Cargando, por favor espere...
El domingo 3 de febrero se realizaron las elecciones presidenciales de El Salvador. Fueron tres los candidatos que midieron sus fuerzas en las urnas: Hugo Martínez, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN); Carlos Calleja, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA); y Nayib Bukele, de Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Apenas el 14.4% de los votantes eligió al candidato del partido gobernante, el FMLN; el 31.7% optó por ARENA; y el 53.1% prefirió al candidato de GANA. A partir del 1 de junio de este año, y hasta el 30 de mayo de 2024, Bukele presidirá al país centroamericano.
Los primeros análisis que se han hecho sobre los resultados electorales coinciden en que se trata de un fenómeno totalmente inédito: el candidato ganador será un presidente excepcionalmente joven -37 años-; arrasó con sus contrincantes a tal grado que obtuvo más de la mitad del total de votos emitidos; al no contar con un aparato político tan desarrollado como el del FMLN y ARENA, su campaña se hizo sobre todo mediante redes sociales; terminó con el bipartidismo que ha marcado los últimos treinta años de la historia salvadoreña; y es un personaje sin ideologías políticas que tiene como principal objetivo acabar con la corrupción. En resumen, a Bukele se le presenta como la irrupción de lo novedoso que llega a barrer a lo viejo.
Visto con detenimiento, este perfil del joven empresario millenial que está cansado de los partidos tradicionales y no tiene ideología política, es solo un remozamiento de viejas posiciones conservadoras. Para percatarse de ello, basta enfocarse en el partido que lo llevó al poder, en las declaraciones que ha hecho el propio Bukele sobre los gobiernos de izquierda de América Latina, y en los objetivos que se ha trazado el futuro presidente.
GANA es un partido ubicado en la derecha del espectro político salvadoreño. Partido joven, la mayoría de sus fundadores y sus principales líderes provienen de ARENA, el partido de derecha que surgió como la oposición electoral al FMLN, partido abiertamente socialista con una larga trayectoria combatiente. ARENA reivindica valores asociados al conservadurismo latinoamericano, como el combate al comunismo, y la defensa radical de la familia “natural” y la religión católica. Este tipo de políticos fue el que fundó GANA en 2010, luego de la derrota de ARENA en 2009. En este contexto, no sorprende que el futuro partido gobernante se autodefina como “conservador y de derecha popular”.
A pesar de que se presenta como una figura no alineada a la izquierda ni a la derecha, las declaraciones que ha dado el presidente electo indican el signo de su orientación ideológica. En un tuit publicado el 23 de enero de este año, Bukele apuntó: “Dictadores como Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y Juan Orlando en Honduras, jamás tendrán ninguna legitimidad, porque se mantienen en el poder a la fuerza y no respetan la voluntad de sus pueblos. Dictador es dictador, de derecha o de izquierda”. Al presentarse como un “luchador por la democracia”, y rechazar “toda dictadura”, en realidad, Bukele asume las mismas posiciones liberales, disfrazadas de progresistas y asépticas, que enarbolan regímenes conservadores, como el imperialismo estadounidense.
Finalmente, están los objetivos de su próximo gobierno. Al más puro estilo de Michel Temer, Jair Bolsonaro y Lenín Moreno, lo que Bukele quiere por encima de todo es “acabar con la corrupción”. Este discurso tan manido, ha llevado al presidente electo a identificarse con López Obrador, pues ambos fijan en el combate a la corrupción su principal bandera política. El señuelo de que la corrupción es la causa de todos los males, no es nuevo; de hecho, es un recurso frecuentemente usado por políticos conservadores para soslayar temas sociales cruciales como la disminución de la desigualdad y la pobreza. Esta concepción se resume en un tuit publicado por Bukele el 18 de octubre de 2018, y que se convirtió en su eslogan de campaña: “el dinero alcanza cuando nadie roba”.
En resumen, el proceso electoral en El Salvador reedita el fenómeno regional: la derecha arrebata a la izquierda espacios ganados en los últimos años. Con la elección de Bukele, los gobiernos progresistas de América Latina pierden un aliado y el conservadurismo gana terreno.
Además de que los incrementos al salario mínimo son nulos o benefician más a los grandes empresarios, recordemos que en México el 96% de los negocios son mini y pequeños, y que tales incrementos los pone al borde de la extinción.
El cerro del Chimalhuache puede restaurarse con la gestión y aplicación de recursos económicos que garanticen un uso sustentable del territorio.
Se ensañaron en un peligroso bullying con Putin y los resultados están a la vista. Una tragedia que podría haberse evitado y ante la cual no hay neutralidad posible. Hay un bando agresor: Estados Unidos y la OTAN, y otro agredido, Rusia.
A dos meses de la denuncia hecha por el propio personal del Centro de Atención e Integración Social, la Comisión de Derechos Humanos local apenas está investigando los hechos.
La respuesta requiere una explicación más amplia, pero se puede afirmar que la pagan las masas trabajadoras. El trabajador y su familia pagan la recesión con sangre, sudor y lágrimas.
López Obrador es sólo una muestra de nuestra “clase” política, entre cuyos integrantes prevalece la misma creencia: que su actividad tiene que ver menos con la ciencia que con el “sentido común”.
El partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no es una organización de izquierda.
INE aprobó la declaratoria de pérdida de registro del Partido de la Revolución Democrática, debido a que no logró obtener al menos el 3 por ciento de la votación.
El abstencionismo creciente no se explica más que por el hartazgo de la gente hacia la clase política, mientras la inseguridad, la pobreza, los recortes presupuestales y un largo etcétera galopan en todo el país, ¿qué hacer?
La democracia supone igualdad de quienes participan, pero siendo un mecanismo de control de una clase sobre otra, implica también exclusión real y freno a la parte sometida; históricamente ha sido así, incluso en la cuna de la democracia.
La madrugada de este lunes Nuevo Laredo fue el epicentro de una balacera e incendios de vehículos, así como bloqueos de las avenidas principales.
La SCJN invalidó la segunda parte del Plan B político-electoral de AMLO, debido a violaciones al procedimiento legislativo hecho por la mayoría parlamentaria de Morena y aliados.
México Evalúa afirma que los 32 estados del país están en la incertidumbre luego de que el IMSS publicara que absorberá todas las funciones del Insabi.
No sorprende el nombramiento de Ulises Lara como encargado de despacho de la FGJCDMX, lo que sí preocupa es que el funcionario es cercano a la familia del jefe de Gobierno, Martí Batres.
El retraso de las lluvias y el recorte al presupuesto del gobierno de Jalisco han provocado la crisis de agua potable que hoy sufren miles de familias de Guadalajara y su zona metropolitana.
Escrito por Ehécatl Lázaro
Columnista de politica nacional