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En Santa Clara del Cobre, municipio de Salvador Escalante, Michoacán, como canta en todo el país. Cientos de niños, jóvenes y adultos se reunieron en la tierra de Pito Pérez, el pasado sábado 25 de noviembre, a entonar música popular mexicana unidos en coros y rondallas, convocados por el Movimiento Antorchista Nacional, la única organización política en el país que tiene inscrito muy alto en su programa de lucha social el rescate del arte y la cultura para el pueblo y lo cumple a diario sin tregua ni descanso. “¿Qué hace usted en la torre, Pito Pérez?” –le preguntó un su amigo- “Vine a pescar recuerdos con el cebo del paisaje”, le contestó el infortunado. También los antorchistas y nuestros entrañables amigos fuimos a Santa Clara a pescar recuerdos, sólo que ahora con el cebo de la seductora música mexicana.
Salvador Escalante Pérez Gil era moreliano. Trabajó en Santa Clara del Cobre, fue subprefecto y, el seis de enero de 1911, encabezó el primer levantamiento en Michoacán en contra del régimen de Porfirio Díaz, personificado por el gobernador Aristeo Mercado. En una expedición al estado de Guerrero en contra de un tal Jesús Salgado, Salvador Escalante murió en combate el 23 de enero de 1912, pasado un poco más de un año de su pronunciamiento. El mismo José Rubén Romero, autor de La vida inútil de Pito Pérez, vivió en Pátzcuaro, Tacámbaro y Santa Clara del Cobre y fue simpatizante de la Revolución, hito en la historia de nuestro país, que le abrió la puerta al desarrollo del modo de producción capitalista que hasta ahora permanece con su cauda de abusos e injusticias.
El importante evento artístico antorchista se llevó a cabo en la hermosa plaza céntrica de la población bajo un enorme manteado e inició con la interpretación monumental del Himno del Movimiento Antorchista en la que intervinieron todos los que fueron al encuentro a concursar o sólo a exhibir su trabajo y su talento; fueron más de trescientos niños, jóvenes y adultos los que subieron al escenario a cuyo frente se encontraba un impresionante jarrón de cobre del tamaño de una persona, obra del genial artesano local, viejo antorchista y amigo, José Luis Soto Ornelas.
Hasta los que pasaban a sus diarias actividades se detuvieron a escuchar a la multitud que cantaba la obra inmortal de Juan Manuel Celis Ponce, un mexicano único que quiso enormemente a los antorchistas y les entregó su solidaridad y su amistad sincera. Fue médico de profesión, observador acertado y humanista y tuvo tiempo, todavía, para tocar la guitarra y cantar como muy pocos, canciones delicadas y conmovedoras que interpretan todavía más pocos. Cantó en familia muchas veces con el Maestro y guía de todos los antorchistas, Aquiles Córdova Morán, también un experto singular en la música popular mexicana. Llevo conmigo una canción que le oí al doctor Celis y hoy es buena circunstancia para traer un verso aquí en su recuerdo: “No volveré a escuchar tu amorosa canción, nadie podrá conmover mi corazón”.
Son ya muy conocidos y reconocidos en el país entero los artistas y los eventos que organiza el Movimiento Antorchista Nacional. Son innumerables y con una calidad muy difícil de igualar y creer para una organización que no cuenta con absolutamente ningún subsidio oficial. Pero, aunque nos encanta divertirnos, los antorchistas no promovemos el arte para ello, algo más profundo y trascendente nos impone la tarea que consume nuestras vidas, que existe en hechos crasos, contundentes e inobjetables. Somos lo que hacemos. Los antorchistas no existimos para hacer promesas encendidas cada seis años o cada tres o, a veces, incluso, más frecuentemente, trabajamos siempre para construir una patria más justa, más democrática y más soberana.
El arte es del pueblo. Surgió con el desarrollo del trabajo del ser humano y contribuyó poderosamente a su desarrollo, pero como ha sucedido con todos sus bienes materiales y espirituales, se le ha despojado de ellos y se le ha vuelto propiedad privada de unos cuantos. Peor aún, se le ha convertido en una mercancía que se vende para producir inmensas ganancias. El arte no está al alcance del pueblo, no lo puede ya crear, sólo consumir y sólo si paga por él y, así como existe y prolifera para el supuesto alimento del cuerpo la comida chatarra, existe también, para pretendido alimento del alma, el arte chatarra.
La demagogia, la manipulación y el engaño desde los más poderosos medios de comunicación, se han convertido en el arma fundamental y predilecta para prolongar y, si se puede, para eternizar el sistema del privilegio y la explotación. No se toma ni se conserva el poder y el capital en un sistema depredador, sin controlar los pensamientos y los sentimientos de los que producen a diario la inmensa riqueza y, para tal efecto, siempre será mejor lidiar con individuos poco ilustrados cuya vida transcurra en la oscuridad intelectual.
No por casualidad la jornada educativa en primaria es de las más cortas del mundo y se cierran las escuelas de tiempo completo por supuesta corrupción, pero sin que haya un solo preso por tal motivo y, claro, sin que se devuelva al pueblo lo robado por este concepto. No por casualidad, nuestros niños, sobre todo los hijos de las clases trabajadoras, están cada vez menos capacitados para hacer operaciones y leer y comprender la lectura. Según declaran investigadores del Banco Mundial “Se espera que los puntajes promedio de la educación primaria en lectura y matemáticas disminuyan a niveles registrados hace más de 10 años, cuando las mejoras ya eran muy lentas. Es posible que alrededor de cuatro de cada cinco alumnos de sexto grado no puedan comprender e interpretar adecuadamente un texto de longitud moderada” (El Universal, 26 de noviembre). Ello explica sobradamente por qué hace ya muchos años que, como a otras actividades y ramas del conocimiento que consideró peligrosas por su cercanía con la construcción de una conciencia crítica, el régimen caduco de la Revolución expulsó a la música de la educación.
Todas las organizaciones políticas saben que esto es cierto, ciertísimo, pero nadie se atreve a criticarlo y, menos todavía, a trabajar para devolver al pueblo sus creaciones históricas. Los antorchistas trabajamos muy en serio para que el arte, patrimonio inalienable del pueblo trabajador, regrese al seno del pueblo trabajador, para que, como en el caso de la inolvidable fiesta popular en Santa Clara del Cobre, la música popular, delicada, poética y educativa por conmovedora, sea conocida e interpretada por el pueblo. Seguimos y seguiremos luchando inspirados, entre otros Maestros de la humanidad, por Don Miguel de Cervantes Saavedra, quien caracterizó genialmente a la España de su tiempo y también al México del nuestro, cuando hizo decir a Sancho Panza muy a propósito de la manipulación que nos arrolla: “Pero encomendémoslo todo a Dios; que Él es el sabidor de las cosas que han de suceder en este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”.
De revolucionarios a pistoleros resulta de particular interés en este momento porque los historiadores mexicanos han omitido el estudio de los problemas rurales del país.
No se ve el apoyo oficial y la ayuda humanitaria llega a cuentagotas. Conforme se restablecen los servicios se visibilizan daños en pueblos y colonias.
Las familias resienten continuamente el alza en los precios de los productos básicos, cuyo monto difiere mucho de los índices de la inflación difundido por las autoridades.
La erosión por la tala de los bosques, el aire que acarrea tierra y lo azolva, la contaminación por lirio acuático y aguas negras de los municipios y comunidades de la cuenca, entre otras, deterioran cada vez más el lago.
No se conoce en el mundo ningún país que haya acabado con la corrupción sin, al mismo tiempo, haber procurado una mejora sustancial en la condición económica de su población, así como en su capacidad de organizarse y combatir el flagelo colectivamente.
Los padres se dan cuenta de que en las escuelas primarias públicas la duración de la jornada escolar es más corta que en las primarias particulares.
Estamos ante lo mismo: en el Frete Amplio y Morena se repiten esquemas, mismos que, aseguran, han sido desterrados; quieren convencernos de que se trató de procesos cuasi perfectos en los que se eligió a las aspirantes con mayor respaldo ciudadano.
La filosofía no es un adorno, merece que se le reconozca su capacidad de estudio de la realidad, su utilidad en el más amplio sentido de la palabra, pues la humanidad la necesita para manifestarse como tal. Olvidar a la filosofía es condenarnos a las sombras...
En las colonias más afectadas por el huracán Otis, como Ampliación Vacacional, Paso Limonera, Lomas de Costa Azul, entre otras, la tortilla ronda los 30 y 50 pesos.
En pocos días, el 27 de enero, se conmemorará el octogésimo aniversario de la liberación del más grande y terrible campo de exterminio nazi, el cual se erigió como un émulo del infierno en la tierra.
AMLO saldrá bien librado de los malos resultados en casi todos los rubros de su desgobierno, pero la sombra de las miles de víctimas del Covid-19, del crimen organizado y desapariciones lo perseguirán hasta donde vaya.
“Una vez más, rechazamos de manera contundente que la organización Fundación Social Unidos por la Justicia (FSUJ) mantenga una disputa o rivalidad con el Movimiento Antorchista” .
La logística implementada entre los tres órdenes de gobierno, ha permitido inclusive la programación de un día adicional.
El título de este trabajo no es ocurrencia. Sé lo que escribí, tengo argumentos para demostrarlo y el lector atento y que me haga el favor de seguir adelante, podrá comprobar por sí mismo su validez con sólo hacer una revisión desprejuiciada de esa importante publicación.
La logística implementada entre los tres órdenes de gobierno, ha permitido inclusive la programación de un día adicional.
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Escrito por Omar Carreón Abud
Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Chapingo y luchador social. Autor del libro "Reivindicar la verdad".