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En el marco del Día del Amor y la Amistad escribo esta carta con el corazón desgarrado por una irreparable pérdida. Es la fecha comercial en que añoramos como nunca al amigo, al amor de ocasión o a un inolvidable amor. Sin embargo, ante la pandemia que amenaza nuestras vidas y la insensatez de un gobierno al que “le importa un bledo” lo que pase con sus ciudadanos, lo mejor es resguardarse y estar a sana distancia. Ésta es una carta de amor para Ernesto, que gracias a los medios de comunicación actuales llegará a donde pueda ser leída o pueda reconfortar un alma. Y es que con la peste que merodea en nuestro entorno, sentimos el mismo dolor que cantaban los poetas: “Fuensanta, dame todas las lágrimas del mar, mis ojos están secos y yo sufro unas inmensas ganas de llorar”.
Los números de la pandemia son espeluznantes y deben conmover hasta la última fibra de nuestro ser, porque esas cifras eran personas de carne y hueso, historias de vida que se convirtieron en tragedias y fatalmente se están multiplicando en todos lados. Familias que han perdido a sus jefes y que ahora no tienen sustento; niños en la orfandad; personas despedidas por el cierre de empresas o porque contrajeron el virus y se ausentaron de sus trabajos. La memoria colectiva está obligada a no olvidar lo que está aconteciendo y dejar testimonio de los seres queridos que se fueron en el mejor momento de sus vidas.
Ésta es la historia de Ernesto, la historia de muchos mexicanos. Creció en un deplorable ambiente de pobreza; recordaba su infancia con pies descalzos y el vientre abultado por los parásitos. Su única herencia fueron la educación y los valores de responsabilidad y honestidad que le dieron sus padres. Estas virtudes le permitieron seguir un camino diferente al que la delincuencia ofrece a los menos favorecidos, como lo decía Salvador Díaz Mirón: “los parias crían querubes para el presidio y serafines para el burdelˮ. Tuvo la fortuna de terminar su preparatoria, pero al igual que los jóvenes del pueblo, se casó prematuramente y con ello se condenó a replicar la pobreza que había padecido de niño. Pero Ernesto, como muchos hombres que crecen en el ambiente rural, tan pronto se le presentó la oportunidad, dejó su tierra y, con miras más altas, se alistó en el Ejército, que representa una de las pocas oportunidades de trabajo seguro entre los pobres. Cambió sus herramientas de campesino por el fusil y la disciplina militar, y gracias a su perseverancia e inteligencia cultivada por la necesidad de sobresalir, propia de los que están abajo, fue escalando grados y con éstos sus ingresos.
En el ejército estuvo 28 años y sus actividades lo llevaron a vivir en Querétaro, Puebla, Ciudad de México y Chiapas. Tenía 51 años cuando se contagió del Covid-19, el pasado 12 de diciembre. Aunque enfermo, no pudo quedarse con su familia porque la disciplina obliga a los militares a vivir en sus cuarteles. Le faltaban pocos años para jubilarse, había ascendido no solo en el servicio castrense, sino también de nivel de vida, y formaba parte de la clase media. Toda una vida dedicada a salir de la pobreza y de un momento a otro, el colapso. En el momento crítico de la enfermedad estuvo solo y en los últimos días de su vida fue intubado durante casi un mes. El 25 de enero su cuerpo, afectado por años de pobreza, ya no resistió. Falleció solo y triste en un hospital de segunda del ejército; el sistema público de salud no pudo salvarlo.
Su fidelidad al trabajo no fue suficiente para salvarle la vida. Sus familiares no pudieron despedirse; pero es seguro que sufrieron de manera multiplicada ante la impotencia de no estar con él y me atrevo a afirmar que Ernesto, hombre de familia, en sus últimos pensamientos tuvo presentes a sus queridos hijos, su pareja, sus hermanos y su familia paterna y materna.
La injusta distribución de la riqueza alcanza a todos. Los pobres se esfuerzan por llegar a la clase media, pero la enfermedad de la injusta distribución de la riqueza devuelve a todos a su punto de partida. Con la pandemia hay 12 millones más de pobres y éstos siguen engrosando las cifras. Ernesto vive. Luchemos porque no se repita la historia.
Los dos López (Gatell y Obrador) han perdido credibilidad. Uno porque cada semana reitera que ya estamos en el pico de los contagios y el otro porque la gente salga a las calles sin miedo.
La pobreza en México se ha mantenido durante los últimos 20 años debido a la falta de empleos, salarios insuficientes, aplicación de programas sociales deficientes y la corrupción.
“Que te quede bien claro Andrés Manuel: no me escondo ni huyo; doy la cara y me exilio con mucho dolor de mi país para poder seguir luchando. No te vas a deshacer de mí”, declaró.
En un mundo de abundancia, el hambre mata, como mínimo, a 2.1 millones de personas al año. Clarísimo.
En el control de los fondos pensionarios están interesadas poderosas firmas bancarias como Citibanamex, Banco Azteca, Banorte. En la que sus directivos son miembros del Consejo Asesor Empresarial de AMLO.
Desde la campaña electoral y al asumir sus funciones, el presidente prometió pacificar pronto al país.
Los programas sociales no se focalizan para la parte poblacional más pobre, porque el diagnóstico que se tiene es erróneo.
En el gobierno de la Cuarta Transformación hay muchos exfuncionarios de anteriores gobiernos que hoy operan en la administración de López Obrador
Para 2022 los recursos federales destinados a la política agrícola disminuirán 26.4 por ciento y se ubicarán 53 mil 89 millones de pesos.
Contrario a lo prometido sobre dejar de depender de EE. UU. en materia energética, López Obrador dejará al país con una deuda, de acuerdo con el IMCO, cercana a los 1.80 billones de pesos, mayor a la de 2011.
El Presidente ha dicho que no abandonaría a sus paisanos, la realidad grita por todos lados y pone al descubierto que en el sureste se encuentra olvidado.
Un estudio de Causa en Común evidenció que las cifras sobre incidencia delictiva muestran signos de probable manipulación.
El PEF, entonces, es dinero de todos los mexicanos, no propiedad del Gobierno federal, por lo que éste debiera considerar forzosamente las necesidades de la población.
En México se vive un ambiente de “toque de queda autoimpuesto” por buena parte de la población nacional; y que el crecimiento del problema de la inseguridad pública es el resultado de la política morenista de “abrazos, no balazos”.
En su cuenta de Twitter, Loret de Mola difundió las características de este medio, el cual estará ubicado en México.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA