Cargando, por favor espere...
El dinero que expresa una de las múltiples relaciones dentro de una comunidad social y su forma específica o material (oro, plata, papel moneda o criptografía digital) no determina su valor; es decir, el dinero está validado por la relación social, generalmente de intercambio, que requiere su representación para dinamizar los intercambios.
Vivimos una etapa de grandes transformaciones tecnológicas, económicas, sociales y ambientales, y queda claro que el dinero de hoy no es el mismo de ayer, pues aunque cumple sus funciones convencionales, reflejar la medida del valor de las cosas; transferir el poder adquisitivo hacia el futuro, liquidar deudas y, sobre todo, propiciar transacciones, la actual dinámica de las operaciones económicas, lo que se llama “capitalismo del conocimiento”, lo coloca en una tendencia migratoria hacia las plataformas digitales.
Entre las muchas variables del nuevo monetarismo, se hallan las criptomonedas, que son medios digitales de intercambio descentralizados que utilizan técnicas de cifrado para asegurar las transacciones. La primera que se creó, el bitcoin, surgió después de la crisis financiera de 2008. Posteriormente, tomando a éste como referencia, aparecieron el namecoin, litecoin, peercoin, entre otros. Todos son monedas especulativas que cumplen con su papel de relación social y buscan mayores tasas de ganancia en su propio sector económico: el electrónico-informático global.
Por su parte, las monedas “sociales” surgen con la misma idea –la relación de intercambio–, pero en un contexto radicalmente distinto; pues en este tipo de dinero, priman las relaciones de reciprocidad, cooperación y solidaridad. Estas monedas nacen para incentivar la producción y el consumo locales, construir redes sociales y relaciones vecinales fundadas con base en una visión comunitaria y solidaria, razón por la que también se les alude como monedas “solidarias”.
Las monedas “sociales” no son ajenas a la dinámica de nuestros tiempos y, ante el gran avance tecnológico y sus repercusiones en la vida social, también migran a las plataformas digitales; y aunque no son llamadas propiamente criptomonedas “sociales”, algunas incorporan elementos de seguridad del blockchain, propio de las criptomonedas. Tal es el caso del proyecto europeo D-CENT.
Esta moneda, que operó entre 2013 y 2016, y que contó con un financiamiento de la Unión Europea por 1.9 millones de euros, tuvo la finalidad de diseñar sistemas monetarios sostenibles para la democracia directa –como la democracia participativa, es parte de la solidaridad humana que contempla la inclusión y la asociatividad– y el empoderamiento económico mediante un sistema digital de monedas complementarias habilitadas con blockchain.
Algunos proyectos de apertura para monedas “sociales” digitales fueron kronas social (Reykjavik, Islandia) y eurocat (Barcelona, España). También fueron incluidas las monedas de los miembros de la Granja Cooperativa Urbana de Helsinki (Finlandia) y de los trabajadores culturales de Macao (Italia).
Otro ejemplo es la mola (Materia Orgánica LiberadA) del barrio de Hortaleza, Madrid. Fundada en 2017, está integrada a una plataforma digital (Clickcoin). Pretende unir y fortalecer las relaciones vecinales entre los pequeños productores que gestionan restos orgánicos para composta y tenderos. Operan con base en tres reglas: 1.- El que se da de alta en la comunidad aporta un kilo de materia orgánica, que equivale a 0.25 molas y es repartido entre los demás miembros para su utilización en un huerto escolar y áreas públicas. 2.- La moneda se usa para descuento o bonificación en el pago de tasas o servicios municipales. 3.- La plataforma digital alberga a otras monedas solidarias regionales como la ossetana, de Sevilla y la costavales, de Galicia.
Con lo anterior, la diferencia fundamental entre el dinero convencional y las monedas “sociales” o “solidarias”, se halla en que éstas circulan únicamente en las comunidades que las validan y que, en contraparte, son más democráticas y objeto de menor especulación. Esta diferencia nos permite visualizar al dinero “solidario” como un conjunto de relaciones sociales que se opone al de las relaciones sociales del dinero convencional; pero que plantea un tipo de enfrentamiento suave –no rupturista– que nos provoca a pensar en que otro mundo es posible.
La aprobación de esta NOM representaría para los padres de familia el incremento de hasta 15% en el costo de las colegiaturas y la desaparición de opciones para la educación de sus hijos.
Comienzan el nuevo año y la temible cuesta de enero que cada año sufrimos la mayoría de los mexicanos; y el Reporte Especial de buzos ha consultado la opinión de varios de estos especialistas que hablan de lo que se espera en el plazo inmediato.
La asistencia a los centros comerciales se desplomó más de 70 por ciento, pues lo único que permanece abierto son los autoservicios y farmacias.
"Serios problemas de transparencia y violaciones a la ley en proyectos clave", asegura Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
Como consecuencia de la inflación en el país, que durante la primera quincena de octubre alcanzó el 4.69 por ciento, la gente "hace su guardadito" para comprar durante el Buen Fin: Concanaco-Servytur.
Más de 700 millones de pesos en ropa de Liverpool es lo que ha gastado el director general de la CFE, Manuel Bartlett, en poco más de tres años, a través de monederos electrónicos.
Con el inicio de la cuaresma, también comenzó el aumento anual en el precio de los pescados, que van desde 40, 60 o hasta en un 75 por ciento, reportó la Profeco.
En la primera división que tiene el índice general, México ocupó el lugar 54 en Conocimiento, 57 en Tecnología y 51 en Preparación para el futuro.
Pemex y CFE son consideradas las peores empresas en el mundo en cuanto a responsabilidad Ambiental, Social y de Gobernanza.
Como en la selección natural, según el planteamiento de Charles Darwin, solo las empresas con capacidad para adaptarse al entorno, serán las que sobrevivan.
Expertos atribuyen estos resultados a altas tasas de interés y débil confianza empresarial.
A pesar de estar inconclusa, la obra fue inaugurada en julio de 2022, cuando se proyectaron 340 mil barriles de combustibles, que luego se redujo a 274 mil. Aunque según la Sener, la refinería sólo producirá 176 mil barriles.
Economistas descartan una inminente recesión global, sin embargo, prevén que haya un aumento de los costos y un crecimiento económico más lento.
El respecto al mismo mes, pero del año pasado, el valor de producción generado por las empresas constructoras presentó una disminución de 1.9 por ciento en términos reales.
El gobierno del presidente López Obrador aún no sale de una crisis y ya está metido en otra; y es gracias a que insiste en continuar con su esquema y política de ejecutar acciones y decisiones sin que se haga un verdadero análisis.
AXA demanda a México para evitar quiebra por conflicto fiscal
Fraude millonario en Infonavit, involucra 12 mil créditos
Policías se enfrentan a comerciantes en villa navideña
Por bajos precios, limoneros tiran su producto antes que malbaratar su trabajo
Cumplen 28 horas los bloqueos en Ecatepec
Alcalde de San Pedro Ixtlahuaca golpea a mujer indígena y se separa del cargo
Escrito por Eduardo Galicia
Colaborador