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Migrantes poblanos sin certeza ni respaldo gubernamental
Con miedo e incertidumbre es como viven los poblanos migrantes en Estados Unidos (EE. UU.) desde la llegada de Donald Trump a la presidencia por segunda ocasión en enero de 2025.
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Con miedo e incertidumbre es como viven los poblanos migrantes en Estados Unidos (EE. UU.) desde la llegada de Donald Trump a la presidencia por segunda ocasión en enero de 2025.

Los inmigrantes poblanos temen, por  un lado, que la política xenófoba se refuerce en el país vecino y sean deportados y, por el otro, que al regresar a su estado de origen, no existan condiciones económicas ni laborales para recibirlos. 

Aunque el gobierno estatal y las empresas privadas implementaran acciones para respaldarlos a su llegada, no serían suficientes, porque las condiciones de vida adquiridas en el extranjero no se comparan con la que podrían tener en la entidad. Algunos líderes migrantes han precisado que los connacionales deportados son principalmente personas con antecedentes penales, que cometieron alguna falta administrativa o tenían un proceso abierto por deportación. 

Los poblanos radicados en EE. UU. se desempeñan en el área de la construcción, agricultura, limpieza de hogares y empresas, así como en el sector de servicios. Principalmente migran de municipios como Izúcar de Matamoros, Atlixco, Huaquechula, Chiautla de Tapia, Acatlán de Osorio, Tlahuapan, San Matías Tlalancaleca, San Martín Texmelucan, Puebla Capital, San Pedro Cholula, entre otros. 

Datos oficiales señalan que 3.5 millones de poblanos radican en lugares como Nueva York, New Jersey, Chicago, Houston, Las Vegas y Los Angeles.

Poblanos, los más repatriados 

Durante los últimos meses, la entidad se convirtió en el tercer lugar nacional con más migrantes repatriados tras la llegada de Trump a la presidencia de EE. UU.

Encabezan esta lista los estados de Guerrero y Michoacán, seguidos  por Puebla, con base en la información proporcionada por la Unidad Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob). En total, las autoridades federales estimaron que en el primer bimestre de 2025 regresaron mil 809 personas, mil 457 hombres y 352 mujeres. 

Durante enero de este año, regresaron mil 216 poblanos, 962 hombres y 254 mujeres; en febrero, la cifra disminuyó, pues se repatriaron 593 poblanos: 429 hombres y 94 mujeres. 

El secretario de Gobernación de Puebla, Samuel Aguilar Pala, puntualizó que, durante el primer trimestre de 2025, llegaron al estado dos mil 239 migrantes desde el país vecino. Entre los repatriados hubo un menor de 11 años, que viajó solo y 21 de la misma edad, que regresaron acompañados. Así como 51 adolescentes de entre 12 y 17 años que también regresaron sin compañía y 17 que viajaron con un adulto.

La mayoría de los deportados son originarios de comunidades como Izúcar de Matamoros, Chiautla de Tapia, Domingo Arenas, Tecamachalco, Palmar de Bravo, Tlacotepec, Ajalpan, Tehuacán, Zacapoaxtla y Chignahuapan. Del total de migrantes deportados a Puebla, sólo 301 solicitaron apoyo al gobierno estatal para acceder a programas de asistencia. 

En las 27 regiones del estado se intentó contactar a los demás deportados cuyo destino se desconoce; la finalidad era explicarles que existen opciones gubernamentales para hacer su retorno más llevadero. 

Pese a las políticas antiinmigrantes expresadas por el presidente Trump, expertos han señalado que su administración aún no supera el número de regresos generados en las administracines de Joe Biden y Barack Obama. En Puebla, durante 2015 y 2020, las autoridades estimaron que retornaron más de 15 mil poblanos, cuya mayoría regresó a Puebla Capital. 

En 2021, el estado ocupó el sexto escaño nacional como lugar de origen de las personas repatriadas por las autoridades migratorias de EE. UU. con 11 mil 378 acciones o redadas y ocho mil 94 retornos. 

Se esfumó el “sueño americano”

A decir del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020 31 mil poblanos dejaron el país; ocho de cada 10 buscaron llegar a EE. UU. Entre las principales razones para hacerlo destaca el deseo de reunirse con su familia en otra nación y la búsqueda de un trabajo mejor remunerado.

Marisela López, migrante que radica en New Jersey desde 2021, reveló que muchos de los poblanos en el extranjero buscan un mejor futuro para sus familias, incluso alejándose de sus seres queridos. Ella decidió seguir a su pareja sentimental, quien migró un año antes, con la intención de darles mejor vida a sus hijos de uno y cuatro años, a quienes dejaron al cuidado de sus abuelos paternos en Puebla capital.

“De manera legal es un proceso tardado y ahora mucho más; de manera ilegal es muy caro y arriesgado, estamos hablando de unos 15 mil dólares sólo por el paso; y para establecerse también hace falta, pues todo está más caro”, lamentó. 

Sus retos han sido constantes: primero por dejar a su familia; y segundo por establecerse en un país donde deben luchar por sobrevivir al lado de otros connacionales que les han tendido la mano: “al principio cuesta mucho trabajo y siempre se va a ocupar de la ayuda de algún conocido o familiar, mientras logras estabilizarte”, relató. 

Los migrantes poblanos en el país americano deben sortear nuevos retos con la llegada de Donald Trump, luego de que aumentó el desempleo, aumentaron los precios de los artículos básicos y se desarrollaron operativos contra indocumentados. 

Marisela, migrante de 34 años reconoce que 2025 inició con grandes retos de supervivencia por lo que debió reajustar su forma de vida para no provocar sospecha ante las autoridades norteamericanas en torno a la petición de documentos legales. 

“Todo está fatal ahora: desde la economía, el trabajo ha bajado bastante, no te sientes seguro porque sí ha habido operativos y te tienes que cuidar para no levantar sospechas”, señala. Contrario al discurso de las autoridades, que aseguran que están retornando a quienes cometen algún delito, los operativos son indiscriminados contra todos los migrantes. 

“Eso es lo que se decía, que sólo para los delincuentes o que tuvieran un récord criminal; pero se ha comprobado que la mayoría de los deportados no tenían antecedentes; el gobierno se justifica diciendo que todo aquel que cruce la frontera de manera ilegal es un delincuente en este país; pues está cometiendo ese delito”, denunció la migrante. La mujer reconoció que muchos poblanos han decidido regresar por voluntad propia al estado debido a que no pueden lidiar con el temor de ser detenidos y deportados. 

“Sí hubo gente que por miedo se fue de manera voluntaria. Sí vivimos con miedo; pero más la gente que tiene a sus hijos aquí, ellos son los que prefieren irse que vivir separados”, comentó. 

Los que decidieron quedarse, aseguró, han tomado precauciones como limitar sus paseos o salidas, así como viajar en transportes locales:  “tomamos varias precauciones en lo que podemos, antes podíamos viajar en avión dentro del país sólo con el pasaporte; en mayo ya no se podrá si no tienes visa o si no eres residente legal o ciudadano y a los buses que van hacia otros estados también ya ha subido migración, entonces no podemos estar moviéndonos para buscar trabajo en otra zona”, añadió. 

Deportación indiscriminada 

Avelino Meza, secretario general de Fuerza Migrante, destacó que la vida de los migrantes en EE. UU. representa todo un reto; pues deben lidiar con los operativos para su detención y contra el miedo psicológico generado a partir de la llegada de Donald Trump. 

“Es un gran reto que tiene actualmente la comunidad; la verdad es que con el primer periodo de la administración del presidente Trump, pues se veían venir las políticas y la narrativa, el discurso, que es muy directo contra la comunidad en particular”, precisó. La gente vive con temor e incertidumbre, pues no saben con seguridad cómo vivirán durante la segunda administración del presidente de EE. UU. 

“Hay mucho temor sin duda, la información está fluyendo muy rápido, todos los días se está generando mucha información y eso provoca mucha incertidumbre en las familias y las personas, su principal preocupación es la división familiar”, destacó. 

Los migrantes que tienen hijos nacidos en el extranjero han puesto una regla sobre la “nacionalidad” para que, en caso de detención, puedan aplicar su doble nacionalidad y logren ser atendidos o repatriados en familia. “Hay una situación de temor en la comunidad; y hemos insistido en que las personas estén enteradas de sus derechos y estén preparadas; lamentablemente, las personas indocumentadas lo están haciendo”, resaltó Avelino Meza. 

Sin embargo, el secretario general de la organización explicó que existen tres grupos prioritarios para las autoridades migratorias: uno corresponde a personas que han cometido delitos en EE. UU. y ya tenían una orden de deportación.

El grupo susceptible de ser deportado es el de las personas con una orden de deportación y que estaban tramitando el proceso de libertad; este sector prioritario para el departamento de migración está representado por los que buscan ser repatriados porque ya tienen una orden de repatriación. El segundo grupo, explicó, son personas que ya están detenidas por algún proceso, alguna falta o algún delito; por lo que en breve pueden ser deportadas.

El tercer grupo son las personas con deportación exprés o que firman su deportación porque los amedrentan; y eso se produce en espacios laborales; los reportes de actividades en centros laborales han crecido, pero también el sector empresarial está muy pendiente de sus derechos: permanentemente también crean talleres informativos para saber qué pueden hacer, según los reportes aplicados por Fuerza Migrante. 

Los operativos migrantes se realizan contra quienes están previamente identificados; el secretario general de Fuerza Migrante aclaró que las autoridades no están haciendo redadas sólo para “cazar” migrantes.

“Las autoridades no pueden entrar a propiedad privada si no tienen el nombre de una persona perfectamente identificada; y si hacen esto, si no tienen orden judicial, pues las personas tienen derecho de interponer algún recurso legal”, aclaró.

En México, repatriados resienten los bajos salarios 

Jaime B. es oriundo de Izúcar de Matamoros y fue uno de los migrantes deportados en 2017. Él no se ha adaptado a vivir en Puebla, pues asegura que los sueldos son raquíticos y predominan las malas condiciones, por lo que ha intentado pasar dos veces más al país vecino. 

El trailero no pierde la fe de pasar a EE. UU., por lo que aseguró que seguirá intentándolo. La última vez que lo hizo fue hace medio año; sin embargo, cuando llegó a Arizona, descubrieron la “van” en la que viajaba junto a otros migrantes y lo regresaron. 

“Corretearon a la camioneta y nos agarraron más allá de Arizona, casi llegábamos al segundo punto donde nos iban a entregar a los coyotes que nos llevarían a nuestra casa”, aseveró. 

Aunque quedó fichado, lo intentará nuevamente, pero ahora por el lado de Tijuana. 

“La última vez me pidieron 48 mil pesos de aquí a la frontera, eso sí, me mandaron en avión; y como me agarraron, me dijeron que no había devolución del dinero; ya allá tenía que pagar cerca de 200 mil pesos cuando me entregaran con mi familia”, relató. 

Y argumentó que, en la frontera, les marcan la ruta con GPS para que ubiquen el punto al que deben llegar y los pasan de tres en tres para evitar que llamen la atención de las autoridades estadounidenses.

Políticas oficiales insuficientes

Durante su campaña, el gobernador Alejandro Armenta Mier prometió respaldar a los trabajadores migrantes poblanos, afectados por la política racista de Donald Trump. También aseguró que su gobierno contaría con una estrategia de defensa de la comunidad migrante y ofreció un programa de viviendas, empleo formal y proyectos productivos para apoyar a los migrantes poblanos en caso de ser deportados. 

Ya que el trabajador poblano en EE. UU. abona a la economía tanto del país del norte como a la de su región por las divisas que envían. Entre los compromisos de apoyo a los que Armenta Mier aludió para la comunidad migrante en el extranjero, anunció la creación de cuatro Casas Puebla, en Nueva York, Los Ángeles y Nueva Jersey. 

Sin embargo, los migrantes consideran que el apoyo gubernamental resulta insuficiente debido a que las condiciones ofrecidas por el gobierno, los salarios y la calidad de vida no se comparan con las que tienen en el país del norte y por las cuales decidieron migrar. 

“Se queda todo en buenas intenciones, no es cierto que llegues y te ofrezcan ayuda. Tengo ya unos años luchando por establecerme y no hay trabajo; y por el que hay pagan una miseria y no se compara con lo que ganaba allá”, lamentó Jaime B., migrante de la mixteca.

En la zona de Nueva York, explicó, les pagan actualmente de 15 a 20 dólares por hora (de 299 pesos a 398 pesos por hora, con un tipo de cambio al 20 de abril de 19.94 pesos). El salario que los migrantes ganan por una hora es mayor al salario mínimo que ganan los poblanos en su estado, que es de 278.80 pesos.

El migrante mixteco agregó que, a pesar de la oferta de ayuda, los trámites son engorrosos y tardados, por lo que resulta inviable acercarse al gobierno del estado para mejorar su calidad de vida tras su repatriación. El gobierno de Puebla informó que del total de migrantes repatriados, solamente han ubicado a unos 300 para ofertarles la ayuda gubernamental. Es decir, un apoyo que poco ha servido para los migrantes pero sí para que el gobernador simule apoyarlos.

En tanto, el gobierno de Puebla, como el federal, no creen oportunidades de trabajo bien remunerados, miles de mexicanos seguirán buscando el “sueño americano”, cada vez más difícil; aun así, prefieren arriesgarse frente a la reducida posibilidad de desarrollo en el país. Por lo que, a decir de los activistas migrantes, los programas gubernamentales enfocados en los migrantes no tendrán ningún impacto en su vida cotidiana una vez que sean repatriados. 


Escrito por Norma Herrera

@Norma_HG


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