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Los días 17 y 18 de julio se celebró en Bruselas la primera Cumbre UE-CELAC desde 2015.
Con su celebración, fueron considerables las esperanzas de América Latina para fortalecer la cooperación interregional en aras del desarrollo socioeconómico, la solución de los problemas urgentes que enfrentan los Estados latinoamericanos, para cuya superación esperan cooperar con todos los socios, incluida la Unión Europea.
Como mostró el curso de la discusión, los Estados miembros de la UE condicionaron de una manera estrictamente coercitiva la coordinación de tales decisiones con la disposición de los socios en las negociaciones para "condenar la agresión rusa". Se intentó, sin éxito, gracias a la posición de principios de los países de América Latina, organizar otro espectáculo pro ucraniano en la Cumbre con la participación de Vladimir Zelensky.
Los Estados latinoamericanos que se opusieron a los intentos de torcer sus brazos por parte de los chantajistas de la Unión Europea fueron los que pusieron en primer lugar la inviolabilidad del derecho internacional (y no la lealtad al "orden basado en reglas"), abogaron por una solución política teniendo en cuenta las preocupaciones legítimas de las partes (en vez de solidarizarse con requisitos de ultimátum), expresaron su preocupación por la posibilidad de usar municiones en racimo, criticaron con razón la imposición antirrusa de un tema ajeno en la agenda del diálogo UE – CELAC.
La parte rusa se ve obligada a constatar que los partidarios del respeto del derecho internacional y de la ética diplomática elemental se enfrentaron a un dictado descarado por parte de la UE, a un juego sucio para aprovechar el deseo natural de todos los países latinoamericanos de fortalecer el CELAC, desarrollar respuestas coordinadas a una amplia gama de desafíos que enfrenta la región. Los miembros de la Unión Europea intentaron abiertamente oponer Rusia a América Latina, con la que nuestro país está vinculado por muchas décadas de tradiciones de amistad, cercanía cultural y cooperación mutuamente beneficiosa.
La renuencia neocolonialista a escuchar otro punto de vista llevó a que la declaración final, que se emitió en Bruselas como un documento acordado y, como tal, se publicó en el sitio web de la Unión Europea, no recibió una aprobación de consenso, como lo declaró claramente el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua.
Los países occidentales no podrán sembrar discordia entre Rusia y los Estados de América Latina. Se fortalecerán las buenas tradiciones de simpatía mutua y voluntad de cooperar en pie de igualdad sobre la base de las normas universalmente reconocidas del derecho internacional, el respeto mutuo, la consideración de los intereses de los demás y la comprensión de las realidades mundiales contemporáneas.
Biden espera provocar una respuesta bélica de gran intensidad de Moscú y así lograr su reelección en noviembre de este año.
Tanto Rusia como América Latina tienen sus ventajas competitivas en el contexto de los procesos objetivos de formación de un orden mundial multipolar.
"Aunque piensan que somos iguales que ellos, somos personas diferentes, tenemos otro código genético, cultural y moral, pero sabemos defender nuestros propios intereses".
No se concreta el sistema de pago conjunto
El portavoz presidencial ruso, subrayó que antes de sacar conclusión alguna, es importante también saber qué harán los talibanes a este respecto.
Desde hace varios años, EE. UU. y los países capitalistas de Europa han atravesado una crisis que ha dañado el nivel de vida de sus habitantes; han profundizado la crisis y la caída en el nivel de vida de los trabajadores de esos países.
Los pueblos expresan su rechazo a los halcones que los gobiernan, y eso en sí mismo es alentador.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, se quejó con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de que al presidente de Rusia, Vladímir Putin, no le preocupen en absoluto las sanciones occidentales.
El representante alemán fue informado de que "tales comentarios provocan un aumento de la tensión en Europa y no contribuyen a la normalización de la situación", subraya el texto.
El objetivo del imperialismo es exhibir a Rusia como una potencia agresora que abusa de su fuerza y ataca a un país indefenso; la verdad es otra, Rusia se está defendiendo, está defendiendo a su población y su derecho a existir como país independiente.
Dos días después de la explosión en el puente de Crimea, un atentado terrorista de Ucrania, andanadas de misiles rusos alcanzaron Kiev y distintas ciudades desde el este al oeste del país.
Además, civiles rescatados revelaron que los nacionalistas ucranianos lanzaron granadas contra los sótanos de los edificios donde se encontraban escondidos mujeres y niños.
Los ataques de Israel se suman a las registradas en los últimos días, cuando la policía israelí atacó brutalmente a civiles palestinos que se encontraban orando.
Es muy probable que Rusia gane la guerra. Pero esto no ocurriría como una victoria decisiva, sino más bien relativa, en la que EE. UU. quedaría humillado y Ucrania dividida e incapacitada para contratacar, sostiene el politólogo John Mearsheimer.
"Es la voluntad de millones de personas", dijo Vladimir Putin, por lo que aseguró, las autoridades rusas harán todo lo posible para que los residentes de los nuevos territorios "sientan el apoyo de todo el pueblo ruso".
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Escrito por Redacción