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Mucho se habla de justicia social, igualdad ante la ley y democracia, conceptos a los que de hecho se ha venido vaciando de contenido, pues para gran parte de la población no pueden hacerse realidad por falta de condiciones. Igual ocurre con los derechos humanos, formalmente protegidos por el Estado y las leyes, pero inaccesibles para amplios sectores sociales. La democracia supone igualdad de quienes participan, pero siendo un mecanismo de control de una clase sobre otra, implica también exclusión real y freno a la parte sometida; históricamente ha sido así, incluso en la cuna de la democracia. En su Historia de Grecia antigua, dice F. J. Gómez Espelosín: “La democracia ateniense era una democracia directa que se ejercía mediante la participación directa de los ciudadano en las instituciones. Sin embargo, era también una democracia restringida a un número reducido del total de los habitantes del Ática. Solo los que poseían la condición de ciudadanos, de la que se hallaba excluida la mayor parte de la población, prácticamente tres cuartos del total, compuesta por mujeres, metecos y esclavos, podían disfrutar de estas prerrogativas. Se ha calculado que en esta época habría en Atenas unos 40 mil ciudadanos frente a los más de 300 mil habitantes del Ática” (pág. 179). Una democracia, pues, con un marcado sello de clase, que rechaza la participación real del pueblo, imponiendo restricciones formales.
En su momento de ascenso, la burguesía conquistó como un logro la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, derrotando la desigualdad legislada de la democracia feudal. Ciertamente, en el esclavismo y la Edad Media, legalmente se excluía y privaba de ciudadanía a la mayoría de los habitantes; el capitalismo logra un progreso: los incluye en lo formal, en la ley, pero los excluye económicamente, situación que en nuestro tiempo debe ser superada, pues la real ciudadanía en una democracia no es solo cuestión jurídica; tiene connotaciones económicas e implica eliminar, o al menos reducir, las disparidades entre los participantes. Pero con el tiempo esto empeoró: en el desarrollo del capitalismo maduraron las contradicciones que in nuce contenía desde su gestación, ahondando la desigualdad, abriendo un verdadero abismo en el nivel económico entre clases sociales, y consecuentemente, una enorme disparidad en su capacidad de decisión y participación en los asuntos públicos, aunque ante la ley “todos seamos iguales”.
Este martes, el diario El Universal publicó información de un trabajo de Oxfam titulado Tiempo de cuidado (muy ad hoc a la situación actual): “¡seis mexicanos tienen ocho veces más riqueza que 62 millones de pobres! (...) y 3 veces más riquezas que el resto de los mexicanos (...) México ha entrado de esta forma en el 25 por ciento de los países más desiguales del planeta; más que Estados Unidos, Colombia y Chile...”. Es una élite dotada de un descomunal poder político, mediático e ideológico, a la que pertenecen los dueños de los grandes medios de comunicación, formadores y manipuladores de la “opinión pública”, capaces de inducir decisiones electorales, construir “imágenes políticas”, convertir en superhombres a personajes menores e incluso a pillos, y a la inversa, de destrozar o manchar honras a conveniencia. En contraparte, entre todos los pobres hay 9.3 millones en pobreza extrema (7.4 por ciento de la población), y 2.7 millones que perciben solo un salario mínimo (Coneval 2018). Pero a los partidos políticos no les interesa la suerte de ese sector, como no sea para manipularlo; resultaría muy caro y peligroso rescatarlo de su marginación e incorporarlo plenamente a la ciudadanía real, creándole condiciones propicias.
Mejor guardan prudente silencio, pues cambiarlas conlleva conflictos con la estructura económica de propiedad y distribución. Más bien, a los falsos demócratas beneficia que los pobres vivan necesitados del favor de las “ayudas” gubernamentales o de la “filantropía” de los ricos, en una dependencia que va desde lo emocional, como la gratitud al “benefactor”, hasta la subordinación política. La supeditación económica impide la libre toma de decisiones y la formación de criterio y opinión propios; quien está en la miseria difícilmente puede actuar por su cuenta. Es rehén de su circunstancia.
Millones de trabajadores carecen incluso del indispensable tiempo libre para participar en política. Están atados al trabajo, en largas jornadas y prolongados traslados desde sus hogares a sus centros laborales, que agotan sus energías físicas y merman su ánimo para informarse sobre los acontecimientos y ocuparse en los asuntos públicos, conocer programas de candidatos o incluso leer sobre derechos ciudadanos. Para ellos es primero el ser que el cómo ser; es conseguir la comida del día siguiente, protegerse del frío o curar sus enfermedades. En cambio, quienes nadan en la abundancia disponen de tiempo sobrado para reuniones, viajes, etc.; para participar en la cosa pública, y controlarla. ¡Cuándo un trabajador sujeto a un empleo de sobrevivencia podrá recorrer el país o un estado en campaña política! Así pues, la actual es una democracia altamente discriminatoria.
Agréguese el alto costo de las campañas políticas, auténtica e insalvable barrera a la entrada. Dicen además que información es poder; cierto, pero existe una marcada asimetría entre sectores y clases sociales. La información privilegiada, útil para tomar decisiones políticas y económicas importantes, es controlada por los dueños del dinero. Al ciudadano común se le desinforma, confunde y distrae; conoce acaso banalidades o escándalos, asuntos divertidos pero intrascendentes, a lo sumo materia de chistes y memes.
En conclusión, una verdadera democracia, que supere el rígido carácter de clase de la actual, precisa trabajo de conciencia, para que el pueblo supere la adversidad y decida participar en los asuntos públicos. Pero su afianzamiento exige condiciones materiales apropiadas: un ingreso universal digno, que permita a muchos estabilizar y mejorar su situación económica, y a otros más superar el umbral de esa miseria que embota su mente, merma su ánimo e impide toda acción independiente. Mejorar las condiciones es incorporar a la gente a la vida pública activa; a una ciudadanía real y efectiva para todos. Solo así habrá plena democracia. Ante esto, vale recordar el pensamiento de Rousseau: “La igualdad no significa que todos tengamos la misma riqueza, sino que nadie sea tan rico como para poder comprar a otro ni tan pobre como para verse forzado a venderse”.
Sin uniforme ni teléfono para registrar y trasmitir datos, así es como recorren el país capacitadores electorales debido a que las empresas a las que se adjudicaron los contratos como proveedores de dichos insumos le incumplieron al INE.
El equipo de la coalición “Fuerza y Corazón por México” enfrentará “una competencia desafiante”, particularmente contra Claudia Sheinbaum y el aparato del Estado, afirmó Kenia López Rabadán, jefa de oficina de Xóchitl Gálvez.
El diputado federal Rubén Moreira aseguró que la desaparición de los órganos autónomos de nada sirve si se utilizan los recursos en pago de pensiones y jubilaciones más justas porque es muy poco dinero.
En este encuentro los candidatos expondrán y defenderán su visión para la Ciudad de México.
Las dudas flotan en el aire: ¿Qué motivó la publicación de la denuncia de que AMLO tuvo vínculos con los narcos? ¿Qué prometió AMLO a EEUU a cambio de su posición personal y política de cara a las próximas presidenciales en ambos países?
Este foro es, en esencia, un mecanismo más para imponer a los gobiernos líneas de acción, sobre todo en materia económica. Por eso revisaremos cómo se presenta esta edición y a tratar de entender lo que implica para la vida de los millones de trabajadores del planeta.
El calentamiento global tiene responsables concretos. No es “la humanidad”, así en abstracto, como muchos comentaristas afirman, sino de gobiernos cuyos funcionarios representan a las grandes empresas que contaminan al mundo.
El emir Tamim bin Hamad Al Thani, quien alienta una diplomacia audaz con todos los recursos del “poder suave” (softpower).
La propuesta incluye una Constancia de No Registro como Persona Agresora Sexual, con el objetivo de prevenir la violencia sexual y garantizar el desarrollo de niñas, niños y adolescentes en espacios seguros, respetando así sus derechos.
La tragedia que el huracán Otis generó en Guerrero hizo más evidente el afán de lucro político del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con cinco millones 150 mil 92 votos, el 51.20 por ciento de los votantes, el presiente Nicolás Maduro ganó las elecciones de Venezuela.
En el informe de la Oxfam, "Las desigualdades que matan", se plantea como solución de la desigualdad social mundial, que haya voluntad política de los gobernantes; error. Se necesita la educación y organización de las mayorías del planeta.
El coordinador de la precampaña de Xóchitl Gálvez, Santiago Creel, dio a conocer los nombres de los integrantes del equipo y expuso que éstos se regirán por tres principios: confianza mutua, la verdad y el compromiso de trabajo incansable.
El respeto a los derechos humanos de los migrantes, anunciado por AMLO durante su campaña, dio un giro de 180 grados una vez que asumió el poder; ahora la estrategia consiste en contenerlos, reprimirlos y deportarlos a sus países de origen.
el tribunal electoral local había determinado correctamente la asignación de las diputaciones plurinominales en el Congreso de la CDMX.
EE. UU.: ganan las oligarquías, pierden las mayorías
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Escrito por Abel Pérez Zamorano
Doctor en Economía por la London School of Economics. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.