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En vísperas de que se cumplan los dos primeros años del desgobierno de la autoproclamada “Cuarta Transformación” (4T), cuyo dirigente máximo prometió cambiar de raíz la vida pública de México, los únicos resultados son el colapso sanitario y económico que ha puesto en riesgo la vida de las capas populares. Las clases medias, empoderadas en un principio con la 4T, hoy ven con nerviosismo y espanto cómo están engrosando las filas de los pobres y un sector de la clase rica se ha visto afectada por la aplicación de un capitalismo trasnochado que privilegia a los nuevos favoritos del gobierno en turno.
Por donde se le vea, y sin caer en una crítica visceral, las mayores desgracias que están cayendo sobre los mexicanos no son los desastres naturales (los huracanes del Caribe, ni el desfogue de las presas del río Grijalva que mantiene a Tabasco bajo sus aguas; ni siquiera los nueve meses de pandemia del Covid-19) sino las pésimas decisiones de gobierno de la 4T, que han generado millones de damnificados. Hagamos un breve recuento de sus terribles daños:
Los miles de muertos por la violencia delictiva, específicamente la del narcotráfico; la omisión de Tlahuelilpan por parte del gobierno; los cientos de desaparecidos; las masacres de campesinos en Guerrero y Oaxaca; las muertes de mujeres que los grupos feministas han denunciado hasta el cansancio sin ser escuchadas. Este recuento nos induce a invocar el título de uno de libros de cuentos de Edmundo Valadés: La muerte tiene permiso.
La lista de agravios contra el pueblo de México incluye a los productores agropecuarios de Chihuahua, que pelean el derecho al agua, de la cual dependen sus vidas y sus cultivos; a los campesinos que requieren apoyos al campo para modernizar sus sistemas de producción y en lugar de ellos reciben negativas y balazos.
Los niños enfermos con cáncer y de otros males crónicos que no son atendidos por falta de personal médico y medicinas, que quedaron en el desamparo después de la extinción del Seguro Popular. Los científicos, deportistas, artistas y otras víctimas de un gobierno que, cual nigromante, desapareció más de un centenar de fideicomisos para enviar ese dinero a diversas áreas administrativas.
Los más de 10 millones de desempleados que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), han generado la pandemia y el aparato productivo atrasado del país. Los 500 mil comerciantes y pequeños empresarios que, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (Cepal), están en quiebra.
Los más de 300 mil muertos que el Covid-19 dejará junto a hogares destruidos, niños huérfanos y dolientes por doquier; los médicos que perdieron su empleo antes de la pandemia por la austeridad y el despido, y después los miles que han perdido la vida por el desfalco del gobierno al Sector Salud. Los maestros que han sido abandonados en las clases virtuales sin apoyos pedagógicos, infraestructura, ni recursos monetarios, ya que las autoridades educativas los dejaron a su suerte.
Los millones de estudiantes que hoy no están instruyéndose adecuadamente y que, en el mediano plazo, integrarán una generación cuyo bajo nivel académico repercutirá en su desarrollo profesional, y en el ya de por sí menguado aparato productivo. Los ambientalistas y los campesinos víctimas del ecocidio del Tren Maya y del retiro de los proyectos para desarrollar energías limpias en el país.
Los damnificados por los recientes huracanes e inundaciones, que no cuentan con el Fondo Nacional para Atender los Desastres Naturales (Fonden). El caso más notorio es el de los tabasqueños, que llevan más de un mes bajo el agua y que solamente han recibido un par de visitas del mandatario que primero los observó desde las alturas de un helicóptero, mientras sonreía complacientemente y luego, cuando le echaron en cara esta actitud, los visitó a vuelapluma solo para “salir en las fotos”.
Los millones de pobres que han sido timados, cuyo aumento en número y en profundidad de su pobreza es innegable. Mientras tanto, el grupo gobernante, a costa de torcer las leyes y perseguir adversarios, busca retener el poder, en detrimento de la democracia y de lo que sea. Para terminar con esta pesadilla, la única salida es la creación de una gran alianza nacional que retire a los morenos cuatroteros del poder.
El Banco del Bienestar sólo cuenta con cajeros automáticos, sus "sucursales" no ofrecen servicios ni realizan operaciones bancarias complejas; otra ocurrencia de AMLO que sólo causa pérdidas a los mexicanos.
El Noveno Tribunal Colegiado en materia Penal le negó el amparo a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) contra la resolución.
“Tuve el honor de participar en la plenaria del G20 para insistir en el cumplimiento del compromiso de los países ricos de aportar 100 mil millones de dólares a los países en desarrollo".
“La ley de ingresos aprobada refleja lo que podría pasar, busca garantizar los ingresos, no es está pensada en el crecimiento económico".
De acuerdo con el órgano fiscalizador, las anomalías predominaron en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, dependencia que manejó un presupuesto del fondo federal de más de mil mdp.
Hoy sólo existen instalaciones a medio-construir, predios baldíos sin ningún asomo de edificación, abultadas cifras de estudiantes y docentes inventados.
“Es decir que la economía mexicana está en recesión y sin crecimiento económico no puede haber prosperidad. El crecimiento económico si afecta a las familias mexicanas".
Denunciaron que Colmenares entregará el paquete de la Cuenta Pública 2023 en San Lázaro vía virtual
Ciudad de México.- La Policía Federal destinó 23 millones de pesos a “operativos para la prevención y disuasión del delito”, en 2017.
“Sí exageran, y no sólo eso, están mal sus datos, yo tengo otros datos y se van a informar aquí y ojalá lo hagan ellos, los de la Auditoría, porque le están dando mal la información a los ciudadanos”, señaló.
El grupo gobernante, a costa de torcer las leyes y perseguir adversarios, busca retener el poder, en detrimento de la democracia y de lo que sea.
Como resultado de la fiscalización que hizo la ASF al Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT; se detectaron inconsistencias por casi 20 millones de pesos.
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA