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Nuestros primeros hermanos genéticos –primeros primates– datan de unos 65 millones de años; los humanos tenemos alrededor de 100 mil años de existir, desde que se produjeron las primeras modificaciones a algunas herramientas que permitieron la sobrevivencia. Existe evidencia de que por aquel tiempo los humanos morían jóvenes y eran alimento de otros depredadores. La sobrevivencia fue posible gracias a nuestra capacidad de adaptación y de la invención del lenguaje, que permitió colectivizar nuestras capacidades cognitivas. El lenguaje numérico fue fundamental para nuestra sobrevivencia.
Las palabras, como parte del lenguaje, establecen una forma de etiquetar ideas preexistentes. No es posible generar una palabra para algo que no existe previamente, salvo que la inventemos como objeto ficticio, capacidad que desarrollamos los seres humanos a través de cientos de miles de años. Muchas de estas ideas no son innatas al ser humano, por ejemplo, no podemos decir que la rueda y su eje, que permitieron el transporte humano, hayan sido una idea innata en el ser humano; incluso existe evidencia de civilizaciones que nunca lo concibieron, los incas, por ejemplo. Tampoco podemos decir que sea una idea preexistente en nuestra mente; para ello, necesitaríamos nacer con un conjunto de herramientas cognitivas (números) y luego generar herramientas verbales para describirlo e interpretarlo. Es por ello que es un objeto ficticio, como cualquier objeto matemático. Podemos decir que existen otras cosas que son innatas al ser humano, como el instinto de sobrevivencia, la adaptación o el instinto de aprendizaje, que percibimos desde que nacemos. Sin estas cualidades innatas, nos hubiéramos extinguido en poco tiempo.
La pregunta natural que podemos hacernos es ¿cuál sería la idea preexistente para inventar los primeros números? o ¿cómo hemos desarrollado la capacidad de inventarlos? La respuesta se pierde en la nebulosa del pasado remoto, la neurociencia podría –algún día– darnos la respuesta precisa. Sin embargo, desde la evidencia científica sabemos que existen pueblos anuméricos, pueblos que no distinguen más allá del 3, para luego solo estimar cantidades de objetos, evidenciando las dificultades para diferenciar entre 6 o 7 objetos, por lo tanto, sin entendimiento conceptual de los números a partir del 4. Estas capacidades cognitivas limitadas son compartidas con los bebés prelingüísticos y algunas especies de animales. Si asumimos que éstas son nuestras capacidades numéricas innatas, ¿cómo hemos generado los demás números?, al parecer la clave está en superar nuestra limitada capacidad de diferenciar cantidades, al principio de manera imprecisa, en donde tuvo que inventarse algún proceso ligado a nuestra experiencia física, según los antropólogos. Gracias a que fuimos adoptando una posición bípeda, que permitió mirar nuestras manos, mirar a nuestro alrededor, coger nuestro alimento, ver más posibilidades de sobrevivencia y adaptación, se estableció la primera idea de coordinación con los objetos, para así ir pensando en el 4 como 2 y 2, pensar en cinco coordinando con nuestra mano como 4 y 1. Seguir coordinando con nuestra segunda mano llegamos al 10, cuando las cantidades de alimento eran mayores, coordinamos también con los pies y llegamos al 20. La coordinación se complejiza, desde el 4 fue necesario inventar símbolos materiales y una palabra para esta idea. Símbolos materiales que han sido evidenciados en el Hueso de Ishango, con una data de 25 mil años.
El etiquetado de estas primeras ideas numéricas generó un lenguaje colectivo que permitirá ir aumentando nuestras capacidades cognitivas; es decir, se inventa un modo de pensar en las cantidades, generando un producto lingüístico y, por lo tanto, cultural. Sea cual fuera el signo o palabra usada en el etiquetado, la idea conceptual de cantidad es lo central en la invención de los números, la idea de ordenación aún no estaba presente, ni mucho menos ligado a las formas (geometría).
El lenguaje formal, que es invención exclusivamente humana, sirve para precisar ideas, como herramienta sintáctica, las diversas técnicas prácticas que se generan son herramientas para operativizar las ideas matemáticas, pero lo esencial en la matemática no son estas herramientas, sino las ideas a través de conceptos. Desde el nacimiento de los primeros rudimentos de la matemática –primeros números– lo esencial son las ideas, los conceptos. En la matemática hasta el día de hoy, así debemos entenderlo.
Es considerado el más prolífico de los matemáticos; su nombre figura en fórmulas, teoremas, números, integrales y constantes en distintas ramas de la matemática.
Marx incluyó en su obra El Capital las características de la agricultura capitalista, la cual extraía más nutrientes del suelo de los que le devolvía, dejando a las tierras infértiles.
Las lombrices desempeñan un papel fundamental en la producción de granos; sin ellas no podríamos comer pan dulce ni esos deliciosos bolillos recién horneados o tortillas recién salidas del comal.
A bordo del cohete Centaur, de la empresa United Launch Alliance (ULA), viajan cinco robots diseñados por la UNAM, mismos que podrán desplazarse de manera autónoma por el suelo de la luna.
En nuestros días, los científicos discuten con gran preocupación el posible aumento, en las futuras generaciones, de enfermedades o males derivados del efecto ambiental catastrófico más grande después de la época de las postguerras.
Las guerras biológicas permiten combatir a los enemigos sin confrontarse físicamente y han sido practicadas a lo largo de la historia. Los primeros usos de agentes biológicos se remontan a tres mil 500 años.
Alrededor de 20 especies de ciempiés podrían ser clave en el desarrollo de nuevos tratamientos médicos.
En los últimos 400 mil años, la concentración de CO2 atmosférico varió de 180 a 300 ppm
Entre los hallazgos se identificaron decenas de moluscos, tres peces y un camarón, además de una enigmática criatura que desconcertó a los científicos.
Con la muerte de Arquímedes se inicia el ocaso de los griegos, en el año 146 a.C. los romanos invadieron Cartago y el Mediterráneo, menos Egipto.
En México hay aproximadamente dos mil especies de abejas nativas. A diferencia de las melíferas, que viven en colonias (colmenas) con su reina y obreras, la mayoría de las nativas son solitarias.
La proteína es un macronutriente indispensable para el crecimiento y el mantenimiento de órganos y músculos en el cuerpo de los animales.
El Siglo XXI es de la comunicación matemática, espero que en el futuro se sumen una mayor cantidad de divulgadores y difusores del conocimiento matemático, así la contribución para nuestra sociedad será enorme, entre sus muchos beneficios, porque mejorará la educación ciudadana.
En lo que va de 2019 México ha registrado 74 mil 277 casos de dengue, cifra que lo ubica en el cuarto lugar de América Latina, solo después de Brasil (un millón 958 mil 31), Nicaragua (94 mil 513) y Colombia (84 mil 644).
Esencialmente el método filosófico propuesto por René Descartes tenía una inspiración matemática, a saber: No admitir nada absolutamente evidente.
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Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla
Colaborador