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Entrevista al Embajador de la Federación de Rusia, Sr. Nikolay V. Sofinskiy
Por largo tiempo, EE. UU. y sus satélites, incluido el Reino Unido, no han temido expresar sus verdaderos objetivos en Ucrania. Están hablando de “infligir una derrota estratégica a Rusia”, afirmó el Embajador.
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Describe a buzos la esencia terrorista de la confrontación que la OTAN ha lanzado contra su país a través de Ucrania.

 

buzos (b): ¿Cómo califica los ataques con armas de alta tecnología sobre zonas rusas habitadas y asesinatos a personajes rusos de alto nivel?

Sr. Nikolay V. Sofinskiy (NVS): Recientemente, el régimen de Kiev ha pasado a actividades terroristas, como cuando operó el Estado Islámico (ISIS) o al Qaeda. En primer lugar, esto se debe al aparente fracaso de la contraofensiva de las fuerzas armadas de Ucrania, generosamente patrocinada por Estados Unidos (EE. UU.), Gran Bretaña y otros países de la OTAN.

De hecho, su esencia terrorista quedó al descubierto inmediatamente después del golpe de Estado de 2014. Cuando EE. UU. y la Unión Europea (UE) financiaron y organizaron el sangriento golpe de Estado de Maidán; donde las primeras víctimas fueron todos los disidentes: políticos, periodistas y figuras públicas ucranianas.

Pero el horror comenzó en abril de 2014, cuando el régimen de Kiev lanzó una campaña para exterminar a la población de habla rusa de Donbás, que rechazó el golpe nacionalista. Su rasgo característico ha sido el bombardeo de ciudades pacíficas, desprovistas de toda importancia militar; a lo largo de esos años, la gente ha vivido bajo fuego y con miedo. Y Occidente guardó silencio.

En la actualidad, militares y milicias nacionalistas ucranianas han adoptado tácticas de “escudo humano” de ISIS. Deliberadamente, equiparon posiciones de artillería y depósitos de municiones en escuelas, hospitales y viviendas para cubrirse, escudarse con civiles. Hace tiempo que no les importa la gente.

Por largo tiempo, EE. UU. y sus satélites, incluido el Reino Unido, no han temido expresar sus verdaderos objetivos en Ucrania. Están hablando de “infligir una derrota estratégica a Rusia” y no ocultan que buscan mantener su dominio en el mundo a cualquier costo y por cualquier medio.

Se ha desatado una guerra híbrida a gran escala contra nosotros, en el marco de la cual se utiliza todo tipo de métodos, incluidos los abiertamente terroristas. Por ejemplo: el sabotaje a los gasoductos Nord Stream I y 2, al puente de Crimea y el quebranto al oleoducto de amoniaco Togliatti-Odessa.

No escatiman en asesinatos políticos y atentados contra líderes de opinión pública: periodistas y escritores. Me refiero a los ataques terroristas contra Daria Dugina, Vladlen Tatarsky y Zakhar Prilepin.

Además, están listos incluso para provocar desastres tecnológicos a gran escala que ponen en peligro la vida de la población civil, incluidos quienes viven en zonas controladas por Kiev. Me refiero al reciente sabotaje de la parte ucraniana de la presa de la central hidroeléctrica de Kajóvka, que inundó muchos asentamientos y dejó a decenas de miles de personas en plena zona de desastre. Además, causó un daño enorme –posiblemente irreparable– al medio ambiente y puso en peligro la seguridad de la central nuclear de Zaporizhia.

Lamentablemente, Occidente no condena los crímenes cometidos por el régimen de Zelensky contra la población civil. En cambio, estimula esas atrocidades. Recordemos cómo EE. UU. perdió sobre al Qaeda, el monstruo que crearon; y ahora vemos cómo crean uno nuevo.

b: ¿Considera que la depresión económica y la falta de alternativas de Occidente alentaron el origen del neofascismo ucraniano, cuyo rostro genocida se evidenció en el Donbás en 2014?

NVS: El colapso de la URSS y de todo el bloque socialista en Europa dio a EE. UU. la oportunidad de un liderazgo mundial único. Washington siguió el principio de construir un superimperio, donde las decisiones se tomarían y otras “provincias” solo obedecerían.

Sin embargo, no todo ocurrió según el plan estadounidense. Habiendo caído en la dependencia política y económica de EE. UU., la mayoría de los países no ganaron tanto como perdieron. Los golpearon crisis económicas –como la de 2008– y algunos se hundieron en guerras civiles y pobreza.

La política de EE. UU. y sus aliados de “contener” a Rusia se ha convertido en la causa-raíz de la actual situación en Ucrania. Y se hizo, entre otras cosas, para acercar a la OTAN a las fronteras de Rusia y convertir a Ucrania en amenaza directa para nuestro país.

El diplomático, politólogo e historiador estadounidense George Kennan predijo, en 1997, que el movimiento de la OTAN hacia el este significaría una guerra con Rusia; aunque en 1990 nos prometieron que esa Alianza no avanzaría ni una pulgada hacia el este. Si abren las memorias de James Baker, secretario de Estado en la Administración de George Bush padre, o de Helmut Kohl, el excanciller de Alemania, todos hicieron esa promesa.

Kennan fue, antes que otros, quien entendió la esencia de la “cuestión ucraniana” para Rusia y predijo lo que pasaría; luego lo vieron otros analistas occidentales (incluido Zbigniew Brzezinski). Tenían razón. ¿Qué han hecho nuestros “amigos” occidentales en Ucrania en los últimos 15 o 20 años? Intentaron usarla para destruir a Rusia.

Durante muchos años hemos advertido de la situación en Ucrania, incluso antes del golpe de estado de 2014, en el que participó Occidente, que antes de cada campaña electoral en Ucrania declaraba públicamente que los ucranianos debían decidir si estaban con Occidente o con Rusia. Eso fue poco inteligente y causó confrontación y división.

b: ¿Estamos ante una estrategia del Complejo Militar Industrial para rearmar a Ucrania y así controlarla? ¿Con Suecia en la OTAN, esa alianza dispondría de todo el litoral del Báltico y amenazaría a Rusia?

NVS: Partimos de que toda la responsabilidad por el empeoramiento de relaciones de Rusia con Finlandia y Suecia es por la política de confrontación de esos países contra nuestro Estado. En particular, se redujo el diálogo político bilateral, se destruyó la multifacética cooperación comercial y económica, se rompió la red de hermanamientos de ciudades y regiones, se interrumpió la estrecha cooperación fronteriza y se interrumpieron las comunicaciones aéreas y ferroviarias.

Al mismo tiempo, Finlandia abandonó la política tradicional de no participar en alianzas militares y se unió al bloque de la OTAN, que no oculta su enfoque contra Rusia. Se espera la adhesión a esa Alianza de Suecia, que suministra armas al régimen de Kiev. Todas estas acciones confirman el carácter hostil de estos dos países hacia Rusia y su creciente implicación en el conflicto ucraniano.

Todos los escolares rusos saben cómo hace tres siglos terminó para Suecia la aparición de sus armas en Poltava. Pero las lecciones del pasado no parecen enseñar nada a los europeos. Los instintos revanchistas de los países que intentaron atacar a Rusia fueron derrotados, pero como vemos, aún no han sido eliminados.

b: Con las sanciones de EE. UU. a Rusia, ¿también buscó debilitar a Alemania? ¿Cómo ve Rusia a una Casa Europa tan vulnerable?

NVS: Según estimaciones de muchos economistas –incluidos varios europeos–, la incorporación de países de Europa en el conflicto ucraniano ha aplastado la economía de la UE. En particular, la economía alemana está siendo asesinada por la explosión en el Nord Stream, detrás de la que, sin duda, están ciertos países occidentales.

A partir de 2014, bajo presión de Washington, la UE decidió congelar casi todas las relaciones mutuamente beneficiosas con Rusia e imponer un número significativo de medidas restrictivas. También, desde febrero de 2022, la UE suspendió el diálogo político y en este momento está desmantelando toda la arquitectura de nuestra interacción en el comercio, la economía, la energía y otros ámbitos. El comportamiento de las autoridades europeas es irracional, porque causa un daño masivo a sus propias economías, poder industrial que conduce a un aumento de los problemas económicos y sociales, incluido un aumento de la inflación sin precedentes y una contracción del PIB que afecta a sus propios ciudadanos.

b: A EE. UU. y la UE les preocupa la creciente presencia de Rusia y China en América Latina y el Caribe –que visitó el canciller Serguéi Lavrov– y su reciente viaje a Johannesburgo, África, donde desplegó una activa diplomacia.

NVS: América Latina es uno de los socios con los que Moscú desarrolla relaciones. Sergei Lavrov visitó precisamente los países nombrados en el nuevo Concepto de Política Exterior que presentó el presidente ruso Vladimir Putin en marzo de este año.

Ese viaje resonó y no es sorprendente, ya que la mayoría de los analistas internacionales y estadounidenses consideraron la misión de la delegación rusa como “ejemplo exitoso de un gran reinicio político-diplomático” que es parte integral del proceso iniciado de reformateo del orden mundial existente.

Hablando de África, Rusia está vinculada por lazos tradicionalmente fuertes de amistad y relaciones estrechas y mutuamente beneficiosas; cuyas bases se establecieron a mediados del siglo pasado durante la lucha de los pueblos del continente africano por su libertad. Por décadas hemos apoyado la difícil oposición de los países africanos al yugo colonial.

Observe cómo los estadounidenses “cuidan” a los países africanos, literalmente dictándoles su voluntad. El año pasado, EE. UU. aprobó una ley llamada “Sobre la lucha contra las actividades maliciosas de Rusia en África”. Cuando se aceptó en la Cámara de representantes de EE. UU. (incluso antes del Senado), los africanos se indignaron, alzaron su voz en contra de una actitud tan grosera hacia ellos.

Y ahora ahí ya están pensando cómo cambiar el nombre, pero la esencia de esta ley seguirá siendo la misma. Los estadounidenses han adoptado su Estrategia para el África subsahariana que, en sus diecisiete páginas, menciona siete veces a Rusia y China como el “principal obstáculo para la prosperidad de África”.

Quiero señalar la reciente reunión exitosa de los países del BRICS celebrada en Johannesburgo, donde se decidió invitar a otros países a sumarse a este bloque económico. El BRICS, reforzado y ampliado, es uno de los pilares principales y de apoyo de lo que será un orden mundial justo basado en los principios de la Carta de las Naciones Unidas y no en su interpretación pervertida, como hace Occidente (incluso con respecto a lo que ocurre en Ucrania), sino exclusivamente en la totalidad e interrelación de estos principios de la ONU.


Escrito por Nydia Egremy

Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.


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