Cargando, por favor espere...

¿Es posible una guerra de 1847 en 2019?
El alto grado de inestabilidad y fragmentación que padecemos nos debería hacer entender de que cualquier imprudencia puede decidir a los estadounidenses a “estabilizar” nuestro país con una guerra.
Cargando...

La invasión de México por Estados Unidos (EE. UU.) entre 1846-1848 fue uno de los eventos que marcaron nuestra historia. Vivimos en un siglo de democracias hechas al vapor y con revoluciones de colores o a fuerza de misiles; un siglo en que los pueblos indefensos no resisten por mucho tiempo los embates del imperialismo. De ahí que no sea fantasioso pensar que las actuales singularidades de la política nacional mexicana y nuestra situación de debilidad y dependencia frente a los vecinos del norte hagan cercana una nueva intervención.

En aquellos días prevalecía un escenario en el que todos los políticos mexicanos estaban peleados y se hacían la guerra. Los conservadores y los liberales negociaban esporádicamente, pero nunca lograban entenderse respecto a la forma de gobernar el vasto territorio nacional. A ello se sumaban dos problemas: el primero, que la economía se estancaba y el país carecía de la infraestructura indispensable para desarrollar los procesos de producción y circulación de mercancías para evitar los préstamos provenientes de los imperios actuales más poderosos: el francés y el inglés. En segundo lugar, en 1846 las fuerzas armadas del país no disponían sino de las mismas armas de la guerra de independencia (1810) y no estaban habilitadas para enfrentarse a otro ejército. Los militares, además, se encontraban divididos y cada cuerpo obedecía a su jefe o caudillo, quien a su vez estaba ligado a alguno de los grupos políticos: el liberal y el conservador.

En 1845, el presidente José Joaquín de Herrera, quien sabía que los estadounidenses pretendían apoderarse del norte de México por las gestiones diplomáticas que en el país realizaban sus ministros, se vio orillado a aceptar la anexión de Texas a EE. UU. con el propósito de frenar su voraz hambre territorial. La consecuencia de esto fue un motín santannista que secuestró temporalmente a Herrera y a una parte de su gabinete. A continuación, los estadounidenses presionaron para obtener el norte, y aprovecharon el hecho de que en 1846, el ejército mexicano había capturado a un pelotón norteamericano que avanzaba sin autorización en el territorio de Texas, declararon la guerra a México. Herrera solo pudo juntar alrededor de seis mil hombres para la defensa pero su comandante, Mariano Paredes, decidió derrocar al Presidente en lugar de hacer la guerra.

Los eventos posteriores, marcados por la fragmentación política nacional y la incapacidad de nuestros militares, permitieron que las unidades estadounidenses, que contaban con armamento avanzado y notable experiencia bélica gracias a la segunda guerra de exterminio contra indios seminolas en la península de Florida (1835-1842), entraron a la CDMX y con ello no solo confirmaron su posesión sobre Texas sino que, además, se apoderaron de Alta California y Nuevo México. De esta anexión surgieron los actuales estados de Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.

A pesar de esas pérdidas, nuestro territorio permanece vasto y rico en recursos naturales. Pero el Estado nacional, regido absolutamente por Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), es golpeado a diestra y siniestra con la siembra irresponsable del divisionismo en nuestra clase política y el enojo de los capitalistas –generado por la cancelación del NAICM– y con la inconformidad de las clases populares por la reducción de apoyos sociales a las familias más pobres y la eliminación de obras públicas municipales y el Seguro Popular.

En resumen: seguimos siendo vecinos e importantísimos socios comerciales de la mayor potencia económica y militar, que tiene un gran interés sobre nuestra economía y de la que, además, dependemos casi totalmente. Todo esto y el alto grado de inestabilidad y fragmentación que padecemos nos debería hacer entender de que cualquier imprudencia puede decidir a los estadounidenses a “estabilizar” nuestro país con una guerra.


Escrito por Anaximandro Pérez

Columnista


Notas relacionadas

Con 1,891 votos, la líder social Azucena Flores Peña resultó electa Coordinadora Territorial de San Andrés Mixquic para el periodo 2023-2026.

Santiago Taboada y Lía Limón adelantaron que este jueves acudirán a la Fiscalía federal para que atiendan el caso.

Acompañados por Vidulfo Rosales, su representante legal, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa solicitaron que el Senado sea un interlocutor ante las instancias del Gobierno y el presidente de la República.

La tarifa, ajustada a la inflación, entre 1997 y 2019, debería ser de al menos 13.15 pesos, agregó Vázquez Figueroa.

Junto a esos "ajustes" para beneficio electoral se observa que "no hay recursos" para obras y servicios de los municipios

Manuel Cantú Puebla amasó una fortuna gracias a su relación con Jorge Castillo Díaz y Ricardo Cid de León Ricárdez, operador político y exsecretario particular del gobernador Gabino Cué Monteagudo.

El Reporte Especial de buzos se refiere esta semana al subejercicio bajo su gobierno y al mecanismo a través del cual obtuvo un gran poder.

La realidad del campo y los campesinos no mejorará con la política de “apoyos directos” de AMLO. La caída en la producción de maíz, trigo y frijol generará mayor importación de granos y, por lo tanto, seremos más dependientes de EE. UU.

El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a la integración económica entre Estados Unidos, Canadá y México para hacerle frente al crecimiento exponencial y expansión comercial de China.

Por ahora Rusia y China pueden observar cómodamente desde lejos cómo se desarrolla una coyuntura climática en la política mundial, elevando gradualmente el ritmo del desgaste hasta convertirlo en un círculo de fuego.

Reducido a su mínima expresión como instituto político justo cuando cumplió 90 años de existencia y padece un resquebrajo financiero tras la debacle en las elecciones del 1º de julio de 2018.

El excandidato a la presidencia, Ricardo Anaya, culpó al gobierno de AMLO de ser “inepto” y el responsable de que México haya quedado en antepenúltimo lugar entre los países en los que se aplica la prueba PISA.

La realidad es más contundente que el discurso: en el bolsillo de la gente hay menos dinero; hay casas inundadas y sin ayuda oficial; faltan empleos y apoyos a la producción agrícola, industrial y comercial, entre muchas otras.

Ante la indiferencia del gobernador de Yucatán para resolver demandas sociales, el Movimiento Antorchista en la zona anunció una manifestación para el 21 de abril. Aseguraron que si no hay solución, escalarán su lucha a nivel nacional.

Hoy, mientras el imperialismo reduce los derechos fundamentales (a la salud, al trabajo y a la vida) a simples mercancías, concentra el capital de forma nunca antes vista.

Edición impresa

Editorial

El Gobierno y la clase empresarial


En este país, como en todos aquellos en que existe explotación capitalista, el Estado se halla al servicio de la clase dominante.

Las más leídas

Síguenos en Facebook


Poesía

Sociedad anónima

Sociedad Anónima 1139