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Cuando aún era candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó que el crecimiento económico de México en los últimos 30 años era mediocre, porque su promedio fue del dos por ciento y prometió que si ganaba la elección de 2018, la economía crecería a más del cuatro por ciento, además de que ya no habría corrupción. Y añadió: “estoy convencido de que si no hay crecimiento no hay empleos, si no hay empleos no hay bienestar, si no hay bienestar no hay paz, no hay tranquilidad; esto que estamos padeciendo ahora en México”. Muchos mexicanos coincidieron con ese diagnóstico del país y, en parte por eso, lo eligieron Presidente.
Han pasado 18 meses desde que inició su gobierno y la adecuada caracterización que entonces hizo de la economía nacional se fue diluyendo de su discurso cotidiano, en la misma medida en que aquella, en lugar de crecer, disminuía. Por ello, incluso llegó a negar, ni más ni menos, la necesidad de medir el crecimiento de la economía a través del cómputo del Producto Interno Bruto (PIB).
Es posible que algunos piensen que la gestión del Presidente ha sido excelente y que la crisis generada por la pandemia vino a truncar el crecimiento económico, pero esta visión es incorrecta. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que la economía se contrajo en los cuatro trimestres de 2019 y que, como resultado, hubo un descenso absoluto de menos del 0.1 por ciento. Es decir, antes de la pandemia, la economía mexicana arrastraba un crecimiento negativo y el Covid-19 solo vino a agravarla.
En el primer semestre de 2020, el PIB se redujo menos 10.5 por ciento respecto al mismo lapso de 2019 (Inegi, 30 de junio); la Inversión Fija Bruta disminuyó el 38.4 por ciento en mayo, comparada con la de mayo de 2019; los gastos en maquinaria y equipo descendieron el 43.8 por ciento (Inegi, seis de agosto), comparados con los del mismo mes de 2019, y el 5.1 por ciento respecto al de 2018. La situación del empleo no es distinta. Al cinco de agosto de este año, la ocupación informal era de 25.6 millones; la desocupación era de 2.8 millones de personas (901 mil personas más que en julio) y la Población No Económicamente Activa (PNEA) disponible para trabajar –población que no laboró ni buscó trabajo, pero que aceptaría uno si se lo ofrecieran– fue de 13.2 millones. Es decir, 16 millones siguen sin empleo y 25.6 millones son empleados informales, de acuerdo con la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Inegi.
Ésta es la actual situación económica de México. Desde luego que el gobierno de AMLO no es el responsable total, pero mucho tiene que ver con ello. Hay al menos dos causas: su mediocre gestión anterior a la pandemia (el decrecimiento de 0.1 por ciento en 2019) y las insuficientes medidas económicas para hacer frente a los estragos generados por la pandemia.
Las medidas económicas del gobierno para hacer frente a la contingencia sanitaria no deberían reducirse a los programas sociales previamente en marcha y a otorgar créditos a la palabra, los cuales apenas representan el 0.2 por ciento del PIB en contraste a los programas de apoyo socioeconómico que, en otros países, en particular los desarrollados, rondan en el 10 por ciento de su PIB. Expertos mexicanos no han dejado de hacer propuestas como la del doctor Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, quien propone: “1) seguro de desempleo de emergencia que beneficie a los trabajadores formales que han perdido su empleo; 2) un programa de protección a la nómina que ayude a las empresas a sostener empleos formales; 3) diferimiento en el pago de contribuciones sociales a micro, pequeñas y medianas empresas; 4) programa especial de apoyo para el pago de rentas u otros costos fijos (para restaurantes u otros negocios especialmente afectados por la pandemia); y 5) un programa que le otorgara un apoyo mínimo a los trabajadores informales que hubieran perdido temporalmente su fuente de ingresos”. El costo de este paquete de ayuda equivaldría al uno o al 1.5 por ciento del PIB.
Es imperante un cambio en la estrategia de ataque a los efectos de la pandemia en la economía, pues si no hay crecimiento, no habrá empleo ni paz ni tranquilidad social y el número de personas en situación de pobreza seguirá aumentando de no corregir la política actual.
El sector empresarial ha señado que, con la disminución de la jornada laboral, se deberá implementar también la disminución de impuestos.
De un total de 80 mil personas encuestadas, la mayoría afirmó sentirse más interesado por inmuebles con un valor que va del millón a dos millones de pesos.
La SCJN le otorgó un amparo a Grupo Salinas y Total Play para evitar pagar los 640 mdp que adeudan al SAT.
Gaspar, Melchor y Baltazar surtirán las cartas de los niños, donde prevalecen los juguetes, artículos electrónicos como videojuegos, tabletas, teléfonos celulares, consolas y computadoras.
La riqueza de los BRICS alcanza los 45 billones de dólares, “más del 45% de la población del mundo y supone casi el 36% del PIB mundial, lo que sobrepasa la cuota del 30% del G7.
“Es muy importante”, las remesas serán de gran ayuda, pues “beneficiarán a 10 millones de familias que reciben en promedio 350 dólares. Afirmó el mandatario.
Las altas temperaturas, el cambio climático y la escasez de agua provocarán un aumento en el precio de productos y servicios.
El alza de 9 por ciento se debe a restricciones sanitarias a las importaciones de carne avícola.
Entre octubre y noviembre del 2021, el PIB disminuyó 0.1% con respecto al periodo anterior, ocasionando una contracción de la economía, reportó este lunes el Inegi.
La SFP debe cuidar los recursos públicos aprobados en el presupuesto anual que en 2024 ascienden a 9 billones de pesos (bdp), además de preservar el patrimonio público federal, cuyo monto alcanza los 13 bdp.
Los partidos políticos propusieron al presidente Andrés Manuel López Obrador una serie de medidas encaminadas a reactivar la economía nacional.
Los expertos del país y de los organismos internacionales advierten una crisis económica más devastadora que la de la “gran depresión” de los años 30.
Estos segmentos del comercio, anotó, generan más de dos millones de empleos, entre directos e indirectos en todo el territorio nacional.
El Banco de Japón incrementa su tasa de interés tras 17 años sin cambios, marcando el fin de su programa experimental de flexibilización monetaria.
El camino para una vida más digna pasa por el aumento del gasto, pasa por el aumento en la inversión física que posibilite, no solamente regalar dinero, sino dar empleo y pagar mejores salarios.
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Escrito por Rogelio García Macedonio
Licenciado en Economía por la UNAM.