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Gastan en infructuoso plan de energía
Más sintonizado con sus objetivos político-electorales de 2018, entre ellos que México alcance una “soberanía energética” hasta ahora incumplida, AMLO ha lanzado cuatro millonarios proyectos con tecnologías que van de salida en el mundo.
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Para analistas de la industria de la energía resulta infructuoso el gasto en esta materia ordenado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dirigido a construir, remozar y comprar plantas con tecnología en camino de obsolescencia y susceptible de ser eliminada por alternativas más baratas y ambientalmente limpias, solar, eólica etc., tal como en el reciente caso de la adquisición de 13 plantas eléctricas al corporativo Iberdrola.

 

Más sintonizado con sus objetivos político-electorales sostenidos desde 2018, entre los que prometió hacer a México autosuficiente en energía, es decir, alcanzar una “soberanía energética” que a la fecha no ha cumplido, AMLO ha lanzado durante su gobierno cuatro millonarios proyectos basados en tecnologías y esquemas de negocio que van de salida en el mundo.

Se trata de la construcción de una refinería de combustibles en Dos Bocas, Tabasco (18 mil millones de dólares); remozamiento de las seis desvencijadas plantas refinadoras de Petróleos Mexicanos (Pemex) (cuatro mil 400 mdd); compra de su participación al corporativo petrolero Shell en la refinería Deer Park, Texas, Estados Unidos (mil 600 mdd), y la citada adquisición de 13 plantas generadoras de electricidad a Iberdrola (6.2 mil mdd).

Entre 2018 y 2024, el gasto ordenado por AMLO en esos proyectos asciende a por lo menos 30 mil mdd, más de 512 mil millones de pesos y contando, sin que se haya alcanzado la “soberanía energética” durante su gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) que terminará dentro de siete meses, en septiembre de 2024.

El costo de las 13 plantas se anunció en 6.2 mil mdd, unos 102 mil millones de pesos aproximadamente, 12 de las cuales operan con sistema de “ciclo combinado”, utilizando turbinas de vapor de agua junto a otras alimentadas con combustibles “fósiles” contaminantes, tal como el gas, en tanto las 44 plantas de este tipo propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) utilizan combustóleo y carbón, de mayor riesgo ambiental.

 

 

Especialistas del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) exponen que esta operación del corporativo español, como están haciendo otras firmas mundiales, es una estrategia de negocios para deshacerse de sus plantas contaminantes y con sistemas de producción cada vez más caros, con el fin de invertir, en cambio, en la implementación de tecnologías actuales y producir energía alternativa, no contaminante y más barata, a partir del Sol, viento o agua.

“Para Iberdrola, esta transacción se da en un contexto que busca reducir gradualmente la huella de carbono (contaminantes) en su matriz de generación eléctrica y centrar sus inversiones en tecnologías bajas en emisiones”, indican los analistas del IMCO en su informe La compra de centrales de Iberdrola no nacionaliza la industria eléctrica.

Después del anuncio oficial, del cuatro de abril de 2023, sobre la compra de sus 13 plantas por parte del gobierno de la 4T, la firma española deslizó a medios de comunicación que se estaba preparando para invertir el dinero que obtendría en nuevas instalaciones, pero de energía alternativa, como eólica y solar en México, aunque también lo está haciendo en otros países como Brasil.

El seis de abril de 2023, el medio especializado en negocios y economía Expansión, reportó que la directiva de Iberdrola en México había informado a sus inversionistas, el día cinco, acerca de sus nuevos planes de invertir en plantas de energías renovables en el país.

“(…) ahora la compañía dice que irá hacia adelante buscando nuevas oportunidades en el mercado de energías renovables. “Seguiremos creciendo en México con renovables y clientes privados, algo que nosotros no habíamos buscado hasta ahora debido a la incertidumbre regulatoria que teníamos en México”, ha explicado José Sáinz, el CEO de Iberdrola, a sus inversionistas en una presentación que decidieron titular como ‘La Nueva Iberdrola en México’, indicó el referido medio.

El 10 de mayo de 2023, el columnista especializado en economía y finanzas Darío Celis, publicó en su columna del diario El Financiero el título “Invertirá Iberdrola 5 mmdd en seis plantas solares”, en cuyo texto expone que “(…) Iberdrola busca producir en México capacidad por cinco gigawatts, para lo cual invertirá entre 4 mil y 5 mil millones de dólares. Es decir, mil millones de dólares menos de lo que recibirá por sus 13 plantas (…)”.

 

Iberdola feliz

“Iberdrola ya pudo deshacerse de esas 13 plantas, y parece que está muy contenta con esto, porque las plantas realmente no son nuevas, son antiguas, no muy, muy, pero son antiguas, e Iberdrola tiene una política de moverse hacia plantas nuevas de energía renovable (Sol, viento, etcétera) a nivel mundial, no sólo en México en donde todavía tiene plantas que son de energía renovable”, dijo a buzos David Shields, analista especializado en materia energética.

“El Presidente probablemente está comprando caras (en seis mil millones de dólares) las plantas de Iberdrola, pero está contento, cree que está logrando que la CFE tenga un predominio con el 54 por ciento en la generación de energía eléctrica (actualmente tiene el 38 por ciento), pero las 13 plantas, hasta donde sabemos, no están pasando a ser activos de CFE”, expuso Shields. 

Por determinación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), las 13 plantas compradas a Iberdrola deberán mantenerse como propiedad privada, operando de manera independiente de la CFE, de la que, además, no podrá recibir información estratégica, todo esto con el fin de salvaguardar la libre competencia entre empresas, CFE y privadas, en el sector.

 

Entramado

Los compradores de las 13 plantas de Ibedrola son el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), creado en 2008, durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), y la financiera privada “México Infraestructure Partners” (MIT), encabezada desde 2015 por Mario Gabriel Budbo, ex subsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía en el sexenio de Calderón, el “adversario” y “conservador” predilecto de AMLO.

En lo específico, la compra se haría por medio de la firma “México Infraestructure Partners FF” un fondo de inversión creado en agosto de 2022 como filial del “México Infraestructure Partners” fundada en 2015, tras la reforma constitucional en materia energética 2013-2014, promulgada durante el sexenio del priista Enrique Peña Nieto (2012-2018), que abrió a la inversión privada el mercado eléctrico nacional, reiteradamente criticada y descalificada por López Obrador.

“México Infraestructure Partners” opera otro fondo de inversiones denominado “Fomento a la Energía e Infraestructura de México 2” (Fondo EXI 2) dedicado a las inversiones de alto riesgo (de pérdidas) que tiene proyectos en curso en el país, en sectores de infraestructura, como carreteras y de energía.

En otros datos relevantes, serán los mismos 400 trabajadores contratados por Ibedrola quienes mantendrán en operación las 13 plantas, aunque ahora, presuntamente, quedarían al mando de “México Infraestructure Partners”, que en la realidad no se dedica a la energía, sino a las operaciones financieras.