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El avance de la ola reaccionaria global en nuestras latitudes y el abuso de los gobiernos neoliberales alimentó la ira social. Cientos de personas perdieron la vida por el retorno de la represión militar y se aleja la oportunidad de superar esta situación, pues la región no se desarrolló y apenas creció al 0.1 por ciento.
En el ámbito político al ligero avance de los movimientos progresistas siguieron serios retrocesos, mientras la ultraderecha pasó de la guerra híbrida al golpe de Estado. Con ello aumentó la percepción de ingobernabilidad y nuestra América se convirtió en la región más incierta y compleja del planeta.
Polarización y desconfianza
La polarización política en América Latina es tan extrema que cada vez se aleja más del centro. El 80 por ciento de los habitantes de América Latina y el Caribe admitió que no confía en sus gobiernos ni en la lucha anticorrupción. Es decir, cuatro de cada cinco personas no creen que el sistema judicial castigue los delitos.
Por sus propios errores, el sistema político implosionó y está al borde del abismo, como se advierte en las calles de toda la región, advierte el director de la Fundación de Cultura Estratégica, Finlan Cunningham.
Este año, los pobres extremos sumaron 191 millones, la mayoría debido a los recortes de los programas sociales, apunta la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL). El país con más pobres extremos fue Brasil, que superó a Ecuador con el 6.5 por ciento (13.5 millones con ingresos de 1.9 dólares diarios) de su población. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), este porcentaje creció con relación a 2017.
Hubo una caída en el crecimiento regional que apenas se frenó con la ampliación de los vínculos comerciales con China, el nuevo centro de acumulación global. Ese declive se reflejó en precios de materias primas (hidrocarburos y minerales) y en los ingresos por exportaciones (bienes agroindustriales y algunas manufacturas).
La prueba de las urnas
Este año hubo elecciones en El Salvador, donde el conservador Naayib Bukele rompió 30 años de bipartidismo entre la derechista Arena y el izquierdista Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FFMLN). Pese al gran abstencionismo en Guatemala, ganó la presidencia el centroderechista y tres veces candidato Alejandro Giammattei, por el partido que fundó Zury Ríos, hija del expresidente de facto y juzgado por genocidio Efraín Ríos Montt.
En Panamá retornó, tras 10 años de ausencia, el Partido Revolucionario Democrático (PRD) con el empresario Laurentino Nito Cortizo. El país enfrenta problemas de crecimiento y desigualdad por la política promercado y desreguladora neoliberal de 40 años. Mientras tanto, la sociedad observa el juicio por corrupción y espionaje del empresario y expresidente Ricardo Martinelli.
En Argentina ganó el binomio peronista del estratega político Alberto Fernandez y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En Uruguay acabó el dominio de 15 años del Progresista Frente Amplio (PFA) ante el estrecho triunfo del centroderechista Luis A. Lacalle Pou, hijo del expresidente Luis Lacalle de Herrera. Analistas neoliberales le aconsejan un “ajuste rápido y fuerte” y otros ven alta probabilidad de un estallido social (como el ocurrido en Chile).
En Bolivia, el presidente Evo Morales sabía que ésta sería su más difícil elección. Pese a que el Tribunal Electoral le dio el triunfo con el 47.06 por ciento de votos sobre el 36.85 por ciento de su adversario, el expresidente conservador Carlos Mesa. Para la oposición, ese resultado fue inaceptable y desató el caos.
Eje de resistencia
Cuba mantuvo su liderazgo antihegemónico ante el intento de Donald Trump por asfixiar definitivamente al gobierno de la Revolución. La isla tuvo dos logros: proclamar su nueva Constitución y avanzar en la reforma por la unificación monetaria.
Washington respondió con agresión y mentiras. Afirmó que hay 20 mil efectivos militares cubanos en Venezuela “que intervienen en asuntos internos” y después activó el Título III de la Ley Helms Burton que agudizó el bloqueo, impidiendo a sus ciudadanos contactos y viajes culturales a Cuba, restringe más el envío de remesas y cesa el envío de donativos.
Sin embargo, el siete de noviembre, Cuba obtuvo el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); 187 de los 192 miembros apoyaron su petición de poner fin al genocida bloqueo. Solo Argentina y Brasil votaron por esa política criminal, mientras en EE. UU., al estilo de corsarios y piratas, los senadores Marco Rubio y Bob Menéndez pedían desconocer marcas cubanas.
Golpe fundamentalista
Este año se pasó de la guerra híbrida al golpe militar contra el gobierno de Evo Morales, seguido del gobierno de facto y luego a una guerra civil. Washington, las corporaciones, la casta terrateniente local y la prensa hegemónica funcionaron como fuerzas de choque, explica Alan MacLeod. Fue el plan de las corporaciones para frenar el pacto (por 2.3 mil millones de dólares) entre Bolivia y una firma china para procesar litio, el mineral estratégico del que posee las mayores reservas mundiales.
El Departamento de Estado de EE. UU. creó las condiciones objetivas y subjetivas para consumar la expulsión de Morales de la presidencia. Marjorie Cohn ve “las huellas digitales de EE. UU. en este golpe” pues el líder golpista, general Williams Kalimán, viajó a EE. UU. 72 horas antes con una misión desconocida.
Días antes, asesores del Comando Sur estadounidense se estacionaron en Jujuy, en la frontera argentina con Bolivia y la Agencia Nacional para el Desarrollo (NED) dio recursos a organizaciones no gubernamentales (ONG) derechistas. En septiembre, el subsecretario de Estado, John Sullivan, y cientos de agentes escoltaban a Ivanka Trump, quien donó 400 millones de dólares a una ONG de la zona “para caminos”.
Sin el quórum del Parlamento, los militares pusieron la banda a la primera mujer dictadora de América Latina, la opositora Jeanine Añez, que se autoproclamó presidenta interina del país. Las castas empresariales y los terratenientes con sus cómplices fundamentalistas impusieron un gobierno donde rige La Biblia y es profundamente racista, pues identifica como enemigos a los pueblos originarios.
Sin contar todos los votos, la Organización de Estados Americanos (OEA) acusó “graves irregularidades”. Tras el golpe, los legisladores de EE. UU. Jan Schakowsky, Bobby L. Rush, Jared Huffman y Jesús García, exigieron a la OEA “aclarar” su apoyo a la asonada. El ocho de noviembre, el Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR) denunció que no encontró evidencia de fraude o irregularidades en la elección.
Pero el acoso contra Evo no se detuvo. Se le negó su derecho a ser candidato en las elecciones, aunque al neofascista Luis F. Camacho se le permitió y la Interpol le impuso una ficha azul que le prohíbe llegar a 10 países. En México, la rupestre legislatura del Partido Acción Nacional (PAN) en Aguascalientes lo declaró persona non grata.
Ben Norton advirtió: “Un exitoso golpe contra un presidente socialista, democráticamente electo, no parece ser suficiente, hay que destruir la resistencia”. El clima de terror causó la muerte de decenas de personas, dejó 900 heridos y cientos de funcionarios y activistas sociales han sido arrestados.
Las ONG denunciaron torturas, desapariciones, abusos sexuales, violencia racista en El Alto, La Paz y Cochabamba, así como millonarios daños materiales. Sin embargo, Pablo Stefanoni estima que “La oposición parece débil para concretar su ansiada contrarrevolución”.
Se abre un escenario alarmante: la derecha –respaldada por ONG extranjeras y militares– subió la religión a la política. No hay garantías para reconocer un eventual triunfo de Andrónico Rodríguez, aspirante presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), para unos “heredero y hombre de confianza” de Evo.
Venezuela: acoso multidimensional
El afán imperial por cambiar el sistema político lo llevó a crear un “presidente autoproclamado” en la persona del expresidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, cuyo mayor “acto de gobierno” fue liberar de prisión al violento opositor Leopoldo López. Subversivo, el títere inauguró la política de irrumpir y desalojar las sedes diplomáticas del gobierno bolivariano.
Exhibió su rol apátrida al pedir a la Unión Europea (UE) más sanciones al gobierno, sin importarle que los venezolanos vivan bajo duras sanciones. EE. UU. bloqueó todos los bienes de Venezuela en ese país y prohibió hacer transacciones con Caracas. A ello se suman la devaluación, la inflación estratosférica y los apagones masivos, dice la experta Ana Cristina Bracho.
Por ello, el ocho de agosto ocurrió algo inédito: China pidió a Washington “dejar al pueblo venezolano decidir su propio futuro y detener de inmediato las acciones de acoso y de reprimir a cada instante a otros países”. Para tensar el diálogo que iniciaba Maduro con la oposición, en septiembre la UE amplió la lista de funcionarios acusados de “tortura”.
En octubre, EE. UU. asignó 10 millones de dólares adicionales para “aliviar” la situación de la oposición en Venezuela. Guaidó convocó a una marcha para “lograr lo que pasó en Bolivia”; el acto fracasó y Maduro –en una marcha paralela– fue respaldado por miles
Entonces EE. UU. dio un giro al reconocer que usar la fuerza militar ahí tendría “riesgos” significativos. Y preparó la salida del “autoproclamado” cuando agencias multilaterales lo investigaban por malversar fondos de ayuda humanitaria. El dos de diciembre, el diputado opositor José Brito lo acusó de opacidad en el manejo de recursos.
Nicaragua contra el cerco
El gobierno de Daniel Ortega sufrió gran crispación social a partir de agosto debido a la presión de la derecha en alianza con el capitalismo corporativo, su enemigo de varias décadas. Los manifestantes exigen la salida del mandatario, acusado de autoritarismo debido –afirman– a la ausencia de pesos y contrapesos, así como a la falta de independencia de los poderes
Sin embargo, el Banco Mundial (BM) reconoce que hasta 2018 Nicaragua mantuvo niveles favorables de crecimiento, aunque se debilitó en 2019 por el conflicto social y por causas externas. A su vez, la calificadora Standard & Poors mantiene al país en clasificación “estable” lo que para los reaccionarios conservadores significa “el esfuerzo autocrático de controlar el aparato económico”.
Eje del caos
Ecuador fue el epicentro del movimiento de indignados en toda la región. Campesinos y trabajadores rechazaron el paquete de medidas neoliberales del Ejecutivo, así como su entrega al neoliberalismo. El movimiento logró revertir el alza en los combustibles y plantó el germen de la organización antigubernamental. Nada será igual.
Chile, la huella de Pinochet
El año concluye con la mayor convulsión político social del país desde la dictadura de Augusto Pinochet, en rechazo a la inequidad social que creó el modelo económico neoliberal. Desde el cinco de octubre, la emblemática Plaza Vaquedano fue epicentro de la movilización de miles de jóvenes, sindicalistas, académicos, trabajadores que exigen una nueva Constitución, un cambio estructural en la economía y la renuncia del presidente Sebastián Piñera, quien con apoyo de Washington aún se mantiene.
Pasados dos meses, los manifestantes lograron abrir el proceso de redacción de la nueva Carta Magna, aunque los protagonistas afirman que ese texto debe discutirse entre los chilenos. Entre tanto, el balance por la represión de los Carabineros era de más de 25 muertos y 300 manifestantes enceguecidos por balas de goma. También se tradujo en la caída del 3.4 por ciento de la economía, el mayor golpe en 10 años, un dato que enciende focos rojos para el próximo año.
Colombia: el retroceso
En el mayor aliado regional de EE. UU. estalló la protesta social. El 21 de noviembre, miles rechazaron las alzas en los precios que van contra el salario y las reformas laborales y pensionales; protestaron contra el intento de privatizar empresas públicas como Ecopetrol, los asesinatos de líderes sociales y de niñas y niños en misiones “antiterroristas”.
Repudian el incumplimiento a los Acuerdos de Paz y pactos con profesores y trabajadores; impugnan la indolencia ante la violencia contra indígenas en el Cauca, el cinismo de los medios de prensa conservadores y la falta de rumbo en el gobierno de Iván Duque, cuya lealtad al expresidente Álvaro Uribe frena toda democracia, así como su vergonzosa alianza con los neoconservadores Bolsonaro, Piñera, Moreno, afirma el analista José Antequera.
Más de un millón de indígenas, sindicalistas, dirigentes sociales, académicos, pueblos afro y familias marcharon en las grandes ciudades. Protestaron contra proyectos de reforma laboral y el desempleo que afecta a 2.4 millones. Tras los paros, Duque ya no pudo enmascarar la dimensión de la crisis y anunció un diálogo nacional que no avanzó debido a la desconfianza ciudadana.
Alianzas rotas
En Argentina, el triunfo del neoperonista Alberto Fernández garantizaría la visión antihegemónica del próximo gobierno, pero persiste la judicialización de la política, pues Cristina Fernández aún afronta un juicio y aguarda otros cuatro.
Hoy la mitad de los argentinos carece de agua corriente, gas en red y el acceso al drenaje en sus casas debido a que Mauricio Macri desmanteló programas sociales. La precarización alcanza al 50.2 por ciento de la población, reveló en noviembre el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el exterior, el giro argentino significa el fin de la alianza estratégica con Brasil, por la obvia tensión entre Fernández y Jair Bolsonaro.
Brasil entre dos liderazgos
A un año siete meses de permanecer en prisión, por un delito que la justicia no comprobó, salió en libertad el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Su excarcelación ocurrió en el momento de mayor impopularidad de Jair Bolsonaro.
En su discurso ante el Sindicato de los Metalúrgicos del ABC, el exlíder obrero y expresidente anticipó: “No vamos a permitir que los paramilitares destruyan el país que construimos”. Para el analista Mauro Luis Iasi la excarcelación es “efecto colateral de un plan” de los mismos que lo apresaron y vigilarán para impedirle sus derechos políticos y reapresarlo”.
Crisis olvidada en Centroamérica
A un año de la más grande ola migratoria, en esa subregión no han cambiado las penosas condiciones de vida desde el istmo centroamericano. Para la analista Valeria Mori los medios desplazaron la atención del flujo migratorio sin considerar su importancia geoestratégica para los países de la región. El Foro Regional por el Desarrollo de Centroamérica admitió la “deuda histórica” de los gobiernos de la región con el desarrollo y se comprometió a “cambiar el rostro” de la región.
México: aislado y sumiso
El Presidente de México se ausentó de foros internacionales clave: el Foro Económico Mundial de Davos, la Cumbre del G-20 en Japón y la Asamblea General de la ONU, pues delegó esa representación en el canciller. Es riesgoso borrar así la proyección exterior del país, cuya tradicional diplomacia activa expresa el toque personal del Jefe de Estado en turno. Por ese aislamiento del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T), se pierde el impacto global y regional cuando más se requiere.
Hubo dos gestos que parecieron actos de independencia ante EE. UU. y de acercamiento con nuestra América. Uno, cuando el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, fue el primer jefe de Estado recibido por el Ejecutivo mexicano, quien días antes se reunió con el presidente electo de Argentina. Y otro, el asilo brindado a Evo Morales el 12 de noviembre, en medio de la crítica conservadora.
Aunque Donald John Trump y Andrés Manuel López Obrador no se han reunido nunca, hablan bien el uno del otro. Sin embargo, en 2019 hubo roces y tensión en la relación bilateral. El 31 de mayo, EE. UU. amagó con subir aranceles hasta del 25 por ciento a todas las importaciones si México no frenaba la migración centroamericana.
En reacción, el gobierno dio un viraje al enviar a la Guardia Nacional a contener a esos migrantes. Así quedaron atrapadas más de 150 mil personas, la mayoría presas y 94 mil deportadas por EE. UU. Para salir del trance, el gobierno de López Obrador propuso a Washington invertir en Centroamérica.
La relación volvió a tensarse con el asesinato de nueve miembros de una familia mormona mexico-estadounidense. Presionado, y para eludir una nueva guerra antidrogas de EE. UU., el Gobierno Federal aceptó como “observadores” a agentes desarmados de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). El cuatro de diciembre, el Presidente recibió al fiscal general de aquel país, William Barr, para diseñar la agenda mutua de seguridad.
Por primera vez en la historia bilateral Walmart Inc. fue demandado por las familias de ocho mexicanos asesinados el tres de agosto en El Paso, Texas, que la acusan de no tomar las medidas necesarias para proteger a sus clientes del ataque en su tienda de Cielo Vista.
Hace algunas décadas, nadie sospechaba las consecuencias de la invención y el uso de las redes sociales.
Una investigación de MCCI revela que el “gobierno más transparente de la historia” no cuenta, incluso oculta, información que permita a los ciudadanos vigilar cómo ha contratado el Gobierno de la Ciudad de México en más de 4 años.
Joseph Biden no tuvo inconveniente en calificar el supuesto sistema educativo impuesto por el gobierno como “uno de los capítulos más horribles de la historia estadounidense”.
Los inconformes se presentaron en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para mostrar su respaldo a las ministras y ministros, así como a los trabajadores, quienes reanudaron las actividades este martes.
Reportes del FBI refieren que, desde el año 2015, se han registrado más de cinco mil 200 ataques contra latinos.
Desde el accidente de 2006, que provocó la muerte de 65 mineros en la Mina 8 de Pasta de Conchos, se han registrado 130 fallecidos en incidentes similares, lo que exhibe la irresponsabilidad en que operan las empresas extractivas.
Al grupo parlamentario del PRI no le van a imponer nada con sus amenazas. Vamos a mantenernos firmes, estaremos listos el 8 de enero para votar contra la ratificación de Godoy, afirmó Tania Larios, diputada del PRI.
El secretario y 11 funcionarios recibieron la ratificación; legisladores de oposición condicionaron su apoyo a la transparencia y vigilancia en el gasto público.
Un fiel retrato de la Gran depresión es la obra cinematográfica Las uvas de la ira (1940) del afamado director John Ford.
Según el Gobierno capitalino, la SSC les ha ofrecido seguridad a todos los candidatos, pero ninguno ha aceptado.
Ante la acción asesina de la policía, Biden pide a los manifestantes ser “pacíficos”. En cambio, ante manifestantes no violentos, ordena a los uniformados que aquéllos sean “encontrados, detenidos y juzgados”. Paradoja.
En la Ciudad de México circula desde hace varios días la noticia sobre denuncias por acoso, tocamiento y abuso sexual contra mujeres en el Metro
Los legisladores del bloque opositor protestaron para frenar el avance de la reforma, que establece que serán improcedentes el juicio de amparo, las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad contra cambios o adiciones a la Carta Magna.
El proceso muestra que el grupo político de Boric retrocedió y la extrema derecha se convierte en la primera fuerza política en el país.
Desde el fondo del pasado remoto, llega a nosotros el grito de Homero y los vaticinadores, cuya asombrosa sensibilidad nos advirtió de los grandes riesgos y espantosas consecuencias de tolerar los abusos del poder.
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Escrito por Nydia Egremy
Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.