Muchas de las mediciones que se emiten obedecen, en más de una ocasión, a un carácter subjetivo, es decir, dependen del planteamiento mostrado por el investigador para interpretar tal fenómeno de la realidad.
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Con todo y programas monetarios del “Bienestar” que reparte el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la carencia de acceso a servicios de salud y medicinas se incrementó de manera notable, igual que los perjudicados, que pasaron de 15 a 35.7 millones de personas en solo dos años, de 2018 a 2020, según información del propio gobierno federal.
En ese sentido, el Coneval informó que durante 2021 casi 30 millones de mexicanos carecían de acceso a una alimentación regular, nutritiva y de calidad, es decir, un aumento de más de un millón de personas en esa situación, al pasar de 27.5 millones en 2018 a 28.6 millones en 2020. Además, hubo otros aumentos en las carencias de servicios sociales fundamentales como el rezago educativo que se incrementó en 0.25 por ciento.
Mientras, la población indígena se mantiene con los mayores atrasos económicos y sociales respecto al resto de la población; también es el que mayor número de integrantes en pobreza con poco más de 9.6 millones de los 55.7 millones de pobres reportados en 2020.
Es el grupo que presenta los mayores niveles en carencias sociales (100 por ciento), por ejemplo, en acceso a servicios básicos en la vivienda, mientras en 385 municipios estudiados los porcentajes en carencias básicas son iguales o superiores a 80 por ciento.
En la parte baja de la región del río Papaloapan que toca poblaciones como Cosamaloapan, Veracruz, “viven personas que tienen que salir todos los días para ver cuánto se ganan para vivir, y pues sí, la pasan mal… y van heredando esa pobreza, aunque suene duro, así es; no han tenido una oportunidad, y si, esa es la parte de la población que más sufre”, expuso a buzos Leocadio Ramírez Quevedo, habitante de la región.
Ramírez, productor de caña de azúcar en esa zona veracruzana, comentó que los ejidatarios y trabajadores cañeros están dedicados a la siembra y se sostienen un poco mejor, pero en las comunidades de la cuenca las personas salen diario a ver cuánto se pueden ganar “y si ese día no gana, pues puede no comer ese día”.
Comenta que, en lo general, la suspensión y modificación de actividades por la pandemia, así como la inflación y la carestía han complicado la situación de por sí adversa. “Por el aumento en los precios de algunos productos, como la carne, las personas con reducido poder de compra la sustituyen con otros de menor costo, aunque esto signifique también disminuir el consumo de nutrientes básicos”.
“La carne se cambia por otro producto más barato, se van hasta los embutidos que están más baratos… hay familias que comen salchichas nada más, y si le agregan huevo, pues ya es bastante; ya no pueden comprar carne de res, de pollo, entonces, van modificando su dieta de acuerdo al dinero que van teniendo”, refirió.
Sobre la atención a la salud, Leocadio Ramírez señaló que las personas sin acceso a servicios sanitarios públicos acuden a los privados, sobre todo a las farmacias con consultorios. “La población de menos recursos descubre esos negocios en donde puede costarle menos la medicina y el médico”.
También opinó sobre los apoyos gubernamentales en efectivo: “… yo no le veo que esa sea una solución… la solución es que la población aprenda, o sea, inculcar una cultura; enseñarlos a pescar, no darle el pez ya en el plato, si se lo dan así, nunca los van a enseñar”.
“Si dan solamente así dinero efectivo eso ayuda a la gente en el momento, pero a futuro no se resuelve nada… el gobierno hace esos programas, pero deberían dar beneficios a futuro para que las personas vayan teniendo un ascenso de vida mejor, para que vayan escalando y no las dejemos ahí”, expuso Ramírez.
Muchas de las mediciones que se emiten obedecen, en más de una ocasión, a un carácter subjetivo, es decir, dependen del planteamiento mostrado por el investigador para interpretar tal fenómeno de la realidad.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de la medición de la pobreza para 2024 en nuestro país.
Prestigiados analistas e investigadores de universidades, institutos y asociaciones civiles opinan que los avances de la lucha contra la pobreza en México no son para celebrar.
El gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) festejó que, durante el sexenio pasado, 13.4 millones de mexicanos dejaron la pobreza.
La medición de la pobreza se ha convertido en uno de los criterios sustanciales para evaluar el desempeño gubernamental y las posibilidades de un crecimiento con desarrollo de un país.
El gobierno federal presume una ligera disminución en la pobreza estatal pasando del 60.4 por ciento en 2022 a 58.1 en 2024, pero esa “mejora” no altera las causas de fondo.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) era la institución encargada de medir la pobreza y el impacto de la política social en México, pero a mediados de este año sus funciones fueron transferidas al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Pero cabe preguntar: ¿cómo salieron de la pobreza 13 millones de mexicanos si la política económica del sexenio anterior fue por demás desastrosa?
La entidad financiera insistió en que la certidumbre jurídica y el empleo formal serán clave en la reducción de los niveles de pobreza
El especialista del Colmex negó que 13.4 millones de mexicanos hayan salido de la pobreza y asegura que los datos del Inegi están “cuchareados”.
El índice evalúa 173 ciudades en cinco categorías: estabilidad, atención médica, cultura y medio ambiente, educación e infraestructura.
Por más que algunos artífices del Gobierno de México se empeñen en acomodar su discurso por “cambiar” la situación de pobreza, marginación y miseria en que vivimos los mexicanos, los testimonios de las amas de casa, obreros, jefes de familia, campesinos o albañiles se imponen.
El rezago educativo y la falta de servicios básicos siguen afectando a millones
En zonas rurales, los hogares en Chipas registraron un ingreso promedio de 9 mil 862 pesos al mes para una familia de cuatro personas.
A pesar de su tamaño económico, México ocupa uno de los últimos lugares en generación de valor por hora trabajada, con efectos ya visibles en su Producto Interno Bruto (PIB).
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Escrito por Martín Morales
Reportero de buzos de la Noticia.