El salario mínimo general subirá de 278.80 a 315.04 pesos diarios, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte pasará de 419.88 a 440.87 pesos diarios.
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Se echan las campanas al vuelo, se claman vítores de alegría, apapachos y felicitaciones, confeti, fiesta y celebración por el nuevo aumento del 13 por ciento al salario mínimo. Realmente suena como un gran logro si consideramos que en el último año del sexenio de Peña Nieto se encontraba en 88.36 pesos para ubicarse en 2026 en 315.04. ¡Enorme! (como la palabra “grandeza”, de cierto libro) Se presume como un “hito histórico”.
¡Ajá! Pero los datos económicos no encajan con el discurso triunfal de los funcionarios de la “Cuarta Transformación” (4T), y sólo entonces se han visto obligados a salir a cámara para explicar que tales aumentos se han realizado concienzudamente, con asesoría de expertos, que no es ni una ocurrencia ni improvisación y que, por tanto, no es inflacionario porque el incremento fue bien pensado; como afirman los abogados, “a confesión de parte, relevo de prueba”.
Con el nulo crecimiento económico del sexenio anterior, que sigue en caída libre en 2025, no se vislumbra que las cosas cambien en 2026; éste es el mejor indicador de que poco sirve un aumento del salario mínimo cuando no se están creando nuevos empleos y los que hay, se están perdiendo. Es la inversión sostenida del gobierno, del sector privado y, en menor medida, la inversión extranjera directa la que tiene un efecto multiplicador en las variables asociadas a la producción nacional; si hay inversión, empleos, crecimiento, pues se estimulan la demanda y el consumo.
El error de este gobierno consiste en creer que el dinero de los programas asistencialistas impactará al consumo y, por consecuencia, las empresas venderán más; pero este recurso rápidamente desaparece a medida que los beneficiarios se lo gastan, rápidamente se esfuma, impactando muy poco y condicionándolos a vivir y depender de tales apoyos. La Presidenta presume que cuenta con un gran respaldo popular gracias a los apoyos directos a las familias; y efectivamente, esa confesión nos lleva a deducir que se lucra con la pobreza y la necesidad de la gente, que no se utilizan los recursos públicos para lograr el bienestar de las familias, sino para perpetuar y administrar su pobreza.
A veces los embustes requieren tiempo para ser develados; han pasado siete años de la medida y el salario mínimo no impacta como debería a los trabajadores; por el contrario, ha servido como pretexto para que los grupos empresariales más poderosos suban el precio de sus productos argumentando elevados costos de producción por el aumento del salario mínimo; o bien, siempre tendrá el pie sobre la cabeza del trabajador que, con tal de no perder su empleo, se ve obligado a soportar extenuantes jornadas laborales mientras las diversas estrategias de la industria moderna elevan su productividad y el nivel de su explotación crece.
Cualquiera de las vías, lejos de llevar a los trabajadores a una vida decorosa, los empobrece cada vez más; por ello, mientras en el discurso deberían estar saltando de alegría por el aumento del salario mínimo, en los hechos su vida sigue igual de miserable. En una estructura económica tan desigual, quedan indefensos ante los empleadores voraces, y son lanzados al trabajo informal, donde ni siquiera se aplica un salario mínimo porque sirve como una actividad de autoempleo. Ésta es la razón de que la clase empresarial acepte gustosa el incremento al salario, porque sabe que el gobierno les permite aprovecharse de ello y que, lejos de ponerlos en algún predicamento, les otorga mayor control sobre los trabajadores y el precio de los productos.
Al final, los trabajadores están pagando su propio salario que, con aumentos o sin ellos, permanece mínimo; muy al contrario, la ganancia máxima se queda con el empresario. Y así hasta que el asalariado se organice con los suyos y luche por su derecho a una vida mejor.
El salario mínimo general subirá de 278.80 a 315.04 pesos diarios, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte pasará de 419.88 a 440.87 pesos diarios.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA