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La falta de voluntad política estimula la inseguridad pública en La Paz
En el primer semestre de 2020, La Paz fue considerado foco rojo en la Zona Metropolitana de la CDMX, porque concentró el mayor índice delictivo de robos con violencia.
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Los habitantes del municipio de La Paz califican como alarmante la inseguridad que los afecta porque los secuestros, extorsiones, feminicidios y asaltos en el transporte se cometen a plena luz del día y los cuerpos descuartizados se incrementan. Pese a este caos, la alcaldesa morenista Feliciana Olga Medina sueña con su reelección.

En el primer semestre de 2020, La Paz fue considerado foco rojo en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (CDMX), porque concentró el mayor índice delictivo de robos con violencia en el sistema de transporte público, al registrar 136 asaltos a usuarios de unidades de transporte, cifra superior en 28 delitos a la reportada en el mismo periodo de 2019, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP).

En agosto pasado se dio a conocer un video en el que se aprecia el fallido intento de robo en el que un presunto delincuente fue golpeado y exhibido sin ropa, luego de que su cómplice no lograra abordar la unidad de transporte de la ruta 83 en la carretera México-Texcoco, cerca de La Magdalena Altipac, comunidad perteneciente a La Paz; la grabación se difundió “viralmente” a través de las redes sociales.

Un episodio similar tuvo lugar en la carretera México-Puebla, en el tramo de La Paz, y también tuvo un impacto “viral”; en la grabación de los hechos se observa el momento en que una pasajera le grita al delincuente: “¡Que la Santa Muerte se los multiplique, güey!”, luego de que el asaltante despoja de carteras y celulares a los pasajeros de una combi, tras amenazarlos con un arma de fuego.

Los robos no son los únicos delitos que se cometen a diario en este municipio del oriente del Estado de México (Edomex). Recientemente, el SENSP difundió que, de enero a octubre de este año, se cometieron cinco mil 342 ilícitos, 107 más que en el mismo periodo en 2019. Destacaron, además, las lesiones dolosas (540); el robo de autos (504); a transeúntes en vía pública (341); a negocios (315), en el transporte público con todos los lujos de violencia (251); fraudes (122); y, entre otros, 81 homicidios dolosos y culposos con arma blanca y de fuego.

Con base en este reporte estadístico, La Paz cerrará el año con un incremento considerable en la comisión de delitos; y como aún faltaban por computar los que se dieron en noviembre y darán en diciembre, seguramente superará los reportados en 2019, cuando se contabilizó un total de seis mil 215 actos delictivos. En 2018 se registraron seis mil 957; 2017 cerró con seis mil 650; 2016, con seis mil 377; y 2015, con seis mil 303.

Feliciana

La alcaldesa Feliciana Olga Medina ha dicho que nunca prometió nada a los habitantes en relación con el problema de la inseguridad pública, el cual, con sus malas decisiones, ha derivado en una crisis de credibilidad y gobernabilidad porque, durante su administración, han sido asesinados dos regidores; en julio empleó a la Guardia Nacional (GN) para desalojar con violencia a pequeños comerciantes; y en abril tuvo lugar un zafarrancho por el cierre de una empresa de reciclado en la colonia Floreste, con saldo de una mujer lesionada y dos detenidos.

En 2019, la GN, presuntamente creada para proteger a la población, intentó cerrar el Centro de Desarrollo Comunitario San Isidro y reprimió a los pacenses que acuden ahí para hacer ejercicio. El año pasado fue asesinada, a manos de la policía municipal, la joven Karina Hamud en El Potrero, de Lomas de San Sebastián, a quien la edil revictimizó al atribuirle una “emboscada” contra sus esbirros, hecho por demás increíble. Karina dejo en la orfandad a una niña muy pequeña.

Las cuentas falsas de Olga Medina

En 2019, la alcaldesa de La Paz utilizó 15 millones de pesos (mdp) del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y las Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal (Fortamundf) para remodelar el Palacio Municipal; pero, en realidad, destinó nueve mdp para la adquisición de un sistema de seguridad pública, del que se desconocen su uso y características.

Además, erogó 94 mdp en la nómina de policías y bomberos; casi 14 mdp en combustibles y cuatro mdp en la reparación y mantenimiento de las unidades móviles, aunque los uniformados aseguran que no realizan rondines porque muchas de sus patrullas están descompuestas y no las proveen de gasolina.

Respecto a los recursos provenientes del fondo de Subsidio para la Seguridad de los Municipios (Submun), el municipio gastó en 2019 cerca de tres mdp para cubrir débitos en Adeudos Generados por Bienes y Servicios (Adefas), 24 mdp en energía eléctrica; 28 mdp en combustibles, lubricantes y aditivos; cerca de tres mdp en reparaciones y mantenimiento de equipo de transporte; 45 mdp en gasto corriente; más de 100 mdp entre maquinaria; de seguro de bienes patrimoniales; salarios del personal de base y 13 millones 955 mil pesos en vehículos y equipos terrestre.

Pero los policías del cuerpo de Seguridad Pública de La Paz portan chalecos viejos y armas obsoletas; no cuentan con un centro de mando y mucho menos con equipo tecnológico para enfrentar a los delincuentes. Es decir, las presumidas inversiones públicas del gobierno municipal no se observan en cada uno de sus actores principales.

Armado solo con un silbato y una bicicleta, Moi N. recorre cada noche las calles de la colonia El Salado en función de velador voluntario de las 23:00 a la siete de la mañana del día siguiente; lo hace con los riesgos que esta tarea implica; a cambio, recibe entre mil y mil 200 pesos a la semana; pues no todos los vecinos aportan los 15 pesos convenidos y algunos solo le dan entre dos y tres pesos.

Moi cuenta que tiene tres años en el desempeño de este servicio y es testigo de que la inseguridad va de mal en peor: “En el tiempo que he trabajado como velador, me ha tocado reportar más de 150 robos en esta colonia, pues la falta de alumbrado público y el abandono de automóviles convierten a los vecinos en presas fáciles para los delincuentes”.

Patrullas

Los robos son los delitos más frecuentes; pero en ese mismo lapso, Moi se ha topado con los cadáveres de cuatro o cinco personas asesinadas con armas de fuego. Sin embargo, el hallazgo que más lo ha impactado, fue el de un joven degollado. “Esto pasó hace año y medio en el deportivo de Santa Martha. Me encontraba haciendo mi rondín cuando vi un auto blanco, un taxi; en la parte trasera se encontraba la cabeza de un hombre…”.

Reveló que las cosas cambiaron para mal cuando llegó a la presidencia municipal de La Paz la edil morenista, a quien no le importaron los problemas de seguridad pública y se escuda en el argumento de que se ajusta a la política de austeridad en el gasto público.

“Antes había hasta cuatro patrullas con las que dábamos rondines en la zona. Pero ahora solo una nos acompaña de vez en cuando, se da una vuelta y se va… yo a Morena no le tengo confianza; no he visto que trabajen mucho en seguridad. Sí, me da miedo, pero no hay de otra. Hay que chambear”, lamentó a este semanario.

Por su parte, la subdelegada de El Salado, Liliana Zamudio, y la secretaria de la delegación, Maryoli Ortiz, aseguran que los asaltos son “el pan de cada día” y coinciden en que los focos rojos en su comunidad son la calle Río Suchiate, el parque infantil El Salado, Tehuantepec, La Magdalena, San Sebastián, la cabecera municipal, la colonia Mariel y el área donde se asienta el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de México (Cecytem).

“Cada semana recibimos arriba de tres reportes de robo; también se ha reportado el secuestro de jovencitas. En el ciclo escolar pasado, en el Cecytem, jalonearon a una estudiante a las dos de la tarde, pero logró huir de sus raptores. Otro caso fue el de una niña de 12 años, en San Sebastián y San Agustín; la subieron en una camioneta blanca. Avisamos a las autoridades para que se reforzara la seguridad, pero no ha habido muchos cambios”, comenta Maryoli, y agrega que ni por equivocación sale de su casa después de las seis de la tarde, por temor a la delincuencia.

Moi

Liliana informa que, desde que asumió el cargo como autoridad auxiliar en El Salado, ha recibido más de 100 reportes, el 90 por ciento relacionado con problemas de inseguridad: “Son robos, presencia de personas sospechosas y drogadictos. Hace falta ser más solidarios, más unidos, ya que en este municipio la gente es muy indiferente, pasa algo y se encierran en sus casas… me gusta mi municipio, pero sí me da cosa porque aquí no hay nada. Hacen falta obras como las de Chimalhuacán para cambiar y avanzar, pues estamos rezagados”, agregó.

Ciudadanos reprueban administración municipal

En una encuesta efectuada por la empresa Masive Caller, ocho de cada 10 pacences reprobaron la administración de la morenista Olga Medina, que solo consiguió una aceptación del 18.9 por ciento. El mismo estudio la descalificó en materia de seguridad pública y solo uno de cada 10 entrevistados señaló que volvería a votar por ella; la intención del voto apenas fue del 11.8 por ciento.

A pesar de los pésimos resultados de su administración, en la que reina la corrupción, la alcaldesa morenista sueña con permanecer otros tres años en el cargo.

La delegada de la colonia Mariel, Heriberta Martínez Romero, asegura que es momento de que La Paz resurja y vuelva a ser bien atendido, como hace 20 años. “Ahora es el más rezagado, carece de obras de alto impacto social; no hay atención a la salud, ni a la educación, ni mucho menos a la cultura y el deporte. A la presidenta le falta voluntad para atender la seguridad. Tampoco implementa acciones de bienestar social. Por el contrario, se confronta con los ciudadanos y los comerciantes, incluso amenaza con quitarles su patrimonio a las familias de escasos recursos que no cuentan con los medios para pagar impuestos”, denunció.

Liliana

“Hace unos años, los vecinos comenzaron a organizarse con el Movimiento Antorchista Nacional. Unidos realizaban rondines nocturnos; después, gestionaron y lograron la instalación de alarmas vecinales y luminarias en varias colonias; también habilitaron módulos de seguridad que la edil morenista simplemente abandonó. Ahora cuentan con grupos de WhatsApp para comunicarse y auxiliarse entre ellos mismos.

“Con las alarmas vecinales logramos disuadir a los delincuentes en las colonias Mariel, Ríos Tecomatlán y la cabecera municipal. Las cámaras de vigilancia nos sirvieron para identificar el modus operandi de algunos rateros y así ha sido posible evitar el robo de automóviles. Es decir, entre nosotros trabajamos para hacer frente a la inseguridad sin poner en riesgo nuestra integridad física”, aclaró.

Los entrevistados coincidieron en que el cuerpo de seguridad debe disponer de un centro de mando, aumentar el número de sus efectivos, capacitarlos y equiparlos; contar con más patrullas e instalar alarmas vecinales y alumbrado en todo el municipio. A estas medidas, conviene sumar la creación de espacios públicos donde las familias puedan recrearse y convivir socialmente, áreas deportivas y talleres de arte y artesanías, donde los niños y jóvenes se distraigan sanamente y se alejen de las conductas antisociales.

“Las elecciones se aproximan y el gobierno en turno comenzará la compra masiva de conciencias. Pero llegó el momento para tener paz en La Paz, por ello seguiremos organizándonos, continuaremos las gestiones y lucharemos unidos por obras y servicios que mejoren la calidad de vida de los pacenses. No más cantos de sirena, el poder de gestión está en el pueblo organizado”, concluyó Heriberta Martínez.


Escrito por Carolina Ruvalcaba .

Periodista con casi 20 años de experiencia en el medio.


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