Santiago Taboada tendría el 46.3 por ciento de los votos, frente al 41.3 de Clara Marina Brugada Molina.
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A pesar de que los médicos, enfermeros y trabajadores de limpieza de los hospitales privados, al igual que los del sector público, conforman la primera línea de batalla contra la pandemia de Covid-19, el gobierno morenista insiste en no vacunarlos, alegando que no lo merecen porque mercantilizan sus servicios y que no atienden a estos pacientes.
Dicha afirmación es totalmente falsa porque este personal, a diferencia de cualquier otro grupo social, se halla en un alto nivel de riesgo de contagio; porque ya sea en una farmacia o en una clínica, debe atender a enfermos o a portadores asintomáticos del virus. En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se dice precisamente que la cercanía representa el principal factor de contagio de Covid-19.
La crisis que enfrenta ahora el sistema nacional de salud se debe a que desde hace cuatro décadas, los recursos públicos que se le destinaban fueron cada vez menores, pese a que su cobertura aumentaba. Por ejemplo, el Seguro Popular –hoy desaparecido por decreto presidencial– afiliaba a 62 millones de personas, pero su gasto público per capita era ínfimo y cada año disminuía. Entre los países que integran la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el Estado con menos gasto público dedicado a la atención médica.
Las condiciones laborales del personal médico del sector público tampoco son buenas. Cuando se creó el Seguro Popular hubo un incremento en el gasto, pero fue destinado a la infraestructura y al equipo médico y no para mejorar los salarios ni las condiciones de los trabajadores, ya que la mayoría fueron contratados como eventuales. En el actual Gobierno Federal no ha variado esta situación y 95 mil de sus trabajadores siguen sin recibir sus plazas de trabajo regularizadas.
El gobierno del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) mantiene el orden neoliberal del sector salud con el argumento de que aplica la austeridad republicana, sin preocuparse por atender bien a las familias mexicanas y a los trabajadores de la salud. Su empeoramiento han sido suelo fértil para que florezca el sector privado. El 50 por ciento del gasto público destinado a servicios de salud en México está en las instituciones privadas, sean hospitales o farmacias-consultorio.
Estas últimas se han expandido en los últimos 20 años debido a que son una opción barata para la población más pobre que no tiene acceso efectivo a los servicios públicos de salud. Lo que han descuidado éstos es cubierto por los médicos de las farmacias-consultorio, quienes trabajan dos turnos, en sus consultas tienen mala protección contra el Covid-19 y sus condiciones laborales también informales. Muchos no se han empleado en el servicio público a pesar de que éste carece de personal.
La decisión de no vacunar al personal médico que trabaja en el sector privado revela, además de falta de sensibilidad social, un total desconocimiento de la realidad nacional; pues aquél ejecuta lo que el Estado ha descuidado en más de cuatro décadas y porque es igual de necesario que el del sector público.
Santiago Taboada tendría el 46.3 por ciento de los votos, frente al 41.3 de Clara Marina Brugada Molina.
El PAN aseguró que el documento elaborado por la CNDH y otras organizaciones, era parcial
Durante los dos años de pandemia y el bienio que siguió, hubo un aumento significativo en el número de “ideaciones” o intentos de suicidio.
Por lo menos 224, 244 vidas se hubieran salvado de haber existido un manejo diferente de la pandemia.
Gobierno federal los contrata y hoy los desconoce.
El responsable por las muertes de mexicanos en pandemia, Hugo López Gatell, debe pagar ante la justicia sus omisiones en el servicio público durante la gestión de la pandemia.
Informes revelan que en BCS la Covid-19 persiste; en Los Cabos hay fumigación contra el dengue y dos casos de chikungunya, hasta ahora reportados, pueden ser un llamado de alerta mayor.
La causa de fondo de la desigualdad y la pobreza no es la pandemia, sino el capital hambriento de utilidades. Como una radiografía, la Covid-19 reveló fracturas en esta sociedad y está sacando a la luz falsedades.
“La transmisión de persona a persona está en curso y es probable que se subestime”, aseguró el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom.
Detrás de las cifras catastróficas que día a día vemos, hay historias de dolor y frustración debido a que los responsables de mitigar los contagios desoyeron las demandas de atención y las lecciones de varios países para aplicar la estrategia adecuada.
Con casi seis siglos de existencia, su supervivencia se debe a que es el único mercado en el que miles de comerciantes indígenas asisten a ofertar directamente sus productos agrícolas y artesanales.
México acumula un total de 4 millones 942 mil 590 casos activos por el virus y 306 mil 91 defunciones.
En esta cuarta ola de pandemia, cada día se contabilizan más de 44 mil casos por Ómicron, la variante que más tiene preocupada a la OMS.
Uno de cada 13 mexicanos tiene Covid-19 activo en este momento, advirtió la doctora en Ciencias médicas Laurie Ann Ximénez-Fyvie.
De enero 2020 a diciembre de 2021, la Secretaría de Salud registró 655 mil muertes en exceso por todas las causas.
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Escrito por Samira Margarita Sánchez
Columnista