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El asesinato del comandante iraní Qasem Soleimani ha desatado la indignación y la condena en todo el mundo; y para todo ser pensante queda clara la excesiva prepotencia del gobierno de Donald Trump, del imperialismo en general y del norteamericano en particular.
Incluso los medios de comunicación financiados por el imperialismo califican el acto criminal como una acción incorrecta, como una medida contraproducente en la carrera por la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. La inmensa mayoría de la población norteamericana condena su política y rechaza las guerras inconclusas que desplegaron los gobiernos anteriores y a las que pretende dar continuidad el actual. La violenta medida electorera de Trump se vuelve ahora en su contra.
Quienes se preguntan si habrá guerra, seguramente refiriéndose a un tercer enfrentamiento de las principales potencias militares del mundo, como las dos que ocurrieron durante el siglo pasado y que costaron millones de vidas, no se dan cuenta de que esa tercera guerra se desarrolla ante nuestros ojos desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que concluyó la Segunda Guerra Mundial; y que uno de sus capítulos más recientes son el acto terrorista norteamericano realizado en Irak contra el general Soleimani y la correspondiente respuesta iraní.
El imperialismo norteamericano invade Medio Oriente, ocupa territorios después de bombardearlos y asesinar a miles de civiles inocentes; se jacta de haber ejecutado en aquellos países a gobernantes y líderes de la manera más infame, sin haber demostrado jamás las acusaciones en su contra, como en el caso del asesinato de Sadam Husein, ahorcado ante los ojos de su pueblo, y del presidente libio Muamar el Gadafi, amado por sus compatriotas y sacrificado ferozmente ante los ojos de todo el mundo, como advertencia terrorífica para quienes desafían a la invasora potencia norteamericana.
Hace muchos años que Estados Unidos siembra el terror, impone gobiernos contrarios a los intereses de los pueblos, urde intrigas, financia “rebeliones” y golpes de Estado, “derriba dictaduras” y organiza elecciones fraudulentas para imponer a gobiernos serviles, instala bases militares en toda una región; en resumen, elimina a todo gobierno que intente liberarse del imperio y desarrollar su economía. Pero cuando los pueblos luchan por su independencia, los acusa de terrorismo y, desde Washington, decreta la muerte de sus líderes y de miles de víctimas inocentes.
La participación de Soleimani fue crucial en la unificación de su pueblo para resistir el embate del imperialismo y hacer fracasar sus planes de control en la región; el comandante de la Fuerza Quds había demostrado la falsedad de las acusaciones del gobierno estadounidense en torno al terrorismo, denunciándolas como una estrategia para justificar la intervención; su muerte fue una venganza del gobierno estadounidense. La respuesta de Irán fue inmediata y una muestra de lo que podrían sufrir, en adelante, las fuerzas invasoras.
Para el mundo debe quedar claro que la guerra mundial no es cosa del futuro, que desde mediados del Siglo pasado el imperialismo inició una guerra contra todos los países del mundo; y que quienes dicen luchar contra el terrorismo son quienes siembran el terror y la división interna en otras naciones.
En México, la salida tampoco está en la ultraderecha, ni en quienes ven en el pueblo solo una partida de holgazanes buenos solo para crear problemas.
El mundo está en manos de unas pocas personas. Son las que se reúnen a partir de mañana viernes en Buenos Aires
La acumulación extrema de riqueza en unas cuantas manos es la causa de que haya, por el otro lado, una gran parte de la población con carencias, incluso indignas de un ser humano. Si no, véase lo que ocurre en EE. UU.
El gobierno de la morenista Claudia Sheinbaum no ha hecho lo suficiente para combatir este problema.
La realidad del campo y los campesinos no mejorará con la política de “apoyos directos” de AMLO. La caída en la producción de maíz, trigo y frijol generará mayor importación de granos y, por lo tanto, seremos más dependientes de EE. UU.
La violencia contra los periodistas, como parte de la violencia y la inseguridad general, ha llevado a México a los primeros lugares en el mundo, pero por el número de agresiones y asesinatos contra los miembros de este gremio.
Conte perdió su mayoría absoluta en el Senado la semana pasada cuando un socio menor, el partido Italia Viva.
En sólo cuatro el gobierno de AMLO ha suprimido varios programas que ayudaban a cientos de miles de mexicanas; además, los feminicidios y la violencia en contra de ellas aumenta y no parece que le preocupe "al gobierno más incluyente".
La salida para los pueblos y para los jóvenes en particular, no puede consistir en resanar y rellenar las grietas más visibles del modelo económico actual.
México no necesita caras nuevas sino ideas nuevas, un proyecto de país renovado; necesidad que se hace más urgente en vista del desastre por el que nos conduce Morena.
La Ciudad de México se quedará en semáforo naranja la próxima semana, de acuerdo con el Gobierno capitalino, e incluso con alerta.
Joseph Biden no tuvo inconveniente en calificar el supuesto sistema educativo impuesto por el gobierno como “uno de los capítulos más horribles de la historia estadounidense”.
Urge sustituir a la clase política actual; crear un partido de auténtica raigambre popular, surgido de la entraña del pueblo, conformado por la vanguardia del mismo, dispuesto a transformar la terrible realidad que nos aqueja.
Dos sismos de 6.4 y 5.8 grados sacudieron este lunes la provincia suroriental turca de Hatay. El primero ocurrió en el distrito de Defne; el segundo en el de Samandag.
El actual Gobierno Federal ha dado pasos acelerados hacia la construcción de un régimen con tendencias autoritarias mediante el debilitamiento de los controles y contrapesos.
Escrito por Redacción