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La creciente espiral de violencia en Michoacán ha alcanzado niveles alarmantes. En lo que va del año hay un conteo de más de 100 homicidios en el estado; la incapacidad del gobierno para contener la ola de violencia está generando una profunda desconfianza en las instituciones y un sentimiento de desamparo entre los ciudadanos y, lo peor, la sensación de inseguridad en el estado se ha arraigado en la vida cotidiana de la población.
El informe Ranking 2023 de las 50 ciudades más violentas del mundo, emitido por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), revela una preocupante realidad en México. De las 16 ciudades del país con los índices más altos de violencia, tres de ellas se ubican en Michoacán: Zamora, Uruapan y Morelia.
Los homicidios sin freno han convertido a este estado en el tercero más peligroso de México y detrás de esta crisis se encuentran políticas erróneas del Gobierno Federal que han dejado a la población vulnerable y desamparada.
Este dato ha llevado a los michoacanos a cuestionarse sobre la urgente necesidad de implementar por parte de los gobiernos federal, estatal y municipales medidas efectivas para abordar la problemática de seguridad en estas localidades y garantizar la paz y la tranquilidad de sus habitantes.
La incapacidad de las autoridades
Ante esta situación, los ciudadanos han tenido que tomar medidas de seguridad, y sostienen que la responsabilidad de los gobiernos Federal y estatal en los homicidios y violencia en Michoacán radican en la incapacidad que tienen para desarrollar y ejecutar estrategias integrales y efectivas para el combate de estos flagelos, así como en su fracaso para abordar las causas estructurales que los alimentan:
“El Gobierno Federal tiene gran responsabilidad de que Michoacán se encuentre en esta situación de violencia, primero por la falta de estrategias y planes integrales y sostenibles que no han funcionado a nivel nacional, ya que los homicidios siguen en aumento y la violencia no se diga, no es sólo un problema de Michoacán, sino del país; en segundo lugar, parte de la culpa es la corrupción e impunidad de las instituciones gubernamentales; en los casos de delitos graves, incluidos los homicidios, existe una falta de rendición de cuentas enorme que contribuye a la perpetuación de la violencia”, denunció el señor José Sixtos, arquitecto jubilado, quien, entrevistado por buzos aseveró que los ciudadanos ya no están tranquilos. Tiene 67 años, es jubilado, su esposa lleva toda la vida administrando una cocina económica; y aunque ahora a él le gustaría pasar más tiempo en su casa, debe estar en el negocio porque es peligroso que su mujer se quede sola. La han asaltado dos veces, pero la necesidad los obliga a mantener abierto. “Hemos gastado en cámaras de seguridad, en herrería para protecciones, pero uno no se siente tranquilo, es una situación horrible, el Presidente dice ‘abrazos, no balazos’, pero parece que sus abrazos son para el crimen organizado, porque sigue haciendo de las suyas”, puntualizó.