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El confucianismo es uno de los rasgos culturales más característicos de China. Esta corriente de pensamiento (que difícilmente puede ser catalogada como religión o filosofía, según nuestros estándares) fue fundada por Kǒng Qiū en el Siglo VI a.C. y llegó al conocimiento de Occidente a través de los misioneros jesuitas que visitaron China en el Siglo XVI. A ellos debemos la transliteración del original Kǒngfuzǐ al español Confucio, que significa “maestro Kong” y que da nombre al confucianismo.
El confucianismo nació como respuesta a un periodo de gran inestabilidad política que en la historiografía se conoce como Primaveras y Otoños (VIII-V a.C). Según Confucio, la única forma de lograr que China recuperara la estabilidad y la grandeza de antaño era la formación de personas virtuosas que respetaran las normas y los ritos fijados por los grandes reyes del pasado. Las personas virtuosas debían cultivar cinco relaciones sociales básicas para garantizar la estabilidad política y el correcto funcionamiento de la sociedad: 1) la relación entre el soberano y sus súbditos; 2) entre padres e hijos; 3) marido y mujer; 4) hermano mayor y hermano menor, y 5) amigo y amigo. De éstas, solo la última es una relación entre iguales, mientras las primeras cuatro son entre un superior y un subordinado. Confucio sostenía que el respeto a estas relaciones ayudaría a terminar el caos.
El confucianismo no fue la única respuesta a la inestabilidad china, pues en ese periodo también surgió el taoísmo, el yin y yang, el mohísmo, la escuela de los cinco elementos, entre otras corrientes. Sin embargo, el confucianismo se convirtió en la corriente preponderante gracias a que el imperio de la dinastía Han (II a.C-II d.C) la convirtió en doctrina oficial del Estado. Desde entonces, el confucianismo fue elevado al estatus de doctrina imperial, algo que ni siquiera cambió con la dinastía Yuan (XII-XIV), fundada por los mongoles, o con la dinastía Qing (XVII-XX) del pueblo manchú.
A mediados del Siglo XIX, las potencias occidentales, con Inglaterra a la cabeza, sometieron a China mediante la Guerra del Opio, los tratados desiguales y las invasiones militares que derrotaron las rebeliones originarias que resistieron. El declive de China ante los países imperialistas llevó a muchos pensadores chinos de la época a cuestionar los valores dinásticos, así como la estructura política imperial que había existido durante dos mil años. De esta manera, la Revolución de Xinhai de 1912 derrocó al último emperador y fundó la República de China, abriendo un nuevo periodo histórico, en el que el confucianismo fue rechazado por asociársele tanto al pasado dinástico como al sometimiento semicolonial.
En 1949, el Partido Comunista (PC) ganó la guerra civil contra el Kuomintang (Partido Nacional) y fundó la República Popular China. El nuevo gobierno renegó abiertamente del legado confuciano. Mao Zedong, máximo líder del PC y de la República Popular China, rechazó los postulados del confucianismo por considerar que habían sido desarrollados por las clases dominantes del periodo imperial para mantener dominadas a las clases oprimidas. En la visión de Mao, Confucio era parte de ese pasado feudal que debía erradicarse de China para construir el socialismo. En contra de las relaciones verticales de autoridad confuciana, Mao oponía la crítica constante a todo lo establecido. En el periodo más álgido de la Revolución Cultural, las brigadas de estudiantes movilizadas en todo el país atacaron, incluso, la tumba de Confucio, quien se convirtió en blanco favorito de las fervientes juventudes revolucionarias.
La muerte de Mao y advenimiento de Deng Xiaoping al poder marcaron el inicio de una nueva etapa en la historia de China que se caracteriza por la reforma y la apertura, el crecimiento económico y su integración plena al sistema político internacional. La valoración de la figura de Confucio comenzó a cambiar paulatinamente durante este periodo y fue recuperado como elemento central de la cultura china.
En la actualidad, las condiciones de China han alentado el espíritu nacionalista del pueblo y el gobierno de Xi Jinping ha elevado la figura de Confucio a un nivel inédito desde 1912. En su carácter de potencia económica y política mundial, y acosado por el imperialismo estadounidense, el gobierno chino impulsa un orgullo nacional que no solo se basa en sus éxitos socioeconómicos de las últimas décadas, sino también en su milenaria historia dinástica y en los grandes pensadores que China le ha dado al exterior. No es casualidad que los institutos que el Estado chino tiene distribuidos en todo el mundo para fomentar la enseñanza del mandarín, lleven precisamente el nombre de Confucio.
El presidente de China, Xi Jinping, solicitó redoblar los esfuerzos para continuar con las labores de búsqueda y rescate a fin de disminuir el número de víctimas.
Hace 96 años el Partido Comunista de China fundó el Ejército Popular de Liberación (EPL) de China; desde entonces, se les reconocen hazañas memorables, explicó el Embajador de ese país en México, Zhang Run.
Estados Unidos habría bloqueado al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei para impedir que desarrollara la tecnología 5G en el Reino Unido.
Hasta hoy, 183 países del mundo han establecido lazos diplomáticos con China. La reanudación de las relaciones diplomáticas entre China y Nauru ha demostrado una vez más al mundo que la adhesión al principio de una sola China forma una tendencia histórica imparable.
Los modernos bárbaros del norte (quienes gobiernan EE. UU.) y Europa, construyen otra muralla, pero ésta es política, económica, militar, mediática, mas no es para proteger a China, sino para asediarla, someterla y frenar su influencia global.
La caída de la URSS y el fin de la Guerra Fría significó la ruptura de la alianza estratégica entre China y EE. UU.: al desaparecer el enemigo común, la alianza se volvió innecesaria.
EE. UU. teme como al fuego una alianza total entre China y Rusia y, para impedirla, acusa a China de apoyar la “invasión” a Ucrania no acatando las sanciones económicas “contra el agresor” acordadas por la OTAN, y la amenaza con sanciones parecidas.
México es el invitado de honor en la Feria Internacional de Comercio en Chongqing.
Luego de que la prensa calificara en sus notas a la región de Taiwán como “país” y tildar a la responsable de esa zona, como “Presidenta” en el marco de las próximas elecciones en la región, la Embajada de la República Popular China se posicionó al respecto.
Occidente considera a China como la mayor amenaza a nivel internacional, sobre todo porque el presidente Xi Jinping ha declarado que es hora de cambiar el orden internacional actual, sostuvo la doctora Marisela Connelly.
La plataforma china TikTok busca superar a la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp.
Declaración del Presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en la XVI Cumbre de los BRICS.
El portavoz de la Embajada, Liu Pengyu, reafirma el llamamiento de China a prevenir una crisis humanitaria masiva, así como a ejercer la máxima moderación.
Al evento asistieron más de 200 personas, incluidos jefes de más de 10 países y organizaciones internacionales.
Hong Kong le ha demostrado al mundo que para que una sociedad capitalista se desarrolle a niveles nunca antes vistos, no se necesita ni de Gran Bretaña ni de EE. UU., ni del imperialismo como lo conocemos hoy.
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Escrito por Carlos Ehécatl
Maestro en Estudios de Asia y África, especialidad en China, por El Colegio de México.