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San Juan Guichicovi, dos décadas de marginación y olvido
Desvío de recursos, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, nepotismo y encubrimiento de delitos; prácticas atribuidas al grupo del perredista Raynel Ramírez Mijangos, quien podría reelegirse en comicios próximos.
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Desvío de recursos, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, nepotismo y encubrimiento de delitos, son algunas de las prácticas atribuidas al grupo político que encabeza el perredista Raynel Ramírez Mijangos quien, a través de un subalterno, se apresta a seguir tres años más al frente de la alcaldía de San Juan Guichicovi, municipio ubicado en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, sobre el que mantiene control desde hace 20 años.

Y lo hará pese a la inconformidad de múltiples sectores que han promovido la ejecución de auditorías e investigaciones penales sobre la administración pública del grupo caciquil que, de 2010 a 2020, ha ejercido más de 931 millones de pesos (mdp) en recursos federales de los Ramos 28 y 33, sin que esos recursos lograran abatir siquiera el uno por ciento del rezago social que padecen los pobladores de Guichicovi, de acuerdo con información del Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Consejo Nacional de la Población (Conapo).

Ramírez Mijangos ha encabezado el Ayuntamiento de Guichicovi en tres ocasiones: de 2002 a 2004, de 2008 a 2010 y de 2017 a 2018; y ha alternado las administraciones restantes con su esposa la exdiputada local Francisca Pineda Vera (2014-2016) y con su tesorero Heberto Luis Zacarías (2011-2013 y 2018-2021). Este último es quien hoy proyecta encabezar la presidencia municipal para el periodo 2022-2024 tras haber ganado la reelección en las pasadas elecciones del seis de junio.

El cacique perredista ganó por primera vez la alcaldía de San Juan en 2001 con el compromiso de llevar a su pueblo a la prosperidad tras décadas de pobreza y abandono; y después de derrotar al régimen priista que durante nueve años había gobernador el municipio por medio de Cástulo Arrona Antonio (1993-1995), Rosalino Álvarez María (1996-1998) y Francisco Sánchez Rosas (1999-2001).

San Juan Guichicovi, situado en la región mixe de Oaxaca, se había regido hasta 1992 por el sistema de usos y costumbres, con el cual las autoridades son nombradas en asambleas comunitarias, mismas que decidieron recurrir al sistema partidista con el propósito de “profesionalizar” la función pública y mejorar las condiciones sociales que predominan en la región.

Sin embargo, ninguna de las administraciones municipales de los pasados 30 años logró cambios sustanciales en la demarcación, que tiene los mayores índices de rezago socioeconómico en Oaxaca.

 

 

En 2000, tras el triunfo de Vicente Fox Quesada (PAN) en los comicios presidenciales, la población sanjuanera decidió virar hacia la “izquierda” e impulsó a Raynel Ramírez, fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el municipio cuando era primer concejal.

En su primer trienio al frente del Cabildo, Ramírez tampoco logró sacar a la población del rezago, pero comenzó su cacicazgo.

Según el testimonio recogido por varios medios de comunicación, el fracaso de la primera administración de Ramírez Mijangos (2002-2004) fue atribuido por la población a que el edil de Guichicovi pertenecía a un partido distinto tanto del gobierno del estado, encabezado entonces por José Murat (PRI), como del Gobierno Federal, el de Vicente Fox Quesada del PAN.

Esta misma creencia permaneció vigente en los siguientes dos trienios, cuando de 2005 a 2007 gobernó Edilberto Espinosa Juárez, otro incondicional de Ramírez Mijangos; y luego, de 2008 a 2010, cuando el propio Raynel Ramírez volvió a ejercer el cargo, ya que en ese periodo el gobierno estatal estuvo encabezado por Ulises Ruiz Ortiz (PRI) y en el Federal por Felipe Calderón Hinojosa (PAN).

El desengaño y la decepción de la población llegó en el trienio 2011-2013 cuando Heberto Luis Zacarías, hombre de confianza y tesorero de Raynel Ramírez, llegó al poder por el mismo Partido de la Revolución Democrática (PRD). Este periodo coincidió con el comienzo del mandato de Gabino Cué Monteagudo, quien había ganado las elecciones estatales con la alianza PAN-PRD-PT-Movimiento Ciudadano.

“El pueblo pensó que todo iba a cambiar. Nosotros celebramos, pues pensamos que la tristeza se había acabado, que el desarrollo llegaría a nuestras comunidades que han sido olvidadas por tantos años”, comentó Francisco Santiago, uno de los pobladores de Guichicovi, cuyo testimonio fue recogido por un medio de comunicación local. Pero no fue así, ya que pasaron los tres años del gobierno de Zacarías y las condiciones siguieron igual.

A pesar de ello, el PRD decidió que Francisca Pineda Vera, exdiputada local y esposa de Ramírez Mijangos, compitiera en las nuevas elecciones y ganara la alcaldía, ya que contaba con el aparato municipal a su favor.

 

Diez años de atraso

Fue así como aquel grupo político cumplió más de 10 años en el poder, cuando varias calles de Guichicovi siguieron sin pavimento; y el drenaje y el agua potable se convirtieron en un lujo de algunos sectores, la mayoría donde residen los políticos afines a la administración perredista.

Esta situación vertió en una convulsión social en 2014, cuando varias organizaciones sociales y políticas se pronunciaron en contra de la designación de Francisca Pineda como alcaldesa y acusaron a la administración municipal de haber incumplido con la entrega de una ambulancia que había sido donada por el gobierno estatal de Oaxaca.

El 11 de diciembre de 2014, alrededor de 400 ciudadanos afines a la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni) tomaron el palacio municipal de Guichicovi para demandar atención médica de calidad y obras sociales para las más de 40 agencias municipales.

En aquel momento, los inconformes denominaron a Raynel Ramírez y a su esposa, Francisca Pineda, como la “pareja imperial”, debido al monopolio político y administrativo que habían logrado integrar; y exigieron la desaparición de los poderes municipales.

La Ucizoni, secundada por agrupaciones priistas, denunció que Francisca Pineda había incurrido en el desvío de más de 83 mdp, que debieron destinarse a obras y seguridad pública.

“En San Juan Guichicovi y en sus agencias el poder político está en manos de una familia. Quieren tener el control de los comisariados ejidales, compran votos a dos mil pesos en cada elección ejidal; y ahora la que se conoce en esta zona como la nueva pareja imperial. La alcaldesa Francisca Pineda y su esposo el exmunícipe, exlegislador y actual líder estatal del PRD, Raynel Ramírez, ya impulsan a su hijo Erick para que sea el próximo presidente municipal”, denunció Carlos Beas, dirigente de Ucizoni.

 

 

A pesar de las movilizaciones, Pineda no solo logró concluir su mandato, sino que le entregó la estafeta a su esposo, Raynel Ramírez quien, de 2016 a 2018, efectuó su tercero y ahora último mandato. En el lapso 2018-2020, las demandas de auditoría continuaron y se hicieron más intensas.

En diciembre de 2020, un grupo numeroso de pobladores protestaron en la Ciudad Administrativa de Oaxaca capital para exigir una reunión con el Secretario General de Gobierno (SGG) y una auditoría sobre el uso de los recursos públicos enviados por el gobierno estatal a San Juan Guichicovi.

“Este acto responde a las necesidades y problemáticas que vivimos hoy en nuestro municipio por el cacicazgo que vivimos desde el año 2000, a cargo de una sola familia con nombre de Raynel Ramírez Mijangos y su esposa Francisca Pineda Vera”, denunciaron.

Los inconformes denunciaron que, desde el arribo de este matrimonio al poder, en su municipio se han registrado “el doble de robos, de saqueos, de desvíos de dineros, de obras infladas, mal hechas y compra de votos. Es la situación que nos trae acá.

“Hemos realizado diferentes demandas administrativas ante la OSFE y otras instancias, pero no han volteado a ver al municipio”, señalaron, mientras informaron que las 46 agencias municipales que integran San Juan carecían de infraestructura básica, educativa, sanitaria y de seguridad pública.

 

Casi mil millones de pesos que no sirvieron a los sanjuanenses

De acuerdo a una revisión a las cuentas públicas estatales realizada por buzos, el gobierno municipal istmeño triplicó sus presupuestos anuales entre 2010 y 2020, cuando los altos niveles de marginación de los sanjuanenses han permanecido prácticamente intactos.

Solo en recursos de los Ramos 28 y 33 (participaciones y aportaciones federales) el municipio recibió 931 millones 225 mil pesos, sin contar otros dineros públicos administrados mediante otros convenios con la Federación o provenientes de su recaudación propia a través de impuestos, licencias y permisos.

En 2010, el Gobierno Federal envió a San Juan Guichicovi 37 millones 119 mil pesos por concepto de gasto federalizado: de ellos, ocho millones 110 mil pesos llegaron por concepto de participaciones federales (Ramo 28) o ingresos de libre disposición y 29 millones nueve mil pesos, por aportaciones federales (Ramo 23), recursos destinados a proyectos autorizados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

En 2011, los recursos prácticamente se duplicaron y llegaron a los 72 millones cinco mil pesos: 15 millones 101 mil pesos por concepto de participaciones federales (Ramo 28) y 56 millones 904 mil pesos en aportaciones federales (Ramo 23).

 

 

En 2012, los recursos ascendieron a 70 millones 972 mil pesos: 15 millones 376 mil pesos por concepto de participaciones federales; y 55 millones 596 mil pesos en aportaciones federales.

En 2013, la alcaldía de San Juan Guichicovi obtuvo 79 millones 920 mil pesos de la SHCP,  20 millones 981 mil pesos por participaciones federales y 58 millones 938 mil pesos en aportaciones federales.

En 2014, el monto fue de 85 millones 256 mil pesos que se dividieron en 23 millones 581 mil pesos de participaciones y 61 millones 675 mil pesos de aportaciones; en 2015, el monto fue de 84 millones 185 mil pesos, segmentados en 22 millones 185 mil pesos en participaciones y 61 millones 999 mil en aportaciones federales.

En 2016, las cifras ascendieron a 89 millones 165 mil pesos. Por concepto de participaciones fueron 24 millones 641 mil pesos y por aportaciones 64 millones 523 mil pesos; en 2017, el monto fue de 95 millones 679 mil pesos: 26 millones 772 mil pesos por participaciones y 68 millones 907 mil pesos por aportaciones.

Finalmente, en 2018, el presupuesto Federal para San Juan Guichicovi fue de 99 millones 278 mil pesos: 27 millones 234 mil pesos por participaciones y 71 millones 903 mil pesos por aportaciones; en 2019, los recursos fueron 107 millones 957 mil pesos: 29 millones 482 mil pesos por participaciones y 78 millones 474 mil pesos por aportaciones; en 2020 fueron 109 millones 686 mil pesos: 31 millones 9 mil pesos por participaciones y 78 millones 676 mil pesos por aportaciones.

 

La pobreza sigue avanzando

Sin embargo, el nivel de la pobreza en Guichicovi solo se redujo en uno por ciento en 10 años. En 2010, el Coneval informó que el 75.3 por ciento de su población (28 mil 142 habitantes) se encontraba en situación de pobreza (extrema o moderada) y que estaba catalogado con un grado alto de rezago social.

El organismo explicó que el 31.4 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza extrema, con un promedio de 3.8 carencias sociales y el 66.3 por ciento de los ciudadanos carecía de acceso a los servicios básicos en sus viviendas: electricidad, drenaje y agua potable.

 El Coneval indicó que el 65.1 por ciento de la población padecía falta de acceso a la seguridad social; que su rezago educativo era del 42.3 por ciento; que la mala calidad y falta de espacios en la vivienda afectaba al 39.2 por ciento y que el 26.7 por ciento carecía de acceso a la alimentación. 

Cinco años después, en 2015, el Coneval realizó una evaluación en San Juan Guichicovi, misma que reportó que el 74.2 por ciento de sus pobladores eran pobres extremos o pobres moderados.

En su Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social indicó que el número de sanjuaneses era de 25 mil 520, de los cuales 12 mil 882 (el 50.5 por ciento) eran pobres moderados y seis mil 42 pobres extremos (el 23.7 por ciento). Es decir 18 mil 924 pobladores tenían algún grado de pobreza.

 

 

El Coneval precisó que, además de los pobres y pobres extremos, había otro sector desfavorecido: el de las personas vulnerables por carencias sociales, cuyas percepciones permanecen arriba de la línea de bienestar, pero que en realidad viven con una o más carencias sociales. El número de estas personas ascendía a cinco mil 828, equivalentes al 21 por ciento.

En términos generales, considerando a los ciudadanos en pobreza extrema, pobreza moderada y vulnerable por carencias sociales, el 84.2 por ciento de las personas no tenían acceso a la seguridad social, 85.3 por ciento carecía de servicios básicos en la vivienda, el 38.2 por ciento registraba rezago educativo y 34.1 por ciento no tenía acceso a una alimentación adecuada. Además, el 16.3 por ciento no contaba con servicios de salud y 16.3 por ciento no disponía de espacios de calidad en la vivienda.

En 2020, el Conapo realizó una nueva investigación a la población y sus condiciones sociales, la cual reportó que los habitantes de San Juan Guichicovi eran 30 mil 815 y que el 74.2 por ciento padecía un tipo de pobreza.

Para la Conapo, el rezago social en este municipio istmeño ha permanecido sin cambios en los últimos cinco años, a pesar de los casi mil mdp que la Federación ha enviado a esa demarcación.


Escrito por Deimos Sánchez Sanchez

Reportero


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