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El uso de armas de fuego y las amenazas de tiroteo al modo o “estilo” de los que ocurren en centros escolares de Estados Unidos (EE. UU.) son cada vez más frecuentes en México, aunque todavía sin culminación criminal y sin la misma incidencia temporal.
En lo que va de este año, tan solo en el estado de Coahuila se han contabilizado 13 amenazas de tiroteo, de las cuales siete se reportaron en Torreón y tuvieron dos rasgos en común: que presuntamente fueron planeadas y avisadas por los estudiantes.
Estos hechos generaron tal alarma en los padres de familia y el personal docente de los centros escolares, que las autoridades locales de la región de la Laguna tuvieron que recurrir a la revisión de mochilas e incluso a la suspensión de clases.
La primera amenaza fue denunciada el ocho de marzo en la Universidad Autónoma de La Laguna (UAL); la segunda, el nueve de marzo en el Centro de Educación Tecnológica e Industrial (CETIS) 59; la tercera, el 13 de junio en el Colegio Valladolid; la cuarta, el 28 de septiembre en el Instituto Patria; la quinta, el seis de octubre en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN); la sexta, el 18 octubre en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UACh) y la séptima, el 11 noviembre en el Colegio América.
Estas amenazas generaron gran temor en la población de Torreón debido a que en 2020 hubo un número similar de alarmas en la región de la Laguna; a los numerosos asesinatos dolosos que cotidianamente se registran en varias regiones de la República; a la desaparición de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en 2014 y a las frecuentes denuncias de tiroteos en otras ciudades del país.
El 26 de mayo de este año, un alumno de la escuela secundaria número 88 Nabor Carrillo, ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza de la Ciudad de México (CDMX), fue denunciado porque al parecer pretendía irrumpir en su centro escolar después de publicar fotografías donde se exhibía portando un arma de fuego.
Un mes después, el 31 de marzo, en el colegio Miguel Alemán González, de Coatzacoalcos, Veracruz, se generó otro incidente de mayor riesgo cuando un estudiante avisó a sus compañeros para que no fueran al plantel porque iba a haber un tiroteo. Esta presunta amenaza se dio a conocer dos días después de la matanza ocurrida en una primaria en Uvalde, Texas, EE. UU.
Por todos estos incidentes, los padres de familia están preocupados y consideran urgente que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y otras instancias del Gobierno Federal atiendan este problema emergente mediante la aplicación de protocolos de seguridad y la capacitación del personal docente para que dé información de salud mental y medidas de protección física contra el acoso escolar y este tipo de acciones violentas.
Consideran que el cada vez mayor número de amenazas de tiroteo con armas de fuego en las escuelas se debe no solo al ambiente de inseguridad pública que prevalece en la República, sino también a la amplia difusión que los medios de prensa dan a las masacres que con frecuencia ocurren en EE. UU. y al tráfico ilegal de armas que hay en la frontera norte de México con el país vecino.
Masacres escolares en México
La lista de balaceras y amenazas de tiroteo en México en escuelas evidencia el grave problema de inseguridad que existe en varias regiones de México. En los últimos años se han registrado tiroteos en Torreón, Monterrey y CDMX que han estremecido al país.
Uno de los tiroteos que más han consternado a la ciudadanía fue el ocurrido el viernes 10 de enero de 2020 en las instalaciones del Colegio Cervantes, de Torreón, cuando José Ángel Ramos Betts, estudiante de sexto de primaria, llevó a la escuela dos armas que eran de su abuelo, asesinó a su maestra, hirió a seis compañeros y luego se suicidó.
En un aula de la escuela Americana del Noroeste, de Monterrey, Nuevo León, había ocurrido otro suceso semejante el 18 de enero de 2017, cuando un alumno de 15 años sacó un arma en plena clase y abrió fuego contra la maestra y tres de sus compañeros de su salón, para después recargar la pistola y accionarla contra sí mismo.
El 25 de marzo de ese mismo año, en el Colegio Nacional de Educación Técnica (Conalep) 106, ubicado en la alcaldía Azcapotzalco de la CDMX, resultó herido un estudiante cuando uno de sus compañeros manipulaba una pistola calibre 22 que había introducido a ese centro escolar.
En 2015, un alumno de la Telesecundaria Niños Héroes de Chapultepec, ubicada en una comunidad rural del estado de Puebla, le disparó a un maestro por la espalda, hiriéndolo en el hombro. En mayo de 2014, un adolescente de 15 años disparó y mató a uno de sus compañeros de clase, con quien mantenía una pelea dentro de la Escuela Secundaria 574, Gustavo Baz Prada, ubicada en Atizapán, Estado de México.
Otro incidente, en el que no estuvieron involucrados alumnos, sucedió el 13 de junio de 2007, cuando un padre de familia ingresó armado al colegio privado Winston Churchill School, ubicado en la CDMX, para disparar en el rostro a la directora de preescolar Carla Jiménez Baños, causándole la muerte; el agresor responsabilizaba a la directora por la violación de una menor.
En 2001, un adolescente de 14 años se quitó la vida de un balazo en la cabeza delante de sus compañeros de clase en un centro escolar de la capital de la República.
Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se presentaron numerosos hechos de violencia en las escuelas –así como en calles y áreas rurales debido a los pleitos entre los grupos del crimen organizado– al grado que debieron realizarse simulacros de protección al interior de muchos centros escolares.
EE. UU. marcha a la cabeza
La mayoría de los tiroteos escolares de mayor impacto por el número de víctimas en los últimos años se ha dado EE. UU. y el más famoso ocurrió en la escuela preparatoria de Columbine, Colorado, el 20 de abril de 1999, cuando murieron 12 estudiantes, un maestro y 24 personas resultaron heridas. De entonces a la fecha se han reportado más de 900 incidentes violentos de ese mismo tipo.
En México, el tiroteo que más conmoción causó fue el ocurrido en 2020 en el Colegio Cervantes de Torreón. La mañana del 10 de enero, a las 8:20 de la mañana, un menor de 11 años pidió permiso a su maestra para ir al baño y cuando ésta advirtió que tenía 15 minutos fuera del aula y salió a buscarlo, se llevó una sorpresa:
El infante salía del baño vestido con un pantalón negro con tirantes y portaba dos armas de distinto calibre; el menor de inmediato le disparó, luego hirió a cinco estudiantes, al profesor de educación física y finalmente se quitó la vida.
Fue a partir de esta masacre –término utilizado para referirse el asesinato de cuatro o más personas– que las amenazas de tiroteos escolares generaron un ambiente de alarma extremo que, sin embargo, logró sofocarse debido a que el mes siguiente se ordenó el confinamiento sanitario a causa de la pandemia de Covid-19 y los niños y jóvenes debieron mantenerse en sus hogares cerca de dos años recibiendo clases a distancia o en línea.
Pero a partir del ciclo escolar 2022-2023, la vuelta a clases presenciales en las aulas y la fuerte carga de estrés, depresión, ansiedad y un sinfín de actitudes relacionadas con la salud mental de los alumnos, pueden propiciar que algunos de éstos pierdan el control de sus emociones y vuelvan a las andadas de la violencia interescolar, inducida por lo que ocurre en el país vecino.
De acuerdo con información del Documento de Maltrato Armada, en lo que va de este año se han suscitado 254 tiroteos masivos en EE. UU., entre los cuales el más terrible fue el ocurrido el 24 de mayo en una primaria de Uvalde, Texas, donde fallecieron 19 alumnos, masacre que reforzó esa tendencia en algunos infantes y adolescentes de ese país y que sirven de ejemplo a varios de los nuestros.
La historia de tiroteos masivos en EE. UU. en el último siglo se remonta al 18 de mayo de 1927, cuando murieron 45 personas en una escuela del estado de Michigan a causa de un atentado con explosivos; la mayor parte de las víctimas fueron estudiantes de primero a sexto nivel.
Setenta y dos años después sobrevino la Masacre del Colegio de Littleton, que quedó grabada a fuego en la memoria de todo el territorio estadounidense porque dos estudiantes, Eric Harris y Dylan Klebold, durante un tiroteo que duró casi una hora, el 20 de abril de 1999 asesinaron a 12 estudiantes de entre 14 y 18 años de edad, a un instructor y después se suicidaron.
En 10 años se han registrado 925 incidentes con disparos de armas de fuego en colegios en Estados Unidos. En este año han ocurrido 49 tiroteos en los que, según el estudio especializado sobre este fenómeno publicado por Gun Violence Archive, 2022 se había convertido, hasta el 25 de mayo, en el segundo año con más muertos en tiroteos en centros escolares, con 36 fallecidos, solo por debajo de los 77 tiroteos y 50 muertos que en el mismo lapso se registraron en 2018. En 2014 hubo 509 tiroteos escolares en EE. UU., con saldo global de 217 muertos y 453 heridos.
A raíz del ataque de un adolescente de 18 años que abrió fuego en una escuela en la que no lograba interactuar con sus compañeros de aula, se han registrado amenazas de tiroteo en varios centros escolares de México en lo que va de 2022. En muchos casos es posible advertir que dichos actores intentan seguir el mismo patrón de conducta de los estudiantes del país vecino que padecen descontrol mental.
Para los padres de familia, el último lugar donde piensan que podría morir uno de sus hijos es la escuela, un lugar considerado seguro contra cualquier tipo de riesgos y donde aprende todo tipo de conocimientos y se le enseñan normas básicas de comportamiento individual y social.
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Escrito por César Camacho
Colaborador