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En 1949, durante una asamblea celebrada en la ciudad de Arecibo, el Partido Nacionalista Puertorriqueño nombró secretario general a Matos Paoli, quien viajó a varias ciudades realizando difusión de la causa nacionalista que, para entonces, ya estaba proscrita por la ley. El dos de noviembre de 1950, después de una serie de levantamientos populares en diversas localidades, la policía se presentó en la casa del poeta pretextando buscar armas y explosivos; sólo halló una bandera de Puerto Rico y cuatro discursos que él había redactado a favor de la independencia de aquella nación, “pruebas” que fueron consideradas suficientes para despedirlo de su cátedra en la Universidad de Puerto Rico y condenarlo a 20 años de prisión, que luego se redujeron a 10. Su actividad literaria no cesó mientras estuvo preso, Sangre de los nacionalistas testimonia la firmeza de este patriota, aún en condiciones tan adversas.
Fe en las rosas. Por la vena
de Jesús palpita el cielo
de los mártires en vuelo.
Sangre en ascuas. Sangre buena,
tan alta que se encadena
a la paz. Sangre proscrita
que en la cárcel precipita
pupilas de roja flor.
Sangre curvada en dolor
hasta ser sangre infinita.
En 1977, el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico lo nominó al Premio Nobel de Literatura. Longevo y prolífico, su obra publicada abarca más de cinco décadas y arranca con Signario de lágrimas (1930-1931) en ocasión de la muerte de su madre, cuando él contaba apenas 15 años; al que siguen Cardo labriego y otros poemas (1932-1937); Habitante del eco (1937-1941); Teoría del olvido (1941-1944); Isla para los niños (1945); Canto a Puerto Rico (1947); Luz de los héroes (1951); Canto nacional a Borinquen (1955); Criatura del rocío (1956); Islario del aire (1957); Decimario de la Virgen (1958); Canto de la locura (1961); El viento y la paloma (1961-1963); Hacia el hondo vuelo (1964-1966); Testigo de la esperanza (1969); La marea sube (1970-1971); La semilla encendida (1971); Rostro en la estela (1972-1973); La orilla sitiada y Variaciones del mar (1973); El engaño a los ojos y Rielo del instante (1974); Unción de la tierra (1975); Dación y milagro y Ya se oye el cenit (1976); Loor de espacio (1977); Rapto en el tiempo, La caída del clavel, Sombra verdadera, La distancia vencida y Jardín vedado (1978); Los crueles espejos (1979); y Contra la interpretación (1987).
El árbol, como abstracción, es un elemento infaltable en todos los monumentos literarios de la antigüedad.
El séptimo canto de Más allá canta el mar, la gran epopeya del poeta cubano Regino Pedroso.
De aquella sociedad nacida de la más grandiosa revolución que había conocido la humanidad surgió, como un resultado necesario, toda una constelación de poetas.
La biografía del poeta puertorriqueño Francisco Matos Paoli es uno de esos caros ejemplos de la poesía al servicio de los ideales más elevados.
Soberana presencia de la patria no sólo es la enérgica denuncia de la masacre perpetrada por el imperialismo yanqui contra los jóvenes patriotas panameños en 1964.
La segunda aparición de esta obra maestra también fue malinterpretada, creyendo algunos adivinar la ruptura del poeta con el modernismo.
Carlos Marx enseña que la anarquía de la producción es una de las principales leyes del sistema capitalista y conduce a la sobreproducción de mercancías hasta ocasionar una crisis económica.
Luchó toda la vida por su patria cubana desde la trinchera de las letras.
La voz sobre la muerte es el título que da Regino Pedroso al último de los quince cantos de Más allá del mar, moderna epopeya en la que el héroe es el proletariado latinoamericano.
El 31 de mayo de 2013, después de una vida entera dedicada a las letras, fallecía en Buenos Aires, a los 87 años, el poeta argentino Horacio Armani
Los grandes poetas populares de todos los tiempos sufren a menudo la injusticia de verse antologados con sus versos menos partidarios.
Su poesía, heredera del modernismo, que viera la luz en su patria con el gran Rubén Darío.
La Zona del Canal, posesión yanqui “a perpetuidad”, simbolizaba la injerencia imperialista.
Ocupa un edificio del siglo XVIII que en la época colonial funcionó como cárcel.
Feminista en el Siglo XIX, insumisa, revolucionaria y comprometida con las causas sociales a que asistió en su prolongada existencia, Laura Méndez de Cuenca (1853-1928) fue una traductora, académica, periodista, educadora y multidisciplinaria escritora mexicana.
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Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.