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Desapariciones en la CDMX aumentaron 400% en sólo 4 años
La escasa información sobre el número de desapariciones en el registro de la CBPCM es tan alarmante como que la fiscal Ernestina Godoy asegure que en el incremento del 400% en desapariciones, hay muchas que “son ausencias voluntarias”.
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A decir de la doctora en antropología e investigadora Elena Azaola, este incremento resulta más fidedigno porque proviene del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública Federal (SESPF), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México (CBPCM).

 

La especialista sitúa el incremento en 400 por ciento porque, desde que esta comisión inició sus actividades en 2020, el número de las personas desaparecidas es inconsistente debido a que hay algunas que han sido encontradas y otras de las que se desconoce el paradero, lo que quizá se debe a que las autoridades tienen “el deseo de bajar los números para que no parezca que hay tantos desaparecidos.

“Las alcaldías donde ha habido más desaparecidos son Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Álvaro Obregón y Venustiano Carranza pero, como sabemos, estas alcaldías son las de mayor población. Sería importantísimo que las alcaldías también se fueran sumando a este esfuerzo de entender qué tipo de desapariciones prevalecen en cada localidad”, destacó.

Elena Azaola pidió que se haga un esfuerzo serio para que, con base en la Ley General en Materia de Desaparición (promulgada en 2017) y la Ley de Búsqueda de la Ciudad de México (2019), las labores de localización se efectúen coordinadamente por todas las instituciones involucradas y una sola base de datos. 

 

 

Es necesario, enfatizó, que participen al unísono la CBPCM, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), el Servicio Forense, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), etc.; y que, como ocurre en los países desarrollados, haya “una sola base de datos que, en tiempo real, nos diga quién desapareció y qué autoridades están buscando”.

Para la experta, la escasa información sobre el número de desapariciones en el registro de la CBPCM es tan alarmante como el alza de 400 por ciento en la cantidad de desaparecidos, de los que la fiscal capitalina Ernestina Godoy afirme que muchos de éstos “son ausencias voluntarias” y niegue que hay una crisis de desapariciones en la capital de la República.

Según el registro oficial, entre junio de 2019 y diciembre de 2022, en la CDMX desaparecieron tres mil 84 personas, de las cuales mil 926 fueron localizadas (mil 745 vivas y 163 muertas).

Sin embargo, organizaciones civiles como Mariposas Buscando Corazones y Justicia CDMX, Una Luz en Tu Camino, Buscándote con Amor y el grupo Hasta Encontrarles CDMX, calculan que la cifra real de desaparecidos en la la capital del país llega a nueve mil personas.

Hace unos días, el diputado local panista Federico Döring reveló que la CDMX “se ha convertido en la capital de los desaparecidos”; que es la segunda entidad con más desapariciones y que esta situación se debe a que tanto en la ciudad como en el país hay un gobierno “mediocre y ausente”.

 

Maquillaje, temor e impotencia

Pero la presunción de que las cifras de desaparecidos son maquilladas por las autoridades de la CDMX no sólo es compartida por familias de madres y padres buscadores, expertos de agrupaciones civiles y legisladores, sino también por muchos de los habitantes de una ciudad en la que hay nueve millones de personas y donde existen numerosos problemas de seguridad pública.

Dificultades que generan desesperación, miedo e impotencia debido a que se tiene conocimiento de la situación padecida por los familiares de los desaparecidos, que además de sufrir el horrendo dolor de desconocer el paradero de sus seres queridos, no saben a quién acudir para que los ayude a localizarlos.

buzos solicitó, en la CBPCM, una entrevista con el comisionado Enrique Camargo Suárez para que informara el procedimiento a seguir para buscar a un familiar desaparecido; pero el “comisionado” no estaba, y ninguno de los otros 11 funcionarios incluidos en el organigrama de la comisión despejó nuestras dudas.

 

 

Hasta el cierre de esta edición, buzos sigue esperando la respuesta a pesar de que la secretaria de Camargo Suárez anotó los datos personales, las preguntas y se comprometió a responderlas. Y mientras realizaba este trámite, los familiares de personas desaparecidas que se hallaban ahí reportaron a este semanario que “no tenían idea de por qué la FGJCDMX los habían enviado a ese lugar”.

Mientras se negaba a concertar una entrevista de este medio, la secretaria del comisionado nos preguntó si no habíamos consultado la página de Internet de la CBPCM, donde se encuentran todas las respuestas; esto no puede entenderse sino como una burla para los ciudadanos, especialmente para los familiares impacientes, ansiosos e impotentes que desconocen el destino de las personas que buscan.

En el portal web de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) se informa que las comisiones locales deben brindar apoyo a los solicitantes durante las 24 horas de los siete días de la semana, pero el horario de atención de la comisión capitalina es de lunes a jueves de las 8:00 a 18:00 horas y los viernes de las 8:00 a las 16:00.

Es decir, los familiares de una persona que desaparezca fuera de estos días y horarios, únicamente pueden reportar su ausencia a través de Locatel, la FGJCDMX y la Fiscalía de Investigación y Persecusión de los Delitos en Materia de Desaparición Forzada de Personas y la Desaparición Cometida por Particulares y Búsqueda de Personas Desaparecidas (FEIMDF).

La CNB informa que, de 1990 a 2023, en la CDMX había 11 mil 500 personas desaparecidas y que en el periodo de 2019 a 2023 –año en que nació ese organismo– había siete mil 588, de las que 57 por ciento eran hombres y 43 por ciento mujeres. 

Cabe subrayar que, en la CDMX, el número de mujeres desaparecidas casi duplica el registrado en los demás estados de la República, cuyo promedio es de 25 por ciento con respecto al de los hombres desaparecidos. 

La FGJCDMX informa que diariamente recibe 20 reportes de personas desaparecidas, de las cuales la mayoría es localizada y la comisión local de personas desaparecidas reporta que 64 de cada 100 son localizadas; 90 por ciento con vida; únicamente nueve por ciento sin vida y 36 de cada 100 siguen desaparecidas.

 

Las omisiones, según colectivos

Existen varias voces contra la forma indolente en que las autoridades del gobierno morenista de la CDMX pretenden simular que apoyan a los familiares y colectivos dedicados a buscar personas desaparecidas. 

Desde hace cinco años, Juana Laura Garrido busca a su hermana junto al colectivo Movimiento de Mujeres Buscadoras de la Ciudad de México (MMBCM) y asegura que las cifras difundidas por las autoridades están rebasadas por la realidad.

 

 

“El hartazgo se ha vuelto una especie de insignia que inmoviliza y paraliza la lucha. Es difícil también comprender qué no es determinante para muchas y muchos de nosotros. Que esto se detenga, que detengamos la búsqueda y a pesar de estar acompañada la soledad y el vacío. Que quizás no se materializa porque el hueco sigue. No sé aún dónde está mi hermana. Los expedientes pesan más que cualquier cosa, contienen indicios, pero parece que no hay un flujo de lo que se pudiera hacer ante la indiferencia de las autoridades”, apuntó.

Garrido afirma que los discursos en los Ministerios Públicos son ininteligibles, ya que sus párrafos están mal redactados, sus líneas son escabrosas y las letras están encimadas. Son rompecabezas difíciles de armar y herramientas burocráticas inútiles, cuyas únicas frases legibles sólo sirven para que los familiares puedan recobrar lo más valioso y preciado de sus desaparecidos.

“Existe un halo de desdén y despersonalización de la realidad”, puntualizó la activista sobre la desesperación de los familiares porque están “muertos en vida”, debido a que cotidianamente les frustra la falta de respuesta e inoperancia de las fiscalías y las comisiones investigadoras porque no resuelven.

Reveló también que a pesar de la capacidad de resistencia física y emocional de las buscadoras, después de muchos días y jornadas de trabajo de campo, hay un periodo de cansancio profundo que se convierte en inevitable tristeza porque llegan a casa con las manos vacías.

En la CDMX, las buscadoras han organizado varias manifestaciones públicas para exigir la destitución de funcionarios indiferentes como May Gómez Jiménez, titular de la Fiscalía de Investigación y Persecución de los Delitos en Materia de Desaparición Forzada de Personas (FIPSMDF) y de la Desaparición Cometida por Particulares y Búsqueda de Personas Desaparecidas (Fipede), así como del comisionado de la CBPCM, Enrique Camargo, a quien señalan como incompetente.

Los colectivos aseguran que este personaje únicamente simula trabajar y desconoce sus deberes; que cuando ordena a algún otro funcionario que los acompañe en las búsquedas, éste se limita a seguir el protocolo y aquél a firmar el documento en el que se expresa que fue efectiva la comisión.

 

 

“De ahí que a nadie sorprendan los resultados. La gente desconoce su trabajo, ni ellos mismos saben cuál es la función que deben cumplir. Entonces habría que preguntar si los gastos, sueldos, oficinas, teléfonos, Internet, seguridad, papelería y más que tiene la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México valen la pena, o sería mejor invertirlos en otras dependencias”, cuestionó Garrido.

En cuanto a la Fiscalía General de la República (FGR), además de las múltiples responsabilidades atribuidas por la ley –entre ellas la de manejar el Banco de Datos Genéticos– no se ha sumado a la búsqueda nacional de desaparecidos, denunciaron los afectados.

“Todo este diseño por parte de las instituciones tendría que mejorarse, porque también se está diciendo que las comisiones de búsqueda no tienen recursos ni tienen las capacidades. Sí, pero las fiscalías sí los tienen; pero sucede que están absolutamente desbordadas de trabajo. Se supone que son las que tienen las competencias de investigación; pero la verdad es que se niegan a hacerlo y en otros casos simplemente no se dan abasto”, denunció la activista.

Garrido concluyó con la demanda de que todas las instituciones asignadas al sistema de búsqueda asuman sus responsabilidades, compartan información y coordinen sus tareas para conformar una cadena institucional junto a las familias y los colectivos de buscadoras de desaparecidos.

“Deben entender a qué van. Qué color es el de su rol ahí y cómo dimensionar el lugar donde están. Deberían estar capacitados; pues al final se trata de que operen como instrumentos técnicos y científicos para hacer una búsqueda. También hay mucha falta de voluntad. Creo que a lo que más nos enfrentamos es a la falta de voluntad e interés. Falta de sensibilidad hacia lo que se está haciendo. Creo que como he planteado esta cuestión, al final todo lo que necesitas es que no se disocien de la realidad”.

En suma, los familiares, colectivos y la sociedad en general, en palabras de Garrido, pidieron a las autoridades de la CDMX y al Gobierno Federal que no actúen como burócratas y que intenten entender la desesperación y el dolor profundo que padecen las personas con familiares desaparecidos.


Escrito por Marisol Hernández .

Colaboradora


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