El 29 de junio de 2020, a los 89 años, fallecía en su patria, a la que había vuelto en 2014 de un prolongado exilio, el poeta chileno Efraín Barquero.
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Nació el 17 de diciembre de 1939 en Seúl. Fue a la Escuela de bachillerato Taegwang y se graduó en Filosofía en la Universidad Yonsei en 1965. Trabajó como periodista para el Seoul Sinmun y el JoongAng Ilbo y fue profesor de Escritura Creativa en el Instituto de Artes de Seúl. Se retiró enseñando en la Universidad Yonsei.
Su poesía actualiza la lírica tradicional. Sus primeros poemas exploraron las posibilidades de trascender el dolor de la realidad en el interior de la tensa relación entre los sueños de uno mismo y el mundo externo. Incluso cuando su poesía hablaba de paradojas entre elementos como el dolor o la celebración, el agua y el fuego, lo pesado y lo liviano, y la tristeza y la felicidad. Continuó la exploración poética en su segundo y tercer libros de poemas, Soy el señor estrella y Como una pelota que rebota cuando cae.
Su cuarta recopilación, No queda mucho tiempo para amar fue un punto de inflexión en la carrera del poeta, como análisis de la aceptación de la vida, y las maravillas de la naturaleza. Los poemas demuestran una nueva inclinación por un mundo de reconciliación en vez de conflicto. Este cambio en el interés poético es más evidente en su quinto libro de poemas Una flor, que clama que la civilización y la artificialidad están suprimiendo a la humanidad y que la naturaleza es el único medio para la salvación.
No lo soporto
Como a medida que pasa el tiempo
mi corazón se vuelve más blando,
no soporto agosto que se va.
Tampoco soporto
septiembre ni octubre.
No soporto
los asuntos humanos
ni los cambios ni las penas.
No soporto
que lo que existe deje de existir,
que lo que se ve deje de verse.
No soporto el tiempo.
No soporto
ninguna huella
ni sombra del tiempo.
Pues las huellas son cicatrices
de lo que fluye y cambia,
de lo que duele y es doloroso.
Elogio del crepúsculo
A la puesta del Sol
el mundo se enriquece.
Los árboles se hunden en el crepúsculo,
los antiguos edificios de piedra,
los haces de luz mercurial,
la profundidad de la penumbra
que el cielo umbroso va enmarcando.
Es hondo el crepúsculo,
nada queda intocado,
nada es indiferente
la abundancia denota que no discrimina
mi cuerpo está sobradamente abierto
como el aire vacío,
nada hay que mi mano no alcance
igual que el agua...
Cuya mano se extiende al infinito.
Tan poco tiempo para amar
Hay tan poco tiempo para amar.
un niño pita “tut, tut” su corneta de plástico.
Los puerros que lleva una señora
crecen robustos en su bolsa,
un abuelo corre a alcanzar el autobús
y dos muchachas, qué importa el motivo,
marchan con dos o tres rosas en la mano,
¡flores inmarchitables!,
en el bolso de vinilo de la señora
explotan los capullos de castaña.
Picadura de abeja
Montado en la escalera portátil
recolectaba manzanas con alborozo,
era la primera vez.
La más a punto atrajo mi mano
en un brazo alto.
Al momento de tocarla, ¡ah!,
un dolorcillo asaltó mi dedo:
la picadura de una abeja
(oculta en una grieta formada por el tiempo).
Al paso de las horas,
el dedo dolía más.
(Extraer una lección de este suceso
parece vano).
Aunque el dolor continuaba,
mi corazón floreció como un manzano en otoño.
El dolor es otra vía de unión secreta
con todos los seres del Universo.
En la inmensidad de la naturaleza
bastó un poco de veneno
para fundir mi cuerpo con la vastedad.
De haber sabido...
A veces lo lamento:
aquel encuentro, esa ocasión,
pudo haber sido una mina de oro...
la persona de entonces,
el designio de entonces,
pudo haber sido una mina de oro...
de haber porfiado un poco.
De haber hablado,
escuchado atento,
amado más...
Más medio mudo
como sordo
¿absorto en qué?
Dejé que huyeran.
De haber amado,
aquel momento intensamente.
De haber sabido...
que cada instante era un capullo
que podía florecer
a mis cuidados.
El 29 de junio de 2020, a los 89 años, fallecía en su patria, a la que había vuelto en 2014 de un prolongado exilio, el poeta chileno Efraín Barquero.
Entre sus influencias se cuentan figuras como Emerson, Thoreau, Pound y William Carlos Williams, así como los poetas del grupo Black Mountain.
Nació en el Condado de Down, Irlanda del Norte, en 1965; es una de las poetisas más reconocidas de su generación.
La poesía es una forma de resistencia contra la narrativa de la historia occidental que pretende eliminar a un pueblo entero.
Su poesía, desde sus comienzos, estuvo anclada en los contextos físicos y rurales de su infancia.
El 21 de diciembre de 1907, en la escuela Santa María de Iquique, tuvo lugar una masacre contra los obreros del salitre, concentrados ahí en espera de diálogo con los representantes patronales y del gobierno.
Su obra está vinculada a la década de 1930.
Fue un poeta nacido en Arlington, Massachusetts, el 21 de mayo de 1926.
Nació en la aldea Innu en Canadá como parte de la comunidad nativa Ekuanitshit (cuida el lugar de donde eres), en 1966.
Es un poeta, dramaturgo y novelista nacido en Marsden, West Yorkshire, Reino Unido, el 26 de mayo de 1963.
Nació el 24 de marzo de 1834 en Walthamstow, Reino Unido.
Escritor, ensayista y poeta romántico inglés, fue miembro de la escuela Cockney formada por la segunda generación de poetas románticos ingleses.
A pesar de que nunca fue a la universidad, porque su familia no lo consideraba “apropiado”, fue una estudiante autodidacta y apasionada.
Sus primeros libros de poemas, como Un paseo por la tarde y Apuntes descriptivos (1793), apenas le dieron fama y ningún dinero.
Escritora y poetisa modernista estadounidense, nació el 15 de noviembre de 1887 en el estado de Misuri.
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Escrito por Redacción