La misma resistencia del Gobierno a tomar medidas urgentes de protección ante la posible llegada del coronavirus a México; la misma negativa a tomar en serio la amenaza y destinar recursos importantes para proteger a la población. La historia se repite: ante los hechos, solo falta que los funcionarios insistan en que la enfermedad solo ataca a los ricos o que contamos con la protección divina y con ella alejaremos al enemigo malo.

Hoy, cuando se levantan voces de especialistas en Economía recomendando que se aplacen (no que se cancelen) tales megaproyectos y se destinen esos recursos a atender la situación de emergencia que vive el país, la respuesta es la ratificación de las grandes obras y la burla contra quienes se atreven a solicitar que el gobierno cambie su prioridad, proteja a la población de la pandemia y a la economía nacional de la crisis económica. La respuesta del Presidente es: “ni un paso atrás”, las grandes obras del sexenio no se detendrán por nada. A eso llama el gobierno de la 4T proteger los intereses del pueblo.


Escrito por Redacción


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