Cargando, por favor espere...
Mi colaboración anterior fue sobre la situación que está conmoviendo al planeta entero. El genocidio por parte del Estado sionista israelí sobre el pueblo palestino es tan brutal, tan bestial, que en muchos países de Europa, América, África y Asia millones de personas se han movilizado, pues a pesar de que el imperialismo tiene el control de los más poderosos medios de comunicación de todo el planeta, la información sobre la muerte de miles de niños, mujeres, personas de la tercera edad y todo ser humano que tenga un origen palestino, por los bombardeos del ejército israelí, no se ha logrado ocultar (el mundo entero se está dando cuenta de la hipocresía y el cinismo descomunales de los genocidas yanquis, quienes han prometido apoyar “humanitariamente” a Gaza con unas cuantas decenas de millones de dólares, mientras que al Estado Israelí le han dado miles de millones de dólares en armamento, sobre todo en bombas, para materializar su plan de “limpieza étnica”).
Lo que hoy contempla el mundo entero es la misma política de exterminio de las “razas inferiores”, como las realizaba el ejército de la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial. Con el pretexto de combatir al grupo “terrorista” Hamás, los sionistas están masacrando a todo un pueblo. En el fondo de este genocidio están los intereses del imperialismo de Occidente, que quiere mantener el control de la zona más rica en petróleo y gas de todo el planeta; está también provocar una guerra para agredir a uno de los más importantes aliados de Rusia y China: Irán. Está, por tanto, en juego el dominio del imperialismo sobre el mundo.
Hernán Zin, quien, en 2014, realizó Nacido en Gaza; en 2018 filmó otro valioso documental, Morir para contar, cinta en la que narra, de manera profunda y reflexiva, temas presentes en sus anteriores reportajes. Sobre todo, Zin busca dar una idea clara de la huella traumática o las secuelas psicológicas y morales que deja en los reporteros y camarógrafos la cobertura de los conflictos bélicos en las distintas guerras de los últimos decenios. Las secuelas sufridas tras un secuestro, el peligro de morir, las repercusiones en los familiares y seres más queridos. De forma muy clara, Hernán Zin deja que 20 periodistas españoles expongan sus puntos de vista.
Llama poderosamente la atención la opinión de uno de esos periodistas, quien narra cómo le tuvo que decir a su hijo que: “lo normal no es que la gente de muchos lugares del mundo tenga agua potable, drenaje, electricidad, empleo y educación; lo normal para miles de millones de seres humanos es carecer de estos servicios y de condiciones para llevar una vida digna”.
Una parte del documental narra la muerte del periodista español José Couso, acaecida en 2003 en Irak, cuando un tanque norteamericano disparó contra la habitación del Hotel Palestina de Bagdad en la que se encontraban Couso y otros periodistas. Un crimen abominable atribuido al ejército norteamericano. Las reflexiones de Zin son bastante elocuentes y profundas: los periodistas con orientación progresista o humanista corren peligro en una guerra, pues decir la verdad los lleva a enfrentarse al poder de los invasores imperialistas. Por eso, ser corresponsal de guerra conlleva un peligro muy grande (y qué decir en México, que no está en guerra, pero en donde decenas de periodistas mueren casi como si estuviésemos en guerra).
La muerte de José Couso no fue producto de una equivocación del ejército gringo; la muerte de Couso le era necesaria tanto al gobierno yanqui como al de España que estaba apoyando a Estados Unidos contra Irak; era necesario para la coalición europea y estadounidense dar el mensaje a todos los periodistas “críticos” de esa guerra de rapiña para que desistiesen de su empeño de decir la verdad. Y hoy el mundo entero ve con ojos horrorizados que mientras a Rusia se le condena por su supuesta agresión a Ucrania y se le acusa de cometer “crímenes de guerra”, la prensa corporativa occidental no acusa al Estado israelí de “crímenes de guerra”; por el contrario, ese genocidio se disfraza de “lucha contra el terrorismo”. Los verdaderos terroristas del mundo son los imperialistas yanquis, sus acólitos europeos y su perro guardián en Medio Oriente, el Estado sionista israelí.
La iniciativa de reforma a la política de vivienda no beneficia a la mayoría de las familias que no pueden adquirir una vivienda; sigue repitiendo el patrón que se venía implementando desde antes de las llamadas reformas neoliberales.
El mercado laboral ha empeorado no sólo porque ahora es más problemático conseguir un trabajo digno con un salario decoroso
¿Será que el ejército israelí busca venganza por lo que los alemanes hicieron contra los judíos (en la SGM), generando un nuevo holocausto del que hoy es víctima el pueblo palestino? La realidad apunta en esa dirección.
La llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca ha generado un sin número de polémicas, expectativas (tanto positivas como negativas), como así también reacomodamientos en el plano de la geopolítica.
El genocidio del pueblo ruso y otros pueblos de la URSS se inscribe en la serie de genocidios que las potencias coloniales occidentales practicaron ampliamente contra muchos pueblos originarios.
México fue advertido: o frena el tráfico de drogas y la inmigración o el ejército entrará a nuestro país a “poner orden”: una descarada amenaza de invasión.
La cinta presenta una situación ficticia: en Rusia existe inestabilidad social y política; un grupo rebelde ultranacionalista quiere tomar el control de los misiles nucleares que posee Rusia y lanzarlos contra EE. UU.
Las campañas electorales son más de lo mismo, Lamentablemente, este proceso electoral no ha mostrado que algún candidato provenga del pueblo; y ninguno ha sentido “en carne propia” lo que los mexicanos sufren todos los días.
El mercado se ha convertido en fuerza sobrenatural; como dicen los clásicos, a semejanza de los dioses olímpicos, creados por los propios hombres y después temidos por ellos.
La lucha de clases no la inventó Marx.
Mientras no se reviertan las deformaciones de la estructura productiva no podrá alcanzarse la soberanía alimentaria. Y ello no se logra formando dependencias decorativas o comprando votos, sino con transformaciones profundas.
Se decía que la gente estaba casi extasiada con su líder sin igual en la historia del país y que, por tanto, la pasividad ante el infortunio duraría muchos años.
Las “leyes Milei” buscan abrir más las fronteras argentinas a la entrada de capitales y mercancías del extranjero, es decir, con el pretexto de la “libre concurrencia”, quedarán los trabajadores argentinos a merced del capital extranjero.
La violencia en Texcaltitlán preocupa a todos los habitantes del Edomex porque se preguntan si la pasividad y lentitud con que Delfina Gómez reaccionó en este municipio será la tendencia habitual de su gobierno.
En la modernidad, el látigo de cuero ha sido sustituido por el del hambre. Por todo esto, el tan pregonado contrato libre en una pretendida relación de iguales no pasa de ser mera ficción.
Toma protesta nuevo director de la DICEA en Chapingo
El imperialismo muerde a México una vez más
México sin soberanía energética y Pemex endeudada
Más de 8 millones mueren al año por tabaco en el mundo
Elección de Veracruz está marcada por violencia y tensión
Gaseros alistan paro nacional a 4 años de Gas Bienestar sin utilidades
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA