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El nacimiento de la cultura mediática de masas trajo consigo la figura del joven rebelde en México. Tal representación, que originalmente tenía un carácter apolítico y que se manifestaba muchas veces en forma de conflictos emocionales, evolucionó rápidamente, alimentada por fenómenos mundiales que impactaron fuertemente en las prácticas culturales de las generaciones jóvenes.
Sucesos de relevancia mundial como la Guerra Fría, las agresiones militares a Vietnam o el triunfo de la Revolución Cubana, escalaron rápidamente en una politización radical de las conciencias juveniles, particularmente de los sectores universitarios.
Para finales de los años 60, el joven políticamente rebelde es ya una auténtica contracultura; curiosamente, sin embargo, tal contracultura se halla normalizada dentro de sus propios marcos: las universidades y los círculos sociales que en torno a ellas se agrupan. El estereotipo del estudiante rebelde usa playeras de El Che Guevara, lee textos de teoría política, escucha música de protesta y rock estadounidense. Ser estudiante y políticamente contestatario es la norma.
Todo esto terminó en 1968. El ocaso del movimiento estudiantil fue, al mismo tiempo, el ocaso de la cultura juvenil de la rebeldía política.
En las décadas posteriores las prácticas culturales que dominaron en los sectores universitarios de 1968 fueron perdiendo relevancia hasta finalmente convertirse en reliquias pasadas de moda, piezas de museo cuya principal utilidad era –y sigue siendo– nutrir los relatos nostálgicos de novelistas, intelectuales y “líderes” que participaron en el movimiento estudiantil.
El espíritu de rebeldía de 1968 también fue absorbido por el propio sistema, y los rebeldes que entonces persiguió el ejército hoy son respetables personalidades de la intelectualidad y honorables profesores de las universidades.
Los críticos del sistema se convirtieron en ahijados del sistema, ejemplificando con toda claridad la vieja crítica a la superficialidad del joven que se pone el traje de revolucionario mientras cursa la universidad. Tales dinámicas, con los recurrentes ensayos fallidos de organización estudiantil desde las universidades mismas, persisten hasta hoy como un reflejo pálido del movimiento de 1968.
La contradicción principal de tales desenlaces es que la sociedad mexicana sigue siendo, esencialmente, la misma en sus injusticias más profundas. Incluso puede decirse que algunos de los flagelos sociales que entonces apenas se gestaban hoy han alcanzado las más insultantes dimensiones.
Para los millones de víctimas del capitalismo mexicano, para los trabajadores de las fábricas, los comerciantes ambulantes, los campesinos pauperizados, los indígenas reducidos a limosneros de las ciudades, los logros del movimiento estudiantil del 68 son frases de humo pronunciadas en la televisión por señores de corbata y café.
Hoy tenemos un país más enfermo, sumido en el abandono gubernamental, un escamoteo que se pretende ocultar con el reparto de tarjetas que ni de lejos resarcen la pérdida sufrida en la salud de los mexicanos ni en sus mayores gastos en ese rubro.
"Nuestra postura es que son necesarias las clases presenciales, pero no deben darse en las condiciones actuales”, afirmó.
"Declaramos formalmente desde Palacio Nacional el fin de la política neoliberal, aparejada esa política con su política económica", dijo López Obrador desde Palacio Nacional.
Las Universidades del Bienestar no solo han generado quejas entre la opinión pública, también entre los órganos auditables del Estado para constatar su funcionamiento (ASF) por los escándalos de opacidad, sus únicos logros.
No fue sólo el huracán “Otis” el que destruyó Acapulco. En todo caso, con su implacable poder natural y su arrolladora fuerza, lo que dejó al descubierto fue el fracaso de la política nacional y la continuidad discursivamente negada de la práctica del neoliberalismo en nuestro país.
“Las mentiras de la administración pasada han quedado expuestas ante las abundantes pruebas del uso de Pegasus”: R3D
Esta amnistía es más una medida de propaganda electoral, que una verdadera solución contra la persecución injusta.
No estamos lejos de que este gobierno, inconsecuente con su mentiroso lema “por el bien de todos, primero los pobres”, podría centrar sus ayudas en la zona hotelera, en los grandes comercios, abandonando a la gente más humilde.
En representación del presidente de México, AMLO, asistió a la rendición de protesta la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
López Obrador, aunque salga a sus giras en los próximos días no podrá tener en el 2021 la misma cantidad de votos que el 2018.
La falta de estrategia, se tradujo también en el descredito del plan de la Cuarta Transformación para atender la pandemia.
El Gobierno Federal deslindó responsabilidades sobre el Rancho Izaguirre y acusó a los gobiernos locales de omisiones.
Los hogares en condición de pobreza en zonas urbanas serían los más afectados.
El proyecto aprobado, también prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto de 2%; establece un tipo de cambio de 20 pesos por dólar
Los presupuestos para 2020 se hicieron con el mantra del Presidente de la austeridad republicana.
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Escrito por Aquiles Lázaro
Licenciado en Composición Musical por la UNAM. Estudiante de la maestría en composición musical en la Universidad de Música de Viena, Australia.