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Un “derivado” es un instrumento financiero cuyo valor depende del valor de otro activo. Los activos pueden ser financieros, como acciones y divisas; o no financieros, como el oro, el petróleo o el maíz. Un ejemplo de derivado no financiero es un “contrato de futuros”. Un productor de maíz acuerda vender 40 toneladas de maíz en fecha futura a una comercializadora con un precio de cinco pesos el kilo o a cinco mil pesos por tonelada. Así el productor y la comercializadora de maíz formalizan un “contrato de futuro”.
¿Con qué objetivo se realiza este acuerdo? Cuando hay incertidumbre en el precio futuro del maíz, al productor le interesa asegurarse un precio mínimo en el mercado que le permita una ganancia mínima o al menos recuperar su inversión; y la comercializadora busca protegerse de la posible alza en el precio del maíz. Cuando llega la fecha convenida y el precio de éste alcanza 5.5 pesos el kilo; entonces la transacción resulta conveniente para la comercializadora que, en lugar de pagar 5.5 pesos, pagará solo cinco pesos. Si el precio se coloca por debajo de los cinco pesos convenidos, entonces el beneficiado será el vendedor.
En el mercado, sin embargo, hay otros agentes distintos al productor y comercializador del ejemplo anterior: los especuladores financieros. Éstos, a diferencia de aquéllos, buscan ganancias a partir de la variación de precios de los instrumentos financieros y, para ello, no necesitan producir, comprar ni vender activos reales (alimentos, materias primas, metales, energéticos, etc.); pues ellos ganan con la compra-venta de contratos de futuros y no con la compra-venta de productos. Continuando con nuestro ejemplo, ahora tenemos dos mercancías y, por tanto, dos mercados: el del maíz y el de contratos de futuros sobre el maíz.
El precio de los futuros de maíz está ligado, hasta cierto punto, al precio del maíz. Ante la expectativa de una racha alcista de los precios del maíz, el precio de los contratos aumenta. Entonces, los especuladores ven conveniente “invertir” masivamente en la compra de estos contratos de futuros para después venderlos cuando hayan alcanzado su precio máximo. En el ínterin, este incremento artificial de la demanda de maíz empuja su precio al alza, lo que a su vez retroalimenta el precio de los contratos de futuros; y así sucesivamente, hasta que la burbuja especulativa se rompe y los especuladores se retiran con cuantiosas ganancias.
En el terreno de la especulación financiera ligada a los mercados agrícolas, las estrategias de enriquecimiento, como la expuesta aquí, son incontables y tanto más complejas, así como la cantidad de “derivados financieros” creados para armar sus apuestas. La Bolsa de Valores de Chicago (CME) es el mercado con mayor número de operaciones de contratos de futuros en torno a las materias primas. En 2021, cerca del 30 por ciento del total de sus operaciones correspondió a contratos de futuros de maíz (IG Group, 2021). La especulación en este mercado bursátil y otros, como el de Nueva York y Tokio, se desliga tanto de la producción de maíz que inclusive es una de las causas principales del alza desorbitante en los precios de este grano, tal como sucede ahora en México y el mundo.
El maíz y otros granos básicos como el trigo y la soya han alcanzado precios récord debido a la especulación financiera. Así lo han denunciado la Organización Internacional del Trabajo (OIT), medios de comunicación como The Wall Street Journal, Lighthouse Reports, DW y varias organizaciones no gubernamentales.
Señalan lento crecimiento industrial y debilitamiento gradual del mercado laboral.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, el único país beligerante sin pérdidas materiales ni humanas significativas, construyó un entramado institucional para imponer su hegemonía sobre los países capitalistas de Europa.
El precio del kilo de tortilla ha alcanzado los 31 pesos en ciudades como Hermosillo, Sonora.
“Nada, desgraciadamente, más lejano de la verdad”, enfatizó en su artículo titulado ¿Cuál inversión extranjera? Publicado en el diario El Universal.
Ciudad de México.- Este viernes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aumentó 4.36 por ciento el estímulo fiscal a la cuota del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al diésel.
Alberto Espinosa Desagud aseguró que será difícil cumplir con compromisos fiscales sin una modificación en la recaudación hacendaria.
La India atraviesa una crisis en desigualdad económica.
El tipo de cambio mostró un comportamiento inestable, con el dólar superando los 17.20 pesos.
Los primeros capitalistas algorítmicos –Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, los famosos Gafam– se convirtieron en adalides de esta nueva era del capitalismo tras la crisis económica de 2007-2008.
La disminución en los ingresos tributarios, como parte proporcional del PIB, fue consecuencia de los estímulos fiscales sobre el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las gasolinas.
Dicha caída representa la peor en la historia para una economía mexicana impactada por la pandemia de Covid-19.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó este lunes su pronóstico de crecimiento para México en 2020 a 1 por ciento, su ultimo pronóstico era del 1.3 por ciento.
A nivel nacional, la población desocupada, misma que considera al sector que no cuenta con trabajo pero que está en su búsqueda, se situó en 2.3 millones de personas.
La asistencia a los centros comerciales se desplomó más de 70 por ciento, pues lo único que permanece abierto son los autoservicios y farmacias.
Urge recuperar el criterio federalista, priorizar a las entidades más rezagadas, y dar mayor margen de libertad a estados y municipios, para poner fin a la dictadura financiera absoluta del Gobierno Federal.
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Escrito por Tania Rojas
Maestra en Economía por El Colegio de México. Estudia un doctorado en Economía en la Universidad de Massachusetts Amherst, en EE.UU.