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De gira por el estado de Campeche, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, declaró que no se iba a dejar chantajear por las empresas asentadas en México que han venido surtiendo los medicamentos adquiridos por el gobierno para atender al pueblo. Señaló que tres empresas vendían el 70 por ciento de 90 mil millones de pesos y que quisieron jugar a las vencidas con el gobierno, pero que eso “se acabó”, ahora, dijo, si no dan buenos precios, las medicinas se van a comprar en el extranjero. Opino, modestamente, que el remedio anunciado no lo es, ya que también el extranjero y a veces, más en el extranjero, existen empresas que aprovechan su condición de monopolio de los medicamentos y los venden caros, los condicionan y hasta los niegan y, en efecto, tal es el caso de la anunciada compra en el extranjero de medicinas para niños con cáncer, sin contar con trámites y viajes, solo ahorró al gobierno mexicano la fabulosa cantidad de 17 mil 739 pesos.
La verdad es que lo que se necesitan realmente no es “comprarlos en el extranjero” y obtener ahorros diminutos, eso puede ser una solución de emergencia, como el caso del Metotrexato. Al pueblo de México hay que hablarle con la verdad. Se requiere una solución más o menos definitiva y no otro paliativo: que nuestro país sea productor de medicamentos, que haya una capa de científicos preparados para diseñar y producir nuevos tratamientos a la altura de los mejores del mundo. Mientras eso no suceda, no se puede cantar victoria, solo se cambia de proveedores o, más bien, de controladores.
Pero para llegar a esa meta que, sinceramente, no está nada cercana, se necesita empezar a andar un largo y difícil camino, diseñar una política educativa de largo alcance que comience en el jardín de niños y culmine en los cursos de doctorado y postdoctorado. Se necesita privilegiar la educación de excelencia. Eso no se está haciendo. Por los mismos días que los diarios se ocupaban del desabasto de medicamentos y de la “solución” mediante la compra en el extranjero, anunciada como gran victoria, se aprobaban las leyes secundarias de la nueva reforma educativa en las que la polémica se centraba en la asignación de las plazas para los maestros y el control de los procesos educativos, pero nada se debatía en torno a la buena enseñanza del español y las matemáticas o la impartición de cursos especiales para niños especialmente dotados. Polítiquería, no calidad educativa.
Por esos mismos días, una nota daba cuenta de la grave crisis por la que atraviesan las universidades de México, todas, pero especial y destacadamente, nueve de ellas que no tienen recursos ni siquiera para terminar el año, pues enfrentan una quiebra financiera y necesitan al menos cinco mil millones de pesos adicionales a lo que se les aprobó en diciembre pasado. No obstante, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) calcula que esa cantidad solo sería para una emergencia pues el déficit acumulado llega a los 16 mil 677 millones de pesos.
En efecto, el año pasado ya la actual administración tuvo que otorgar recursos extraordinarios a varias instituciones: la Universidad Autónoma de Sinaloa, 304 millones; Nayarit, 166 millones; Zacatecas, 250 millones; Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 500 millones; Morelos, 408 millones; Estado de México, 250 millones; Oaxaca, 51 millones y Tabasco, 308 millones de pesos. Con esos apoyos adicionales, esas universidades apenas estuvieron en capacidad de pagar nóminas, aguinaldos y algunos adeudos para terminar el año.
La situación no tiende a mejorar. Un análisis del Proyecto de Presupuesto para el año 2020, elaborado por la ANUIES, señala que para la educación superior habrá un recorte de 0.59 por ciento con respecto a lo otorgado en 2019. La matrícula crece y se hace necesario contratar más docentes, pero el presupuesto se achica. El caso de la UMSNH es dramático. La casa de Hidalgo agotará sus recursos en el mes de octubre, que ya está a la vuelta de la esquina, ya que acumula un déficit de 996 millones de pesos y la federación ha dejado bien claro que no entregará recursos adicionales si no se modifica el régimen de pensiones y jubilaciones. Veremos qué pasa.
Mientras no se considere este panorama en las instituciones donde se educan, o deberían educarse los profesionistas y los científicos que posibilitarían un desarrollo independiente en todas las ramas del conocimiento, se informaba que nuestro país había sido víctima de un escandaloso saqueo de piezas arqueológicas. La casa de subastas Millon de París vendió más de cien piezas en un millón 300 mil dólares, 95 de las piezas provienen del patrimonio cultural del país que solicitó cancelar la subasta;y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) también pidió que se pospusiera la subasta para dar tiempo a que la Casa Millon aclarara a México la procedencia de los objetos. Los ruegos fueron inútiles, las piezas fueron a subasta y se vendieron por la cantidad ya señalada.
También en este rubro debería haber un buen presupuesto para conservar nuestro patrimonio cultural, para formar científicos sociales que investiguen, clasifiquen y preserven nuestras incontables joyas arqueológicas. El proyecto de presupuesto para el 2020 apenas rebasa con 1.9 por ciento la cantidad asignada en 2018, prácticamente hay un estancamiento. De esta manera no deberá extrañarnos que haya un saqueo constante de valores culturales, que algunas de las piezas más bellas y valiosas se encuentren en los grandes museos de Europa y eso, si nos va bien, porque hay muchas otras que se encuentran ocultas en colecciones privadas. No hay que extrañarse de que nuestros ruegos sean inútiles. También en este rubro somos víctimas de nuestro atraso y de la severa austeridad que a él nos ata.
Tres son las maldiciones que azotan a esta etapa final del capitalismo y México no escapa a ellas. El declive persistente de la tasa de crecimiento económico que, como cualquiera puede constatar en el caso de nuestro país y con la nueva administración federal, ya va en un elocuente cero de crecimiento; la segunda es el peso de la deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto que, para el caso de México, ya ronda casi la mitad; y finalmente, la desigualdad en la capacidad económica de la población, el hecho de que, por un lado, haya una pequeña minoría que concentra la gran parte de la riqueza y, por el otro, una gran masa que no tiene ni lo elemental para subsistir, una diminuta demanda efectiva (“los ingresos de las tiendas minoristas en México se estancaron durante julio al registrar un nulo crecimiento respecto al mes previo, luego de una caída de 0.6 por ciento en junio, según los registros del Inegi”, informa El Financiero). Ninguna de estas tres tendencias se está atacando por parte de la “Cuarta Transformación” al contrario, el combate a la corrupción que ha ido a parar a una severa austeridad provoca un crecimiento menor de la economía y una mayor desigualdad.
En el fondo, es obvio que nadie en el viejo partido de la Revolución Mexicana está pensando en constituirse en una verdadera opción mejor, distinta y enfrentada a Morena. Todos buscan congraciarse con ella.
"Entre mis hijos y yo sacamos el agua que quedó cuando bajó el agua. Aunque pedimos apoyo a Raúl Morón, nunca obtuvimos respuesta”.
CONECTA tiene capacidad de ofrecer financiamiento hasta mil empresas con créditos que irían de los 100 mil a los 5 millones de pesos.
Con el Seguro Popular, miles de familias tenían garantizado el acceso a la atención médica.
En el informe se documentaron diversas violaciones a la Manifestación de Impacto Ambiental.
En San Luis Potosí solo se conoce la exclusión de miles de sus potenciales beneficiarios que anteriormente recibían apoyos similares a través del desaparecido programa social Prospera.
“No se revisarán las concesiones porque yo siento que esta crisis es transitoria, se tienen que buscar opciones y es un periodo de sequía".
El presidente nuevamente comentó que la pandemia en México ya está perdiendo fuerza.
El señor de las mañaneras de Palacio Nacional señala con desdén a sus enemigos, emprende con afán su persecución y busca neutralizarlos o suprimirlos.
En días pasados, el diario El Financiero publicó una encuesta en la que el 11 por ciento de los entrevistados expresó sentirse menos feliz desde que se inició la pandemia.
Esta intención llega al descaro con el caso Lozoya, con el cual quiere perseguir públicamente a sus enemigos políticos y desprestigiarlos.
Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recortaron más de 20 mil millones de pesos al Sector Salud.
AMLO está a disposición de lo que diga el gobierno del país vecino, como se evidencia en las acciones que ha ordenado contra los agricultores de Chihuahua.
Un mal de tan honda raíz, producto de la estructura misma del capitalismo, de su esencia como sociedad desigual, injusta y opresora, no es más que un efecto y no la causa principal.
La política de AMLO de “abrazos, no balazos”, no está funcionando y para muchos analistas se interpreta como un claro mensaje de impunidad hacia los grupos criminales.
Escrito por Omar Carreón Abud
Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Chapingo y luchador social. Autor del libro "Reivindicar la verdad".