Cargando, por favor espere...
Las protestas estudiantiles que en las semanas pasadas tomaron las calles de Colombia, expresan las tensiones existentes en torno a una de las aristas más sensibles del neoliberalismo latinoamericano: la educación pública.
Para el neoliberalismo, toda la educación, desde la elemental hasta la de grado, debe ser privada; como en toda la economía, dicen, debe existir un vendedor y un comprador: la institución-vendedor ofrece el servicio y el alumno-cliente lo compra. En efecto, tal es la lógica que impera en algunos lugares donde este modelo educativo ha logrado enraizarse. Bastan como ejemplos Estados Unidos y Chile. En estos países, el estudiante que no puede pagar sus estudios por su baja condición socioeconómica recibe un préstamo del gobierno o de alguna empresa, y este debe ser devuelto íntegramente, más los intereses, claro, cuando el estudiante concluye sus estudios de grado y se integra a la vida laboral. El estudiante con recursos paga por su educación; el estudiante pobre se endeuda para estudiar.
Sin embargo, las luchas sociales de los pueblos latinoamericanos han obtenido logros tangibles en el terreno de la educación, como lo muestran las universidades públicas (del Estado) mismas que no están sujetas a la lógica económica de la compraventa, sino que obedecen a una lógica distinta, la de promover la movilidad social. Ejemplos de estas instituciones se encuentran en la mayoría de los países de América Latina. En México, la UNAM es una prueba de ello. Acosada por el modelo neoliberal, esta educación sufre el trato despótico de los gobernantes: se le destina un porcentaje despreciable del PIB, carece de infraestructura competente, los niveles de aprendizaje son de tragedia, los profesores no están suficientemente capacitados, y más de la mitad de los egresados de las universidades no saben leer correctamente.
Lo que observamos hoy en Colombia, es la manifestación juvenil que se resiste a aceptar la imposición del modelo neoliberal en la educación. Los universitarios exigen que el gobierno del derechista Iván Duque destine una partida mayor a la educación pública universitaria, pues desde hace años en ese país la política de Estado pretende asfixiar a la educación pública para convertirla en el sueño dorado empresarial: la educación como una mercancía más. Por eso, los jóvenes de las universidades públicas más importantes del país han decidido sostener un paro ininterrumpido hasta que el presidente resuelva las demandas del estudiantado popular.
En este momento, la resistencia estudiantil colombiana es uno de los movimientos sociales antineoliberales más encomiables. Las cosas, sin embargo, no cambiarán de fondo sino hasta que se opere en el país un verdadero cambio popular. Las pasadas elecciones y la figura de Gustavo Petro fueron un ensayo inédito, pues el discurso de la izquierda colombiana alcanzó una difusión y un posicionamiento que no se había visto en décadas. Solo esa salida, la participación masiva para cambiar el modelo actual, resolverá de raíz el problema que hoy mantiene en las calles y en paro a los universitarios colombianos.
Para fortuna del mundo, el reciente ensayo de golpe de estado en Venezuela fracasó rotundamente.
Los programas que la 4T ha creado para disminuir el desempleo, son una mofa, porque sus beneficiarios no necesariamente son desempleados y porque se prestan al uso de varias prácticas de corrupción.
Alejandro Moreno nombró a Eric Sevilla como secretario adjunto de la presidencia del PRI; y felicitó a la nueva dirigencia en el Edomex, Ana Lilia Herrera.
A finales de enero se planteó que el combate a la corrupción se había estancado porque México ocupa el lugar 124 de 180, de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, donde el país obtuvo tres de calificación.
Mientras Esquilo y Sófocles apelan a la conservación del statu quo, Eurípides pretende modificarlo: no ve al hombre temeroso del dios ni a la mujer sumisa ni al esclavo silente, incluso los dioses son parecidos al ser humano.
Precisamos soberanía, y un gobierno con la voluntad política real de conquistarla. No basta la voluntad, pues para tener independencia política debe construirse una base económica firme, que le dé solidez y permanencia.
Con un concierto de más de 8 mil asistentes, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, conmemoró a la mujer. Además, presentó el Calendario Anual para Garantizar los Derechos Humanos de las Mujeres.
Mienten quienes aseguran que el siglo de Lenin ha terminado. En términos históricos no ha hecho más que empezar.
Morena, congruente con su ideario político, lo que pretendía y logró fue: mantener la pobreza subsidiándola. No hubo ninguna sola reforma que atentara contra la desigualdad, todas estaban encaminadas a sostenerla.
En un periodo de cuatro años el gobierno de Andrés Manuel ha destinado más de 10 millones 133 mil dólares en armas no letales, lo que coloca a México en uno de los países que más ha gastado en este sector.
López Obrador es sólo una muestra de nuestra “clase” política, entre cuyos integrantes prevalece la misma creencia: que su actividad tiene que ver menos con la ciencia que con el “sentido común”.
El verdadero drama de Chile es el neoliberalismo. Este modelo, inequitativo y expoliador, alentó la corrupción y riqueza ilícita de las élites.
El grupo “Unid@s", conformado por políticos, empresarios y sociedad civil, aseguraron sentirse satisfechos con el resultado del FAM, como primera etapa.
PAN en la Cámara de Diputados defenderá “voto a voto” los resultados de la elección en la alcaldía Cuauhtémoc.
Familiares de desaparecidos piden que se autorice la exhumación en la fosa común del cementerio, al considerar que hay cuerpos de personas que están desaparecidas.
Hay disparidad en los ingresos según lugar de residencia
Presupuesto de Pemex va para pensiones
Bertha Alcalde Lujan, Anaid Elena Valero y Ulrich Richter, terna para Fiscal de la CDMX
Por los cielos, precio de la uva a 105 el kilogramo
Sindicatos critican reforma al Infonavit y su impacto en trabajadores
Amarrado por más de 15 horas alcalde de Ocuituco, Morelos
Escrito por Ehécatl Lázaro
Columnista de politica nacional