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“Cambio artesanía por despensa”, escribió con letras guindas sobre una cartulina anaranjada Rafael Vega, artesano oaxaqueño de origen indígena, quien con su familia sobrevive de la venta de cestas y bolsas de ixtle en un puesto instalado sobre una acera de la Ciudad de México (CDMX). En medio de las restricciones sanitarias, sin clientes, sin dinero y sin comida para su familia, el trueque era la última opción.
Frente al improvisado negocio de don Rafael, localizado en prolongación Canal de Miramontes, Villa Coapa, al sur de la capital, una persona se acercó a él con celular en mano para fotografiar su cartulina. La imagen circuló por redes sociales y se viralizó. La ayuda llegó de todas partes. Vecinos salieron de sus casas a comprarle algo y otros le llevaron despensas.
Ante la pasividad evidenciada por el gobierno del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) frente al tamaño de la emergencia económica y alimentaria que vive la mitad empobrecida de mexicanos, son los ciudadanos comunes, las organizaciones civiles o estudiantiles quienes apoyan con alimentos y paquetes sanitarios a cuanto damnificado social ven en las calles.
Este notorio vacío en la administración federal encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), incluso ha motivado que organizaciones delictivas del narcotráfico se dedicaran –hasta el cierre de esta edición venía ocurriendo, de acuerdo con imágenes difundidas en redes sociales– a distribuir despensas alimentarias a plena luz del día en áreas urbanas de varias ciudades importantes de la República.
Hasta los consorcios trasnacionales ayudan. La firma italoestadounidense Fiat Chrysler Automóviles (FCA), el seis de abril, inició la distribución de 32 mil despensas que entregará a cinco mil familias durante seis meses en barrios pobres de la CDMX y los estados de México (Edomex) y Coahuila. El Grupo Modelo, que suspendió su producción de cerveza, fabricó 300 mil botellas de gel antibacterial y las sumó a otras tantas de agua simple que envió al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Pero la actitud de cerrazón a la actual realidad del gobierno de Morena no solo contrasta entre grupos tan disímiles como los “narcos” y “neoliberales”, sino también con la dimensión de la crisis socioeconómica que hoy enfrentan millones de mexicanos pobres que residen en áreas urbanas y rurales de las 32 entidades de la República.
De acuerdo con el coordinador de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, Rogelio Gómez Hermosillo, más de 40 millones de trabajadores están en emergencia laboral; 21 millones trabajan en micro y pequeñas empresas, cuyas actividades fueron suspendidas; 7.7 millones quedaron desempleados al cierre de abril y otros 12 millones vivían al día con actividades de autoempleo en las calles y ahora carecen de demanda, debido a las restricciones sanitarias.
Gómez Hermosillo advirtió a buzos: “La magnitud del problema es tan grande que si el gobierno no le entra no vamos a salir, o sea, esto es de un tamaño que se lleva dos, tres, cuatro puntos del Producto Interno Bruto (PIB), centenas de miles de millones de pesos. Entonces, obviamente, la sociedad civil no puede (hacerse cargo de todo) en esa escala.
“Lo que yo quiero destacar es que la sociedad está haciendo su parte, pero con eso no nos va a alcanzar, y no por un problema de la sociedad, sino por el tamaño de la crisis, y porque necesitamos una respuesta del gobierno, una política de Estado sin politiquería, ni de un lado ni del otro. Esto no es de votos ni de simpatías, está en juego mucho más”, destacó Gómez Hermosillo.
El activista social planteó también: “Donde está el punto es en la magnitud, la profundidad del problema, y en la visión de que con lo que ya se estaba haciendo vamos a salir (los programas sociales en marcha) está la diferencia. La sociedad no lo ve así porque lo vive; ve al vecino que no tiene qué comer, a los amigos que perdieron su trabajo y entonces se quedaron sin nada de un día para otro; y el que tenía su pequeño restaurancito, su lonchería, el cafecito, y que tuvo que cerrar, que aguantó un mes. Pero ya llevamos mes y medio y vamos para otro mes y medio ¿Entonces de qué van a vivir?”.
A propósito del 1° de mayo, Día del Trabajo, conmemorado en medio de la crisis, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que los trabajadores informales son 31.3 millones, cifra equivalente al 56.2 por ciento de los 57.6 millones de la Población Económica Activa (PEA). El 61.2 por ciento de los trabajadores informales tiene ingresos, pero carece de seguridad social; el 14.9 por ciento se autoemplea en actividades agrícolas; el 14.6 trabaja en servicios domésticos sin seguridad social y 9.3 millones labora, pero no recibe un pago.
Acciones organizadas
El 30 de abril, dirigentes de diversas organizaciones sociales del país sostuvieron un primer encuentro virtual, convocados por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, para analizar posibles acciones que ayuden a la población en emergencia. Concluyeron que la participación del Gobierno Federal es indispensable ante la magnitud de las necesidades sociales actuales.
Pilar Parás, presidenta del Centro Mexicano para la Filantropía (Camefi), informó que su agrupación reparte tarjetas de apoyo a las familias que perdieron sus ingresos para que sigan las recomendaciones sanitarias y permanezcan en casa. Los plásticos, detalló Parás, serán recargables cada 15 días durante los tres meses de la emergencia sanitaria.
Héctor Castañón, de la Alianza contra la Desigualdad en México, anunció la puesta en marcha de la plataforma Para Quedarnos en Casa, que articula las acciones de unas 10 organizaciones civiles nacionales e internacionales para brindar ayuda social a la población más pobre que hoy sufre las peores consecuencias de la crisis.
Esa plataforma se formó en alianza con otra denominada Instituto de Estudios sobre la Desigualdad A.C. para emprender acciones de largo alcance y aplicables más allá del levantamiento de las restricciones por la emergencia sanitaria. Advirtieron que, debido a esta crítica situación, un importante sector de la población podría transitar de la pobreza general a la pobreza extrema.
Esta organización busca integrar propuestas de sectores ciudadanos, empresariales y gubernamentales en estrategias comunes encaminadas a apoyar al sector más vulnerable de la población a corto y mediano plazos. Priorizan la promoción de servicios como agua potable, para que sus beneficiarios realicen la recomendación sanitaria de lavarse las manos constantemente. En el país hay al menos 13 millones de casas que carecen de este servicio fundamental.
Al respecto, Manuel Mosqueda, de la agrupación Techo, orientada a la promoción de la vivienda popular con un modelo de autoconstrucción, explicó que esta organización civil trabaja con personas que viven en asentamientos irregulares donde, paradójicamente, la gente no tiene un hogar, pero se les pide que se “queden en casa”.
Mosqueda destacó la presencia de la misma paradoja con la recomendación de lavarse las manos constantemente como medida de protección sanitaria en comunidades donde no hay siquiera para beber. Informó que los voluntarios de su organización instalan 480 sistemas de captación de agua en comunidades marginadas de los estados de Jalisco, Puebla, Querétaro, Edomex y la CDMX.
Estas organizaciones civiles, así como otras, algunos gobiernos locales, estudiantes y ciudadanos que actúan a nivel individual, intentan subsanar los vacíos que genera la evidente pasividad gubernamental ante la emergencia sanitaria, socio-económica y laboral, agudizada por la pandemia del Covid-19 a partir de marzo de este año.
Este vacío en el Estado propicia que, en diversos puntos del país, los cárteles del narcotráfico protagonicen disputas adicionales en plena luz del día y sin balas, mediante la entrega de despensas a familias necesitadas de zonas marginadas, obviamente con objetivos clientelares y territoriales relacionados con sus actividades delictivas.
En respuesta a una pregunta relacionada con estos incidentes, en su mañanera del 20 de abril, AMLO dijo a los cárteles que sus despensas no ayudarían a la gente y, en tono de prédica moral, les recomendó: “piensen en el sufrimiento de las madres y de los familiares de las víctimas (…) que no vengan ahora a decir estamos entregando despensas, no, mejor bájenle, bájenle y piensen en sus familias”.
Ángel Ávila, miembro de la dirección nacional extraordinaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD), comentó al respecto: “El gobierno debe detener a todos aquellos criminales que están repartiendo despensas como si no existiera el Estado mexicano. Ahora pareciera que ellos hacen la función que le toca a los gobiernos. No se puede permitir el control territorial de los cárteles”.
El dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, señaló por su parte que el gobierno de AMLO debería tener como prioridad fundamental la preservación del empleo. “Conocemos las prioridades del presidente, que hace unas semanas, en pleno avance de la epidemia de Covid-19 y a pesar de las necesidades en materia de salud, viajó a Sinaloa, donde distrayendo sus actividades de Jefe de Estado dejó claros sus presuntos intereses al ir a saludar a la madre de El Chapo Guzmán”.
Durante el mes de abril circularon fotos y videos, en redes sociales, de presuntos integrantes del crimen organizado entregando despensas a la población necesitada de zonas pobres a lo largo del país. Al respecto, la Secretaria de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero, declaró el 24 de abril que se trataba de hechos aislados de estos grupos interesados en dar un mensaje a la sociedad.
Durante una videoconferencia de prensa, la titular de Segob, indicó: “Efectivamente, hemos visto en redes sociales este tipo de entregas del crimen o por lo menos que traen el logo del crimen organizado, que Jalisco Nueva Generación, que Cártel del Golfo, etcétera. Lo comentamos en las reuniones de seguridad; la respuesta que dieron tanto el Secretario de Seguridad como el titular de la Guardia Nacional, era que eran hechos aislados, muy ubicados ya que pasan en las redes”.
Sánchez Cordero expuso también: “En realidad no está ni remotamente en todos los lugares, hay lugares muy específicos, sobre todo, muy de vez en cuando, que estas despensas se están distribuyendo ni es de manera generalizada, son hechos aislados y por lo menos yo lo he visto en redes”, precisó.
El 15 de abril se divulgaron, en redes sociales, imágenes que mostraron la entrega de despensas en cajas de cartón impresas con el nombre y la imagen de Joaquín El Chapo Guzmán. En Guanajuato, la distribución de artículos de primera necesidad se hizo en bolsas de plástico por cuenta de presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En esa misma entidad, hubo una acción similar de “Los Durangos”, grupo delictivo aparentemente aliado del Cártel de Santa Rosa de Lima.
El 27 de abril se reportó, también a través de videos en redes sociales, que el CJNG repartía despensas en Manzanillo. Las bolsas de plástico contenían productos básicos y llevaban una etiqueta con un gallo y la leyenda de “El Señor de los Gallos, Mencho” (Nemesio Oceguera Cervantes). En el estado de Morelos, el 22 de abril también, un grupo de encapuchados distribuyó despensas a nombre de El Señorón, también relacionado con el CJNG.
Presuntos miembros del cártel de la Familia Michoacana entregaron despensas en comunidades de San Lucas y Villa Guerrero, Michoacán. Otro lote de provisiones básicas fue distribuido en Ciudad Victoria, Tamaulipas, por el Cártel del Golfo.
Los gobiernos locales en acción
Las disputas políticas se han hecho presentes también en las entidades federativas. El 12 de abril, el diputado de Morena por Texcoco, Nazario Gutiérrez, denunció el reparto de despensas entre la población vulnerable de los municipios de Texcoco, Tezoyuca, Chiconcuac, Papalotla, Chiautla y Atenco, porque, al hacerlo, se violaban las recomendaciones de la sana distancia, ya que las personas se juntaban en el punto de entrega. Los distribuidores de los paquetes alimentarios eran enviados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mexiquense.
“Es inadmisible que haya estos eventos sin ninguna medida sanitaria, se está poniendo en riesgo a la población, justo en estos días que van en aumento los contagios”, reclamó el morenista Nazario Gutiérrez a quien, sin duda, le molestó que un partido de oposición entregara despensas a modo de propaganda política, la cual quizás intentaba competir con los programas clientelares del Gobierno Federal de Morena.
Pero al margen de este tipo de disputas, algunos gobiernos locales y grupos sociales han producido estrategias de ayuda: el 23 de abril fueron entregadas las primeras dos mil despensas del plan Jalisco Sin Hambre, repartidas entre la población vulnerable de la capital del estado. El empresario Horacio Fernández, presidente del Consejo de Juntos por el Empleo y la Economía de Jalisco, declaró, ese día, a medios locales: “Necesitamos subir el número para generar un impacto que realmente beneficie tanta necesidad en el Estado, necesitamos hacer 100 mil despensas mensuales, por lo menos durante mayo, junio y julio, y quizás para agosto, septiembre y octubre ir bajando esa producción gradualmente a 75 mil, 50 mil y 25 mil”.
También en Jalisco la secretaría del Sistema de Asistencia Social destinó, en abril, 27 mil 233 despensas para personas de 65 años y más. La entrega fue domiciliaria para evitar aglomeraciones y se hizo en barrios marginados de los municipios Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque y Chapala. La distribución de los paquetes alimentarios se efectuó por medio de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) local, la organización católica Cáritas y la organización civil Banco de Alimentos
En Quintana Roo se activó un plan de ayuda para familias afectadas por las restricciones propias de la pandemia. Se distribuyeron despensas por medio de brigadas que iniciaron el seis de abril, entregando entre dos mil y dos mil 500 paquetes alimentarios para personas que encabezan familias de bajos recursos, que no pueden laborar o que perdieron su trabajo.
En Baja California se intensificó la entrega de despensas a partir del ocho de abril por medio del plan Jornadas por la Paz y la Salud que, según las autoridades locales, a finales de marzo había distribuido 74 mil 473 apoyos. Al siete de abril, se habían entregado 10 mil 241 por medio del programa Salud en Casa.
En Delicias, Chihuahua, enviados de la presidencia municipal repartieron despensas en colonias populares. El presidente municipal panista, Eliseo Compeán Fernández, anunció que continuará el reparto de apoyos alimenticios para la población vulnerable afectada económicamente por las restricciones a la movilidad ciudadana provocada por la emergencia sanitaria.
En Aguascalientes, el 20 de abril se intensificó el reparto de despensas a sectores pobres de la entidad, en un plan de contingencia donde participan la organización católica Cáritas Aguascalientes, la Cruz Roja Mexicana y un grupo de empresarios locales. El objetivo consiste en alcanzar a cuatro mil familias inicialmente y luego a otras tres mil. Estudiantes de centros educativos estatales organizaron también acopio de alimentos y entrega de despensas con el lema “Ayuda a que otros se queden en casa”.
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“Ya no habrá ‘guardaditos’. La mayor parte van a ser utilizados este año y no nos dará espacio, no vamos a tener el año que entra ese colchón que había por todos lados.
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Escrito por Martín Morales