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En todo el mundo se han encendido las alarmas, el pánico, la desesperación y las primeras demandas de auxilio. Hay una crisis que nuestros gobernantes no quieren ver, pero que millones de familias resienten más que nunca: el hambre, que causa terror y empieza a asesinar brutalmente a muchas personas.
En vísperas del 77° Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fueron muchas las instituciones internacionales que alertaron sobre la existencia de una hambruna global, derivada tanto por las consecuencias socioeconómicas de la pandemia del Covid-19 como por los conflictos geopolíticos. Su llamado fue el mismo, aunque no nuevo: el hambre sigue acorralando a la humanidad.
Sin embargo, la única solución que propusieron fue una supuesta “cooperación” entre países para frenar el mayor número de muertes causadas por la mala alimentación y la desnutrición. Además, las medidas de acción que sugirieron son caducas y desde hace mucho tiempo, ninguna se ha materializado; mientras la brecha entre ricos y pobres se amplía. La primera es más rica y la segunda más pobre.
Mientras tanto, 238 organizaciones no gubernamentales (ONG) denunciaron, en un comunicado, que “345 millones de personas sufren hambre aguda, una cifra que se ha multiplicado por más de dos desde 2019”. Esto significa que, en los países pobres, el hambre está provocando una muerte cada cuatro segundos; y ésta es la razón por la que la crisis se ha ocultado ante las grandes investigaciones académicas de la ONU o la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (OCDE), que se limitan a difundir exhortos que solo benefician al sistema capitalista.
En uno de los informes de las ONG se revela que “en un mundo de abundancia, dejar que la gente se muera de hambre es una decisión política”. Esta afirmación, a mi parecer, denuncia lo que en nuestro país está sucediendo: la falta de inversión pública en infraestructura urbana básica que genere crecimiento económico y empleo en sectores importantísimos como el campo, entre otros, mientras el grueso del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se gasta en simples ayudas monetarias cuyo objetivo real es comprar votos y no atacar a fondo la pobreza, según prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Hoy, la inflación está dejando sin qué comer a miles de familias mexicanas, pero ni el Presidente ni su partido, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), han intentado siquiera controlarla. Desde hace cuatro años, la importación de productos extranjeros, la mayoría provenientes de Estados Unidos (EE. UU.), ha crecido en 40 por ciento y nos ha hecho aún más dependientes de este país; mientras, el campo mexicano se encuentra olvidado.
La crisis de los fertilizantes en los mercados externos ha elevado su costo; y el gobierno federal, en vez de replantear su política hacia el campo, omite tal situación. Es previsible que el proyecto del PEF 2023, que en los próximos días será discutido por la Cámara de Diputados, sea aprobado tal como fue redactado en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); con un raquítico aumento de 11 mil millones de pesos (mdp). El porcentaje de aumento a la Sader parece óptimo, pero comparado con el de otras dependencias –entre ellas Bienestar y Turismo– es uno de los menores.
El maíz, parte básica de la dieta de todo mexicano, ha elevado sus costos de producción y sus precios de importación. El frijol, otro grano vital, y que se produce en mínimas cantidades, es ya insuficiente.
Esta crisis “invisible” está gestándose desde hace varios años; y puede desembocar en protestas e inconformidades sociales contra los gobernantes. La hambruna en México y el mundo es un asesino silencioso cuyas víctimas siempre son los desamparados, que a diario se juegan la vida porque no saben si al día siguiente tendrán qué comer.
Por ello, en el penúltimo Paquete Económico enviado por el Presidente al Congreso de la Unión convendría replantear las propuestas de gasto con base en las necesidades reales del pueblo de México. Según las cifras oficiales, en el país hay 55.7 millones de personas en pobreza; y 10.9 millones en pobreza extrema, entre las cuales ya se presenta la hambruna y están más expuestas a las catástrofes naturales.
Es a estos mexicanos a quienes se debe apoyar y salvar; lamentablemente, el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” prioriza las obras emblemáticas del Presidente (el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles) y los programas sociales con tinte electorero, cuyo peso político-monetario, sin duda, veremos gravitar durante los comicios de los estados de México y Coahuila en 2023 y en las elecciones generales de 2024. Por el momento, querido lector, es todo.
Mientras empeora la disponibilidad de agua para agricultura en mayo, la Balanza Comercial Agroalimentaria registra déficit por mil 559 millones de dólares, la producción agrícola en 450 municipios de 19 estados de la República se encuentra en riesgo.
La economía de la 4T es un desastre, hay problemas inflacionarios, baja inversión, salida de capitales, obras al doble del costo que se dijo y disminución del salario real, denunció el diputado Brasil Acosta Peña.
De la llegada a México de la última cepa del virus SARS-COV2, de las condiciones sanitarias previas a su arribo y del incremento inminente de las cifras de contagios trata esta semana nuestro Reporte Especial.
La pluralidad manifestada en estos foros demuestra la debilidad del argumento enarbolado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Los únicos esfuerzos por levantar Acapulco de la postración son sus trabajadores y microempresarios.
Los datos que López Obrador dio en su cuarto informe de gobierno no coinciden con la realidad; no ha disminuido la pobreza ni la desigualdad, la austeridad franciscana es un fracaso y no existe estabilidad financiera.
Con 6 votos a favor y el voto en contra del magistrado presidente, TEPJF quitó candidatura.
Los colectivos que protestaron calificaron de “asesina” a la diputada federal del PAN, Teresa Castell, al tiempo que exigían procesar propuestas a favor de los derechos de su comunidad LGBTTTIQ+.
La senadora con licencia Kenia López denunció que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, preparó las críticas contra Xóchitl Gálvez en EE. UU. “porque están muertos de miedo”.
Lilia Vianey Gómez, madre del normalista asesinado Yanqui Kothan, llamó a las organizaciones sociales a exigir la desmilitarización de las instituciones de impartición de seguridad y justicia en Guerrero.
Escritoras, activistas, investigadoras, periodistas y actrices también se unieron a esta petición que se le está haciendo a AMLO para que se le quite la candidatura
Y es que el presidente de “primero los pobres” incumplió en mejorar significativamente el nivel de bienestar de la población.
Ante el asesinato de un comerciante organizado, afectaciones graves a otros tres y amenazas en contra de los integrantes del Movimiento Antorchista en el estado, anunciaron una marcha para mañana para exigir un alto a las agresiones.
The Economist no puede ni quiere salvar a los mexicanos; pero su amenaza debe prevenirnos, debe ponernos en movimiento decididos a conjurar el peligro y a poner el verdadero remedio a la situación.
"Una vez más, desde Naciones Unidas, el mundo dice no a la agresión y a las políticas fracasadas de EE.UU. contra Cuba", manifestó el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).