José María Tapia Franco, exsenador del PRI, se unió a Morena y se postuló como candidato a la alcaldía de Querétaro por coalición.
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Es hora de decirlo: las cosas no están bien para la mayoría de los mexicanos; y no se ve que vayan a mejorar en el futuro próximo. El gobierno que aseguraba ser la esperanza de México, en particular para los pobres, resultó ser una calamidad. A donde quiera que se mire, hay daños y perjuicios. El crimen organizado se pavonea en las calles a sabiendas de que tiene un gobierno amigo que le cuida las espaldas y que lo ha empoderado en prácticamente todo el territorio nacional. Es poco creíble que la ola de violencia que a diario hay en las calles, las muertes masivas (muchos civiles entre las víctimas) y los incendios de vehículos y negocios sean solo casuales o simples travesuras de delincuentes para llamar la atención; porque más bien parecen obra de una operación orquestada desde las altas esferas del poder para sembrar el terror en la gente, inhibir y distraer la creciente inconformidad por los malos resultados del gobierno y para reforzar “la terapia presidencial” cotidiana con la que se difunde que todos los males son herencia del pasado.
No la tiene fácil el partido en el poder, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena); su gobierno se ha pasado de bocón y, como predica el dicho popular: “por su boca muere el pez”; en cuatro años ha cometido numerosos disparates y ha dado solo palos de ciego tanto en la economía –cuyo descenso es imparable y acelerado– como en la provisión de todos los servicios públicos, incluidos los de salud, educación y seguridad pública.
La corrupción, cuyo combate sería uno de los principales objetivos del Presidente, en lugar de reducirse se ha acentuado; y varios de sus colaboradores y políticos más cercanos son exhibidos por su evidente enriquecimiento ilícito –entre ellos Manuel Bartlett, Delfina Gómez, Santiago Nieto y Miguel Barbosa– así como el de sus hermanos e hijos. El lema de “primero los pobres” se ha resquebrajado frente a la realidad, el número de pobres creció en más de cuatro millones; las oportunidades de empleo han disminuido de tal manera que la movilidad de la población rural hacia las ciudades y Estados Unidos (EE. UU.) aumenta imparablemente. Los más pobres aún no se recuperan del golpe de la pandemia de Covid-19 y la desaparición de muchos de los 600 mil muertos documentados pudo ser evitada si hubiera existido un gobierno competente y solidario. Por ello, los pobres de México son los que más han engrosado las filas de los desempleados y los muertos.
Y como si fuera una carrera de resistencia para las clases más vulnerables, en lo que va de 2022, la inflación no da tregua. El precio de los productos, sobre todo el de los alimentos, es elevadísimo. Y las personas de bajos ingresos, que en promedio gastan 80% de ellos en la canasta básica, son los más afectados hoy por una burbuja inflacionaria, porque no alcanzan a comprar la canasta básica. El Presidente pensó que con su detente contendría la inflación; pero el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) fue únicamente una tomadura de pelo, porque las grandes empresas no están dispuestas a disminuir el margen de sus ganancias y han elevado el precio de las mercancías con el pretexto del alza en los insumos. En los hogares, cuyos integrantes han perdido sus empleos, hoy son más frecuentes la incertidumbre y el hambre.
Mientras los pobres eran los más afectados por la inflación, nadie reclamó nada; pero ahora que la crisis económica está impactando a las medianas y grandes empresas –debido a que la población consume con mesura, no tiene dinero o ahorra en previsión de lo que pueda ocurrir en el futuro– algunas han puesto el grito en el cielo para exigir soluciones al gobierno. El sector restaurantero es el que más destaca en esta demanda.
Pero la clase política, que vive de nuestros impuestos y que se ha enriquecido a través de éstos, puede sortear mejor la inflación. Ahora está entretenida en la carrera presidencial de cara a 2024 y las campañas preelectorales de 2023 en los Estados de México y Coahuila. En este propósito coinciden Morena y la oposición, entre cuyos dirigentes no se observa ninguna propuesta política seria para resolver los problemas económicos y sociales que más afectan a los mexicanos; pues solo escuchan el canto de sirena de las próximas campañas electorales.
José María Tapia Franco, exsenador del PRI, se unió a Morena y se postuló como candidato a la alcaldía de Querétaro por coalición.
El director de México Evalúa comparó el rumbo político del país con el colapso de la república romana y alertó sobre el riesgo de que el poder se concentre en un solo partido.
Los gobiernos estatales y el federal no alertaron ni evacuaron a tiempo; comunidades permanecen incomunicadas y 100 mil viviendas resultaron dañadas.
Al informe no asistieron figuras de alto nivel del partido oficialista ni gobernadores, excepto la mexiquense Delfina Gómez.
El 49.1 por ciento atribuyó a López Hernández tiene responsabilidad en presuntos vínculos con un grupo criminal.
Reportan gastos de más de 300 mil pesos en desayunos para funcionarios.
Los resultados de la encuesta también arrojaron que el 28 por ciento de los ciudadanos critica que Sheinbaum no tenga poder para tomar decisiones dentro de su partido.
La edil de Iztapalapa afirmó que no se les entregaría un seguro para cubrir las pérdidas. Mientras que en Ecatepec, la alcaldesa llamó provocadores a los vecinos.
Desde que llegó Morena al gobierno la deuda en México se duplicó, asegura la oposición.
Según los cálculos de los trabajadores, cada mes, se recaudan más de 10 millones de pesos.
La alcaldesa se encontraba en una alberca en el momento que se realizó el operativo.
De “a como nos toque”, dijo el morenista Roberto Solís.
Titular de Marina debe acudir a la Cámara de Diputados y dar una explicación, exigen.
Testigos afirman que el exfuncionario manejaba en estado de ebriedad.
Esa situación está muy lejos de estar dentro de las posibilidades del mexicano promedio, cuyos ingresos mensuales oscilan entre los 10 mil y los 22 mil pesos
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA