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¿Qué es la Ciencia de Datos y cuáles son sus principales aplicaciones? ¿Cómo es el perfil de un Científico de Datos y por qué la Harvard Business Review lo cataloga como “el trabajo más sexy del siglo 21”? ¿De qué forma han aprovechado la Ciencia de Datos y el Big Data empresas multinacionales como Apple, Netflix, Starbucks, Coca Cola y Amazon?
Vivimos en la llamada “era de la información” o “era digital”. En 2021, el número de usuarios de internet alcanzó el 59.5% de la población mundial y cada minuto de ese año se produjeron 79 billones de gigabytes de datos de dicho servicio. Esto va de la mano de la producción económica global y de la necesidad de las empresas de incrementar sus utilidades. En 2021, Amazon incrementó sus beneficios un 56% respecto al 2020 y Apple un 65%. Cada minuto se gasta un millón de dólares en compras online y se distribuyen 6000 paquetes vía Amazon.
¿Cuál es el perfil de un científico de datos? Un científico de datos desarrolla habilidades que, de forma esquemática, podemos clasificar en los siguientes campos de estudio: 1) Ciencias Computacionales, 2) Matemáticas y Estadística y 3) Comunicación de Datos. Las empresas les plantean problemas reales y cotidianos que deben ser resueltos; los científicos de datos deben buscar, seleccionar, depurar y completar bases de datos relacionadas; analizar esa información seleccionando variables clave, verificando relaciones entre ellas y construyendo modelos matemáticos de comportamiento. Para ello se utilizan programas y lenguajes como R Proyect o Python. Finalmente, deben presentar los resultados (y las propuestas de solución que de ellos se desprenden) a la empresa, pero de forma organizada, clara, concreta y precisa, por ejemplo, mediante imágenes, animaciones, gráficas o tablas.
La Ciencia de Datos es un campo amplio, diverso y abierto, en permanente evolución. Tiene aplicaciones en investigación (tanto en ciencias naturales como sociales), en finanzas, comunicaciones, tecnología, en procesos productivos y marketing, en el sector salud, en materia de seguridad, demografía, entre muchos otros.
Su alcance y aplicación se manifiesta en tres horizontes complementarios: 1) Explicativo (para comprender comportamientos pasados y presentes); 2) Predictivo (para avizorar tendencias, comportamientos esperados en el futuro) y 3) Prescriptivo (para poder tomar decisiones y plantear recomendaciones o medidas concretas, como en el caso de la pandemia de covid 19).
Cuando buscamos, vemos y compartimos información en Google, Facebook y otras redes sociales, generamos datos que son analizados por las empresas. Éstas “mapean” nuestro comportamiento, preferencias, ubicaciones, hábitos y patrones de consumo y, con base en ello, organizan y dirigen mejor su producción y distribución de mercancías, su planeación estratégica y sus campañas de marketing:
Amazon y Netflix recolectan y analizan gigantescas cantidades de datos provenientes de los historiales de búsqueda y con ellos desarrollan algoritmos tanto publicitarios como de sugerencias personalizadas. Apple opera de forma similar, enfocándose en conseguir una alta fidelidad de sus clientes. Coca Cola recopila y analiza las interacciones de sus más de 100 millones de seguidores en Facebook y otras plataformas, respecto a sus productos, para determinar quiénes, cuándo, dónde y bajo qué circunstancias los consumen. Antes de abrir una sucursal, Starbucks recoge y analiza mucha información acerca de la ubicación, el tráfico, los rasgos específicos del área demográfica y los comportamientos de consumidores y clientes potenciales.
En esta era digital somos aparentemente libres de hacer público lo que pensamos y sentimos; de compartir a dónde viajamos y de comprar una infinidad de mercancías de todo el mundo en tiempo récord. Pero esta “libertad” choca con el obstáculo material, económico; con la dirección que dan las grandes empresas y gobiernos a nuestras preferencias y gustos y con el análisis ininterrumpido de nuestras acciones, ubicaciones y hábitos, el seguimiento de nuestro “rastro digital”. La fantasía orwelliana de estar vigilados las 24 horas a través de una telepantalla se ha hecho realidad, solo que, paradójicamente, en el seno de una sociedad capitalista.
Pocas son las mujeres que han obtenido frutos tan importantes en las matemáticas a la par de muchos hombres. Es el caso de Ada Lovelace, a ella se reconoce como la pionera de la programación de la máquina analítica.
Un estudio reveló que “quejarse” es uno de los hábitos que más puede generar daños en el cerebro, tanto para la resolución de problemas como para la memoria.salu
El mundo generó más electricidad a partir de combustibles fósiles en 2020 que en 2015, año en que 190 países firmaron el Acuerdo de París y se comprometieron a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Hace un par de años tuve dolor muscular, cansancio, fiebre y malestar general; por los síntomas, pensé que era Covid-19; pero tras varias pruebas, el diagnóstico final fue dengue.
Se ha demostrado que aunque no es un alimento completo por sí solo, los productos comestibles a base de maíz aportan grandes beneficios para la salud humana.
Sus ideas científicas fueron muy revolucionarias para su tiempo y no fueron comprendidas por sus contemporáneos
Los moquitos tienen un sentido del olfato sumamente fino.
Médico y matemático con profundas convicciones católicas, con salud frágil toda su vida, publicó varias obras entre las que se encuentra Sobre la determinación de las raíces en las ecuaciones numéricas de cualquier grado.
La imagen viral que vimos en redes sociales captada por el el telescopio espacial “James Webb” nos muestra cómo se veía una porción del universo hace cuatro mil 600 millones de años.
Esencialmente el método filosófico propuesto por René Descartes tenía una inspiración matemática, a saber: No admitir nada absolutamente evidente.
Pero los métodos subjetivos de conocimiento de la historia como el de comprender (o “verstehen”) no resuelven el problema de la objetividad.
Al igual que todos los virus de ARN, los coronavirus tienden a mutar de manera muy frecuente.
Las cícadas son plantas únicas, sobrevivientes de casi 280 millones de años, compartieron espacio y tiempo con los dinosaurios y se consideran fósiles vivientes.
En 2019, las berries fueron el tercer producto agroalimentario más exportado por nuestro país después de la cerveza y el aguacate.
La secuenciación del genoma del cacao ha abierto nuevas fronteras en la mejora de la calidad y sostenibilidad del cultivo de cacao.
Escrito por Daniel Lara Jáuregui
COLUMNISTA