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A pesar de la humillación de convertir a México en el muro prometido por Donald Trump, la “Cuarta Transformación” (4T) no entiende el tablero geopolítico internacional. En los últimos meses, el gobierno mexicano dio asilo al expresidente boliviano Evo Morales y a su vicepresidente Álvaro García Linera, ambos referentes de la izquierda latinoamericana y con una militancia antiimperialista de décadas. Pero no solo les dio asilo, sino que los llevó a universidades, foros gubernamentales y medios de comunicación para que denuncien, desde ahí, el golpe de Estado del que fueron víctimas –denuncias en las que señalaron a Estados Unidos (EE. UU.) como uno de los principales artífices del golpe– mientras organizan la resistencia contra la espuria presidenta boliviana Janine Áñez.
Pero el caso de los bolivianos no es el único. También el expresidente ecuatoriano Rafael Correa estuvo algunas semanas en México y le dieron difusión tanto en el Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) como en algunos medios. Por último, está José Mujica, expresidente uruguayo, quien fue presentado con bombo y platillo en el primer informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y dictó conferencias en algunas universidades.
En los cuatro casos se trata de figuras sobresalientes de la izquierda latinoamericana asociada al socialismo del siglo XXI. En otras palabras, son personajes que promueven el antiimperialismo entre los pueblos y la distribución equitativa de la riqueza, postulados directamente en contra de la gran burguesía estadounidense, que domina a México y América Latina (AL). Resulta pertinente preguntarse: ¿hasta dónde el gobierno estadounidense permitirá que el mexicano coquetee con expresiones político-ideológicas, que le son antagónicas, cuya avanzada son países en serios conflictos con EE. UU. desde hace años, como Cuba y Venezuela?
Hay quienes declararon que, en los casos de Culiacán y la familia Le Baron, pueden estar involucrados intereses extranjeros para justificar una intervención militar posterior; hipótesis reforzada con el anuncio de Trump, en torno a que los cárteles mexicanos serán clasificados como organizaciones terroristas. Si esto es así, los operativos, con falsa bandera, bien pudieran ser la respuesta de EE. UU. a los acercamientos de México con la izquierda latinoamericana. ¿Hasta dónde seguirá AMLO provocando a la potencia estadounidense?
Hoy nuevamente se ponen de relieve los límites de la soberanía mexicana. Mientras, en política exterior, el gobierno de la 4T nada a contracorriente; en el tema del T-MEC –el nuevo tratado comercial que sustituirá al TLCAN–, AMLO suspira por la inmediata aprobación, para lo cual el Presidente cumplirá con las exigencias que dicte nuestro vecino del norte. Por un lado, AMLO levanta el estandarte de la soberanía nacional y, por el otro, acata las órdenes de EE. UU. Alguno podría pensar que tal comportamiento es adecuado; sin embargo, los peligros de una intervención militar estadounidense demuestran lo contrario: las provocaciones de AMLO ya encuentran respuestas al otro lado del Río Bravo. Necesitamos, pues, un gobierno que conozca la geopolítica internacional, que analice los estrechos márgenes de nuestra independencia y que se conduzca con inteligencia en la política exterior para no crear peligros innecesarios que den al traste con la poca soberanía existente en México.
El gobierno de López Obrador que, sin escrúpulos y sin ningún sentido humano, siguen gritando a los cuatro vientos que para ellos “primero están los pobres”.
Veracruz es otro estado gobernado por un morenista, Cuitláhuac García Jiménez, donde las cosas no van nada bien.
Barbosa, Morena y la UIF, solapadas por AMLO, cometen un escandaloso acto de represión política contra una organización que tiene 46 años de existencia.
Llamamos a todos los mexicanos, conscientes de esta problemática a luchar sin descanso por un proyecto de país que recoja las reivindicaciones de las mayorías.
Desde hace aproximadamente dos meses los jóvenes han exigido que el regreso a las aulas se dé cuando al menos el 70 por ciento de la población esté vacunada.
A siete meses de gobierno de AMLO existen más errores que aciertos, existen más acciones negativas para la población que beneficios.
De 2018 a 2022, la carencia de acceso a los servicios de salud aumentó 23 puntos porcentuales.
Sabedores de que en ocasiones es casi imposible ser consecuente con ello, pues las circunstancias políticas y económicas que rodean algunos medios de información no lo permiten
"De los mil 500 kilómetros aproximadamente que se pretenden desarrollar, apenas en el 18 por ciento de estos hay vías existentes. El resto se debe construir desde cero”.
MCCI reveló que 490 millones de pesos del extinto INSABI se destinaron a la empresa Romedic, propiedad de Jorge Amílcar Olán Aparicio, amigo de Andy López Beltrán.
Como lo demuestran los hechos, la "4T", ahora, según, “humanismo mexicano”, es una pálida repetición de la misma política en favor de la misma clase, pero ahora apoyada por los medios, difundida mediante una pavorosa agresión ideológica.
El dinero se le fue entregado en al menos tres encuentros que sostuvo David León con el hermano del presidente.
Las denuncias de corrupción en el Indep cuyas investigaciones no prosperan porque las bancadas morenistas lo impiden, aprovechando su mayoría en los órganos del Poder Legislativo.
No es puro altruismo ni pura solidaridad lo que nos debe mover a protestar contra el descuido de la salud y la vida del personal de las clínicas y los hospitales del país.
La Constitución es la mejor herramienta de una república democrática para salvaguardar los derechos humanos de las personas.
Escrito por Carlos Ehécatl
Maestro en Estudios de Asia y África, especialidad en China, por El Colegio de México.