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La soledad es un problema que puede tener graves consecuencias en la salud física y mental de las personas. Esta relación se profundiza todavía más en los adultos mayores, pues son los que están expuestos a una mayor vulnerabilidad cuando su salud y condiciones económicas pueden precarizarse. En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2021), la soledad afecta a 1.7 millones de personas mayores de 60 años. De ellas, 60 por ciento son mujeres. Además, siete de cada 10 personas que viven solas, presentan alguna discapacidad o limitación.
La soledad se define como la sensación subjetiva de un fenómeno multifactorial y complejo, que involucra el aspecto psicológico y puede derivar en estrés. Es resultado de carencias afectivas, sociales y físicas; puede ser real que la persona no tenga ninguna compañía, o percibida, es decir que, aunque esté rodeada de otras personas, se sienta aislada. En las personas adultas mayores, la soledad se relaciona con la presencia del deterioro cognitivo, desnutrición, disminución en la actividad física, mala calidad de sueño, entre otros aspectos, lo que implica que la soledad es un determinante de la salud tan grave como la obesidad.
El problema de la soledad es un fenómeno de las sociedades contemporáneas. Si bien hay un tipo de soledad que necesita el ser humano, hay otro que lo disminuye y lo margina de los procesos sociales fundamentales y que incluso lo deshumaniza. La sociedad capitalista centrada en diversas formas de individualidad ha favorecido el olvido y la pérdida de espacios públicos, compartidos y solidarios.
La soledad surge del temor al espacio público, que se percibe amenazante y lleno de riesgo, del miedo a los otros. La soledad aniquila, los sujetos se van volviendo “islas”. Este problema, que para la sociedad en general es grave, para los adultos mayores puede llegar a ser mortal. La soledad no deseada es un problema social y sanitario del capitalismo que afecta a millones de adultos mayores. Por ello, la ONU establece que, por principio, los adultos mayores deberían disfrutar cuidados y protección familiar. Sin embargo, en México, como en muchos países de América Latina y del mundo, impera la falta de cuidados. La soledad en la que se encuentran los adultos mayores es sólo otro síntoma de la gravedad de esta carencia.
Los cuidados se proveen como si no fueran un asunto público y de responsabilidad del Estado, sino un asunto privado que se ha dejado en manos de los hogares y familias. Los cuidados necesarios para los adultos mayores deben convertirse cada vez más en un asunto público. Si consideramos que la gran mayoría de los mexicanos vive en situación de pobreza, que necesitan trabajar para poder comer y que trabajan jornadas desbordantes, con tiempos de traslado extensos, los cuidados adecuados a los adultos mayores se dificultan para estas familias.
La política federal para los problemas de los adultos mayores se limita a otorgar una de las Pensiones del Bienestar de seis mil pesos cada dos meses. Sin embargo, además de ser una cantidad insuficiente para los requerimientos de los adultos mayores, esta política ve el problema como un asunto de naturaleza privada, pues los condena a resolver sus cuidados a través del mercado. El Estado no ha implementado ninguna política para atacar la soledad de los adultos mayores donde, indefectiblemente, los más afectados son los que viven en hogares en condición de pobreza. Para tener un buen sistema de cuidados, que incluya el grave problema de la soledad entre sus problemas a atacar, es necesario exigir una solución colectiva, que reciba suficiente atención presupuestaria
El capitalismo pretende seguir arrancando tiempo de trabajo no pagado a las inmensas masas de trabajadores del mundo.
La soledad aniquila, los sujetos se van volviendo “islas”. Este problema, que para la sociedad en general es grave, para los adultos mayores puede llegar a ser mortal.
¿A qué conduce la asimilación del “Superhombre” como ideología? Al rechazo de toda acción colectiva, a la aniquilación de la organización social, única arma verdadera de transformación.
A cien años de la Revolución mexicana, las condiciones han cambiado. Si en un momento el capitalismo fue una necesidad en nuestro país, hoy es un lastre aquí y en el mundo entero.
Lo que verdaderamente está en juego es precisamente la vigencia del neoliberalismo como política económica.
El sistema capitalista es la causa principal de la destrucción de países, naciones y pueblos enteros.
Escrito por Samira Margarita Sánchez
Columnista