En la historia de las dominaciones humanas siempre se ha buscado un opio para adormecer las conciencias y desactivar la potencia transformadora de los pueblos.
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Las familias resienten continuamente el alza en los precios de los productos básicos, cuyo monto difiere mucho de los índices de la inflación difundido por las autoridades, ya que afirman que ésta se mantiene controlada, que permanece en un dígito y que prevalece la estabilidad económica en el país, a pesar de que muchas personas no cuentan con trabajos estables, tienen ingresos salariales o informales muy precarios y ven con angustia cómo el dinero se diluye entre sus dedos porque no le alcanza siquiera para comprar alimentos de calidad y suficientes. El optimismo de los funcionarios públicos resulta cínico porque declaran que el índice inflacionario alcanza el 4.45 por ciento; y esto se debe a que no sienten en el estómago el latigazo que provoca enterarse que las verduras, las carnes y el huevo se incrementaron en algunos casos hasta el 100 por ciento; y desconocen que la cruel y cotidiana realidad de los mexicanos más castigados es sentarse a la mesa y encontrarla vacía o incompleta de alimentos básicos.
El salario mínimo, aunque el actual gobierno se ufana en afirmar que lo ha aumentado como nunca, no se nivela con el alza de los precios; y su desigual carrera con éstos se debe a que los empresarios jamás retribuirán a los trabajadores salarios justos; porque la lógica de los capitalistas es devorarlos y exprimirlos hasta el tuétano por aumentar sus ganancias. Es decir, el trabajador es el rehén del sistema capitalista; y a su actual situación hay que agregar dos problemas generados por la voracidad de este sistema económico: el cambio climático y la inseguridad pública. Con respecto al primero se debe precisar que la desmedida ambición del burgués ha provocado el deterioro y agotamiento de los recursos naturales, un incremento sustancial del calentamiento atmosférico, una drástica escasez en la producción de alimentos y un alza generalizada en los precios de los productos básicos, a la que la clase trabajadora no puede enfrentar, como tampoco puede hacerlo ante el cambio climático y su mayor consecuencia negativa: la falta de agua.
¿Y qué decir de la violencia delictiva y la terrible inseguridad pública que genera? Que en el caso de México, el apetito por el dinero de los capitalistas criminales ha sido estimulado por la existencia de varias formas fáciles de aumentar sus ganancias (tráfico y venta de estupefacientes, extorsión a pequeños y medianos empresarios, tráfico de personas, migrantes, etc.) y de un enorme caudal de mano de obra barata en los estratos sociales más bajos del país, en los que el crimen organizado recluta a quienes le hacen el trabajo sucio. No conformes con estas facilidades, los grupos criminales han encontrado a un aliado insuperable en el Gobierno Federal vigente que no sólo les permite delinquir impunemente sino que, además, los ha empoderado a tal grado que en estados como Guerrero y Michoacán, han intensificado sus actividades delictivas como extorsiones; y con ello han encarecido productos como el aguacate, el pollo, el limón, entre otros muchos, y provocaron que la clase trabajadora no pueda comprarlos.
Y todo esto se debe a que México forma parte de un sistema económico que todo lo convierte en mercancía, incluyendo al hombre. Por ello, mientras la clase trabajadora no comprenda el papel desempeñado en la sociedad, será víctima que construye diariamente una riqueza inasequible. Pero ante un panorama tan adverso por todos lados, únicamente hay un aspecto por cumplir: despertar, organizarse y luchar por la liberación.
En la historia de las dominaciones humanas siempre se ha buscado un opio para adormecer las conciencias y desactivar la potencia transformadora de los pueblos.
“¡Mexicanos al grito de guerra!, el acero aprestad y el bridón”, así inicia nuestro Himno Nacional, llamándonos a defender a la patria enérgicamente, empuñar la espada y sostener con gallardía las bridas del caballo para lanzarnos a la brega.
Por estos días vemos en el sur de nuestro continente un caso que nítidamente refleja esa actitud de redoblada agresividad.
Inicialmente debemos señalar que resulta preocupante la sostenibilidad de las finanzas, porque la recaudación en México es baja, igual que el aumento en diversos gastos; además, se invierte poco en educación, salud e infraestructura.
“Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener” (Miguel de Cervantes).
Muchas de las mediciones que se emiten obedecen, en más de una ocasión, a un carácter subjetivo, es decir, dependen del planteamiento mostrado por el investigador para interpretar tal fenómeno de la realidad.
La teoría marxista entiende al capitalismo como un modo de producción caracterizado por la crisis. Las crisis económicas no son un error en el funcionamiento del sistema, el resultado de una mala decisión o un fenómeno que el gobierno en turno pueda evitar vigilando.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de la medición de la pobreza para 2024 en nuestro país.
La horrenda matanza de judíos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial fue aprovechada por los imperialistas para justificar la creación del Estado de Israel.
En el contexto económico global, nuestra agricultura se hunde en una profunda crisis que se manifiesta en dependencia alimentaria, control total de las trasnacionales y del capital extranjero, desempleo rural, constante reducción de la superficie sembrada.
El dos de septiembre de 1984 iniciaron los trabajos del Tecnológico en Tecomatlán para ofrecer una opción educativa de nivel superior a la región Mixteca Baja de Puebla.
Si bien el gobierno morenista festeja una supuesta reducción de la pobreza, no anuncia ninguna reducción de las llamadas ayudas para el bienestar.
El capitalismo, al menos desde que inició su fase degenerativa, a partir de la Segunda Guerra Mundial, ha buscado instrumentos de legitimidad que hagan pasar su política económica belicista como presentable e incluso necesaria para la humanidad.
La 4T no ha resultado tan convincente como aparenta.
Siempre que me encontraba en Tecomatlán con don Albino Rivera Morán, antorchista de profunda convicción, respondía de broma a la pregunta de cómo estaba, haciendo la siguiente enumeración: “Más pobre, más viejo, más jodido”; pero siempre estaba de buen humor.
Continúa desabasto de medicamentos, aseguran legisladores
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA