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Irán, de pie frente a la guerra imperialista
Tras retirar a su país del pacto firmado por las potencias nucleares con la República Islámica de Irán, el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald John Trump, avivó las sanciones contra el país.
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Foto: Víctor de la Cruz M.

Tras retirar a su país del pacto firmado por las potencias nucleares con la República Islámica de Irán, el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald John Trump, avivó las sanciones contra el país. Esta guerra híbrida de la Casa Blanca y sus aliados castiga a los sectores energético y financiero del Estado persa y a empresas extranjeras que negocian con Teherán. El objetivo consiste en agobiar a los iraníes para cambiar al gobierno; pero la diplomacia del presidente iraní Hasán Rohaní ha frenado esos planes. La Casa Blanca sabe que atacar a Irán incendiaría la región más estratégica del planeta, de ahí que Trump haya moderado el tono de su agresiva retórica.

Tras el triunfo de la Revolución Islámica de 1979 en Irán, EE. UU. suspendió los activos y reservas de oro iraníes en sus bancos. Cuatro décadas después, Washington persiste en ese bloqueo económico-financiero porque pretende causar penuria al pueblo iraní para generar inconformidad popular y que se exija un cambio de gobierno. Otro objetivo es que las autoridades de Teherán lleguen debilitadas y de rodillas a la mesa de negociaciones. Sin embargo, esta idea solo confirma la profunda ignorancia de Trump tanto de la política interna como del liderazgo iraní.

Desde el más alto foro mundial, en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de Irán, Hasán Rohaní, uno de los líderes internacionales más esperados, declaró: “Quiero anunciar que nuestra respuesta a cualquier negociación bajo sanciones es negativa”. Era el 25 de septiembre cuando el mandatario afirmó que Irán no negociará con “un enemigo que busca que Irán se doblegue utilizando armas de pobreza y presión.” Y puntualizó que, para todo diálogo, EE. UU. debe cumplir los compromisos del Acuerdo Nuclear del que Trump retiró a su país en 2018.

Desde que asumió el cargo, al presidente Rohaní es visto por sus conciudadanos y gran parte de la comunidad internacional como un líder prudente, moderado y hábil diplomático. Se ha pronunciado a favor de mejorar las relaciones con EE. UU. y sus vecinos a pesar de la política de fuerza de Washington, que reforzó sus sanciones económicas.

Antes de partir hacia Nueva York, el presidente Rohaní denunció que EE. UU. quiere el control total de la región del Golfo Pérsico y del petróleo de la parte oriental de Arabia Saudita.

Entrevistado por Fox News, Rohaní manifestó que ese país “quiere aprovechar y firmar contratos de sistemas de defensa por miles de millones de dólares con países de la región, lo cual confirma que ése es su objetivo para continuar con su presencia en la zona”.

En esa cita anual de jefes de Estado y de gobierno en la ONU, era obvio el contraste de posiciones: Donald Trump llamó al mundo a actuar contra Irán y el presidente Rohaní propuso su plan de paz en el Golfo Pérsico y el mar de Omán a los países de la región (Irak, Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait).

Rohaní se reunió con la canciller alemana Ángela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron, el presidente español en funciones Pedro Sánchez y el primer ministro británico Boris Johnson. Esa diplomacia defensiva del líder iraní intenta evitar que Occidente impida que Irán disponga de su riqueza energética, afirma el politólogo Rodolfo Bueno.

¡De locos ir contra Irán!

La tensión entre Washington y Teherán aumentó en las últimas semanas tras el ataque a las instalaciones de la empresa saudita Aramco, en el campo petrolífero de Khurais y la refinería de Abqaid. Pese a que los combatientes hutíes de Yemen reivindicaron el acto, Occidente atribuyó la responsabilidad a Irán, fiel a su guion de atribuir las causas de todo conflicto regional al Estado persa.

Con ese alegato, Trump aumentó la presión sobre Teherán y ordenó las “sanciones más altas que jamás se hayan impuesto un país”, entre ellas, asfixiar económicamente al banco central iraní. Además, aprobó el envío de tropas a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (UAE).

 Según el jefe del Pentágono, Mark Esper, es una misión de defensa aérea y misilística “sin ataques a gran escala”, aunque contempla “operaciones clandestinas” contra sitios estratégicos (sitios de lanzamiento de drones y arsenales), reveló The New York Times. Las autoridades iraníes reiteran que no quieren una guerra, aunque aseguran que responderán con todos los medios a su alcance en caso de ataque.

Nadie en el planeta quiere las guerras de Donald Trump y sus escasos aliados, advierte el historiador Vijay Prashad. Y cuando despidió a su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, se esperaba un alivio pero no fue así, pues Bolton no es el único que desea una guerra con Irán. La quieren el secretario de Estado, Mike Pompeo “y una legión de traficantes de armas, cabilderos, halcones del establishment y locos que creen que EE. UU. debe bombardear a Irán en nombre de Israel y Arabia Saudita”, agrega el también periodista Prashad.

Y aunque los estrategas saben que un ataque contra Irán desestabilizaría todo el Golfo Pérsico, EE. UU. y sus aliados en la región ya libran dos batallas contra Irán: una en el nivel militar y otra en el ciberespacio, dice el analista Carlos de Urabá, del portal periodístico El Salto. Tan intensa es esa ofensiva que el ministro de Comunicaciones iraní, Azari Yahromi, confirmó que se han neutralizado millones de ataques cibernéticos lanzados por el Departamento de Defensa estadounidense y la Mosad israelí.

Irán está bajo intensa vigilancia de satélites espías, drones y aviones awaks que salen de las bases de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Turquía y países árabes. Esa guerra cibernética pretende “lobotizar cerebros y manipular mentes hasta crear un clima enrarecido que provoque la implosión del sistema”, advierte Urabá. Para mostrar el alcance de la agresiva campaña en su contra, Irán exhibió hace días los restos de 10 aviones no tripulados derribados o capturados por sus fuerzas de seguridad. Ocho pertenecían a EE. UU., uno al Reino Unido y otro a Israel; tenían diferentes usos: desde vigilancia e identificación de guerra electrónica hasta la recopilación de información y señales. La exposición pública fue en el Museo de la Sagrada Defensa. Así respondió la Revolución Islámica a la violencia en su contra.

Geopolítica: entre pactos, sanciones y guerra

11.II.1979            Triunfa la Revolución Islámica y depone al aliado de EE. UU., el sha Mohamed Reza Pahlevi.

1984-1987           Instituciones financieras prohíben emitir créditos a Irán. Se cancela el comercio entre EE. UU. e Irán.

1995-1996           Se suavizan las sanciones contra Irán, que reinician su comercio con terceros países. EE. UU. advierte que sancionará al país que invierta más de 20 millones de dólares en la industria petrolera iraní.                             

2010      Irak, Irán y Siria pactan construir un gasoducto del yacimiento iraní South Pars a Homs para unir al Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo, y que gas iraní llegue a la Unión Europea.

2012      Nuevas sanciones contra empresas e individuos relacionados con la pacífica industria nuclear de Irán.

3.VIII.2013          Hasán Rohaní es investido presidente de Irán. Es abogado y exdirector del Centro de Investigaciones Estratégicas, entre otros altos cargos.

22.III.2015           Hutíes de Yemen ocupan Saná, la capital. El presidente Mansur Hadi se asila en Arabia Saudita, que lidera la Coalición Internacional y combate a los hutíes.

14.VII. 2018        Firma del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) o Acuerdo Nuclear del Grupo 5+1 (EE. UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania).

Mayo 2018          Donald Trump retira a su país del Acuerdo Nuclear.

21.VI.2019          Trump ordena atacar objetivos en Irán, pero cancela minutos antes de iniciar. Habla de su disgusto por la presión de los halcones (como su asesor de Seguridad Nacional) para aprobar ese ataque.

14/IX     Drones bombardean instalaciones de la petrolera saudita Aramco; hutíes de Yemen reivindican el ataque. El precio del petróleo alcanza su nivel más alto.

16-19/IX              Mike Pompeo afirma que ese ataque es un “acto de guerra”. Horas después cambia de retórica y afirma que su país quiere una solución pacífica en la región.

22/IX     Irán libera al petrolero británico Stena Impero y sus 23 tripulantes, retenido por la Guardia Revolucionaria el 19 de julio acusado por violar las normas de navegación en el estrecho de Ormuz.

25/IX     Tras reunirse con las potencias integrantes del Acuerdo Nuclear, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, afirma que las partes “siguen comprometidas”, aunque señala que cada vez resulta más difícil preservarlo.

 

IRÁN NO NEGOCIA BAJO PRESIÓN: EMBAJADOR MOHAMMAD TAGHI HOSSEINI

Entrevista con el excelentísimo doctor Mohammad Taghi Hosseini, embajador de la República Islámica de Irán

El Presidente de Irán, Hasan Rohaní, descartó negociar con EE. UU. mientras continúen las sanciones. ¿Cuál es su reflexión?

-Nunca decimos que no negociaremos, pero buscamos que esos diálogos tengan un propósito, pues no servirá a nadie si solo es para tomarse unas fotos. Hay que considerar que Irán nunca abandonó la mesa de diálogo, ya que mantuvo negociaciones muy largas con países del grupo P5+1 y el resultado fue el Acuerdo Nuclear.

Lo declarado por el presidente Rohaní es lo que siempre hemos dicho: que EE. UU. vuelva a cumplir con sus compromisos. En esas condiciones podríamos seguir con las negociaciones ¿Qué sentido tendrían cuando EE. UU. no ha cumplido con ninguno de sus compromisos y ha cometido fuertes acciones de terrorismo económico contra Irán? Por otro lado, Irán ha dejado claro que nunca entrará a una negociación bajo presión de las sanciones.

La tensión subió en el Golfo Pérsico tras el ataque a Aramco. En Occidente todos los dedos apuntaron hacia Irán.

-Insisto en que esas acusaciones no ayudan, pues carecen de todo tipo de evidencia y no hay ningún documento que justifique su veracidad. Por ejemplo, se dio un acuerdo de compra de armas entre Arabia Saudita y EE. UU. por 110 mil millones de dólares. Eso implica que compraron armas de monitoreo y de última generación; además, las fuerzas de EE. UU. vigilan todo el tiempo los movimientos en la zona. Entonces ¿cómo es posible que Irán atacara esas instalaciones sin que los acusadores muestren evidencias que justifiquen su versión?

Desde mi perspectiva, es muy difícil que EE. UU. y Arabia Saudita acepten que un enemigo tan débil como Yemen haya dado un golpe a tan gran escala. Eso es una vergüenza para EE. UU., pues recibió mil millones de dólares de los sauditas para garantizar su seguridad en la zona y ven que un país como Yemen, que no cuenta con tanto armamento y avanzada tecnología, logró dar ese golpe contra instalaciones que se cuidan de forma tan especial.

Para superar esa vergüenza les viene mejor acusar a Irán que, como se sabe que es poderoso y ha demostrado su avance militar defensivo y tecnológico, salvan así su honor. La realidad es que Irán no tiene ningún motivo ni ninguna necesidad para actuar de esa forma.

EE. UU. proporciona armas tan avanzadas a los sauditas que en Yemen no ha quedado ningún lugar libre de bombardeos: hospitales, transporte con niños que iban alegremente a sus escuelas y zonas residenciales. Si atacan a la gente y lugares de esa forma ¿Qué esperan, que les regalen ramos de flores?

Sinceramente no me alegra que esas instalaciones sauditas hayan sido objetivo de ataques yemeníes, pues el producto de esa infraestructura debe servir al bienestar de la gente de la región. Irán, como vecino de la zona, ha dicho que esa guerra debe terminar cuanto antes, un día de guerra causa grandes daños y pérdidas.

Desde el principio señalamos que atacar a Yemen era un error. En 2015 presentamos un plan de paz ante el Consejo de Seguridad y creemos que es aún vigente para solucionar ese problema, pues contempla que acabe la guerra cuanto antes para que aumente la ayuda humanitaria internacional. Que dialoguen yemeníes entre yemeníes y solo ellos decidan quién los gobierna y los demás países pueden ayudar en ese proceso, pero sin imponerles nada.

Espero que esta guerra acabe lo antes posible y que nunca más seamos testigos de lo que pasó en la petrolera saudita o de lo que está pasando con el pueblo yemení. Realmente queremos tener una región tranquila; que, en vez de amenazas y guerras, solucionemos con negociaciones y diálogo donde todos colaboren.

El presidente Rohaní presentó ante la ONU su Plan Ormuz ¿En qué consiste?

-Así es. El Dr Rohaní presentó el plan de Aliados de la Paz por la Esperanza y por la Paz de Ormuz. Creemos profundamente que todos los países de la región deben participar en ese mecanismo de consordia; nunca hemos creído conveniente excluir a ninguno en este proceso. Incluso pensamos que con los vecinos se puede formar una Alianza de Cooperación para la Paz en el Golfo Pérsico y el Mar de Omán.

Anteriormente, Irán ofreció el Mecanismo de Cooperación Económica en el Golfo Pérsico, además de firmar el Acuerdo de No Invasión Mutua. También propusimos la garantía de libre navegación en la zona y el uso libre a todos los países en esa zona marítima, así como el derecho de los países fronterizos a circular sin riesgo. A la par, planteamos la cooperación para el desarrollo y bienestar de los pueblos de la región con diálogos continuos para resolver problemas que surjan. Desafortunadamente, nuestros vecinos no han aceptado esas ofertas.

La sangrienta e ignorada guerra en Yemen.

Desde 2015 Yemen vive un grave conflicto interno y con múltiples actores armados (EE. UU., Arabia Saudita y sus aliados, e Irán). Pese a su importancia geopolítica, por su estratégica ubicación entre el Cuerno de África y Medio Oriente, es el país más pobre del Golfo Pérsico. Es significativo que Occidente no levante la voz porque ahí 25 millones de personas requieren ayuda humanitaria; 3.3 millones han sido desplazados y dos millones de niños no van a la escuela, según han revelado distintos órganos de la ONU.

La guerra se libra sin respeto al derecho internacional humanitario, ni distinción entre civiles y combatientes, denuncian analistas de la Escuela de Cultura de Pau de la Universidad de Barcelona. La coalición “ha cometido ahí crímenes de guerra” con bombas guiadas por láser GBU-12 Paveway II que son fabricadas por la armamentista Lockheed Martin, agrega el analista Francisco Carrión. De ahí que defensores de derechos humanos como Fatik al Rodaini exijan el fin de la venta de armas a Arabia Saudita y a los EAU, pero Occidente mantiene ese lucrativo negocio.

 

En cambio, han preferido aliarse con fuerzas foráneas (extrarregionales) para cooperar y trabajar con ellas. Creo, y también la experiencia lo muestra, que la seguridad regional debe garantizarse desde el interior; la seguridad importada, la que llega de otra parte del mundo, no funciona. También sabemos que la presencia de EE. UU. en la región es motivo de inseguridad porque ese país busca pretextos para vender más armamento. No se pueden ignorar los grandes beneficios que obtienen las empresas y compañías que venden armas y que, para vender aún más, necesitan falsificar amenazas en la región.

En Nueva York se esperaba un encuentro entre el presidente Rohaní y Donald Trump, alentada por el presidente francés. No la hubo, pero ¿será posible más adelante?

-Agradecemos al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y a otros por su gran esfuerzo en ese sentido. Al mismo tiempo esperamos que cumplan sus compromisos en el Acuerdo Nuclear con Irán. En Nueva York se previó una reunión entre miembros del Acuerdo, pero tras el retiro de EE. UU. solo resta que aprovechen esa reunión y la utilicen como plataforma de negociaciones.


Escrito por Nydia Egremy

Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.


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