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La pandemia de coronavirus en el planeta se ha convertido en el nuevo caballo de batalla –uno más– entre Estados Unidos y China, grandes potencias mundiales, ambos, dejando de momento su guerra comercial y de la tecnología 5G. Las relaciones entre ambos países no han calmado las aguas de un océano de incertidumbre y de decisiones difíciles que dirigen el rumbo de cada nación, tanto económica como políticamente. Las malas decisiones en Estados Unidos han cobrado la vida de decenas y quizá ya cientos de personas, y la economía china sufre, en parte, los estragos de una parálisis global. La pandemia no ha sido motivo de unión y de trabajo en equipo para salir a flote.
Estados Unidos, una potencia científica, es dirigido por un presidente soberbio que de manera abierta ridiculiza la cooperación internacional y sigue con una guerra comercial global en cualquier momento que así lo desee. Las acusaciones hacia China han generado un rose más peligroso para una colaboración mutua y darle fin a una pandemia que podría quedarse para siempre.
En Washington, Donald Trump lleva días hablando del “virus chino” y desde hace varias semanas, la perspectiva del gobierno en cuanto a la crisis y su futuro ha sido más optimista que la de sus propios asesores médicos y de los científicos en general. Y aunque nadie sabe a dónde llegará esta crisis, expertos coinciden en que el escenario que Trump ha descrito es una fantasía: ha dicho que los confinamientos terminarán pronto, que ya está lista una píldora de protección y que pronto los restaurantes y estadios de futbol estarán abarrotados. Descubre usted lector de Esténtor, ¿Alguna coincidencia con lo que pasa en México?
Hay algo de certeza que cuando la crisis termine, la nación y su economía se reactivarían rápidamente, pero también sería inevitable pasar por un periodo de intenso dolor. La forma exacta en que acabará la pandemia dependerá, en parte, de los avances venideros en la medicina. Ahora, el mundo necesita colaboración para combatir y acabar con el Covid-19, y como todos los países del planeta necesitan herramientas similares para salvar vidas, las rivalidades nacionales ponen en riesgo el acceso de todos.
China fabrica la gran mayoría de las sustancias químicas esenciales utilizadas en la creación de materias primas para medicamentos genéricos, usados para tratar a las personas que ahora están hospitalizadas debido al Covid-19. Las fábricas chinas producen el 80 por ciento de los antibióticos del mundo y los componentes de una enorme gama de medicamentos. Los funcionarios chinos han dicho que continuarán permitiendo que estas mercancías estén disponibles para todo el mundo. Ese tipo de decisiones quizá mejoren la posición de China, pero parece poco probable que apacigüen al gobierno de Trump.
Trump desde hace mucho ha estado obsesionado con el déficit comercial con China como un supuesto sistema de victimización de EU. Sin embargo, dado el papel de China como proveedor dominante de equipo hospitalario y medicamentos, la salud estadounidense depende realmente de la capacidad de comprarles más a las fábricas chinas. China ha demostrado ser un ciudadano mundial responsable, en contraste con las democracias occidentales que fallaron al evaluar la amenaza, entre ellas Estados Unidos, ahora el epicentro del brote.
Una crisis de salud pública de esta magnitud requiere cooperación internacional a una escala que no se ha visto en décadas. Sin embargo, Trump está tomando medidas para retirarle el financiamiento a la OMS de manera permanente, la única organización capaz de coordinar una respuesta como esa y capaz de dirigir la creación de una nueva vacuna.
Desde hace varias semanas científicos chinos han están involucrados en la creación de vacunas para el virus, y donde más países se han sumado a quien busca un “bien común” y no un negocio que someta más al imperialismo fallido de EU que trata de sobrevivir al precio que sea. En todo el mundo, 50 posibles vacunas ahora están en las primeras etapas de desarrollo, de acuerdo con la OMS. Si la historia nos ha enseñado algo, es que los científicos terminarán por producir una versión eficaz.
Las perspectivas políticas pueden cambiar en EU. Al principio, el virus golpeó fuertemente a ciudades demócratas como Seattle, Nueva York y Detroit. Pero a medida que se extiende por el país, no perdona a nadie. Incluso los votantes en estados republicanos -que no culpan a Trump por la falta de preparación de Estados Unidos o por limitar el acceso al seguro de salud- pueden cambiar de opinión si ven morir a amigos y familiares.
Al gigante asiático cada vez más países le reconocen y aprenden de los métodos chinos en la lucha contra el virus. La victoria por fases de China, inspira a otros países muy afectados que atraviesan momentos difíciles. Solo Washington sigue desacreditando histéricamente a China. La historia dirá la verdad. Por el momento, querido lector, es todo.
El embajador de la República Popular China en México, Zhu Quinguiao, afirmó que Estados Unidos interviene en los asuntos de Taiwán para mantener su estatus hegemónico.
“Washington debería ser consciente de sus problemas y corregir, primero, sus errores de derechos humanos en lugar de acusar a otros países”, asegura China.
Entre las distintas civilizaciones, creencias y costumbres, ¿es mejor encerrarse en sí mismo o abrazar la apertura y la inclusión? China responde: tender puentes de intercambio y aprendizaje mutuo para hacer de la Franja y la Ruta un camino de civilización.
Oficialmente China solo tiene 4 mil 733 decesos por el coronavirus, según datos actualizados del Instituto Johns HopKins. Ahora solo se registran unos pocos nuevos casos diarios.
En tan solo 40 años, China pasó de ser el signo de mercancías simples, baratas y de calidad dudosa, a ser el reflejo de capacidades tecnológicas y productivas, ¿cómo lo logró y qué debe aprender México del gigante asiático? Aquí te explico.
En el libro Xi Jinping: La gobernación y administración de China (IV), encontramos varias claves para entender la importancia del PCCh en la revitalización del socialismo.
El 33 por ciento de la militancia del PCCh proviene de sectores obreros y campesinos.
Con motivo del Festival del Medio Otoño, la Embajada de la República Popular China, el Centro Cultural de China en México, en colaboración con el Complejo Cultural Los Pinos, organizaron la celebración “China y México bajo la Misma Luna”.
La decisión provocó una caída del peso mexicano e incertidumbre en los mercados globales.
El Covid-19 nos abre los ojos sobre lo que nos falta, pero también nos alumbra el camino para conseguirlo; para poner la humanidad a salvo de ésta y de todas las plagas que puedan venir en el futuro.
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Este lote constituye el primer grupo de satélites que forma parte de una constelación de computadoras con el nombre Space Computing Constellation ‘021’.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).