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El deplorable transporte público de Oaxaca
Además de que la mayoría de las unidades del transporte público privado en el estado de Oaxaca son viejas y sus conductores carecen de capacitación, los dueños de las líneas quieren aumentar la tarifa de ocho a 10 pesos.
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Además de que la mayoría de las unidades del transporte público privado en el estado de Oaxaca son viejas y sus conductores carecen de capacitación, los dueños de las líneas quieren aumentar la tarifa de ocho a 10 pesos.

Una evaluación objetiva de este grave problema social se muestra en el Dictamen Técnico para la Actualización de la Tarifa en el Servicio del Transporte Público Urbano en la Ciudad de Oaxaca, publicado en 2018, que reveló que los autobuses de las cuatro empresas privadas que brindan este servicio en la Zona Conurbada de Oaxaca (ZCO) datan del siglo pasado, que sus rutas están mal planeadas y que la cantidad de unidades resulta insuficiente para satisfacer las necesidades de transporte de los 130 millones 901 mil 825 demandas de pasaje anuales.

Hace cinco años, la tarifa del transporte público en la capital de Oaxaca pasó de siete a ocho pesos; y las cuatro familias de concesionarios se comprometieron a renovar las unidades, muchas de las cuales prestan el servicio desde 1994, es decir, tienen 30 años.

A pesar de ello, los concesionarios iniciaron una campaña pública hace medio año para obligar a las autoridades a aumentar a 10 pesos la tarifa; incluso colocaron pancartas en los autobuses en las que afirmaban que en Oaxaca se presta el servicio de transporte público más barato.

 

 

En respuesta a esta campaña, los gobiernos municipal y estatal anunciaron que rechazan este incremento porque cerca del 70 por ciento de las unidades de transporte no está en condiciones adecuadas para prestar el servicio.

Hasta el momento, el gobernador del estado, Salomón Jara Cruz, no ha anunciado ningún proyecto destinado a mejorar el transporte para el área metropolitana de Oaxaca; y se ha limitado a anunciar que reiniciará la marcha del Sistema Integrado de Transporte (SIT), conocido popularmente como Citybus, cuya construcción comenzó en 2015.

La encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2020 concluyó que el 52.1 por ciento de la población laboral y 73 por ciento de la estudiantil de Oaxaca se transportaban en autobuses, camionetas (combis) y taxis.

 

El pulpo camionero

Una revisión de las actas constitutivas de las cuatro empresas concesionarias que integran el “pulpo camionero” de la ZCO permitió a buzos saber que éste se encuentra bajo el control de tres de familias, de las que dos tienen estrechos lazos de negocios y sangre.

Una de ellas está encabezada por Alejandra Gómez Candiani, a quien sus socios y usuarios consideran la “zarina” del transporte público oaxaqueño, porque controla las dos empresas con el mayor número de unidades: Transportes Urbanos de la Ciudad de Oaxaca (TUCO) y la Sociedad Cooperativa Choferes del Sur (SCCS).

En el siglo pasado, estas dos empresas fueron controladas primero por Felipe Gómez Solís y luego por Josefina Candiani de Gómez, padres de Alejandra Gómez Candiani.

La otra “zarina” es Aurora López Acevedo, hija y heredera de Evaristo López Vértiz, uno de los fundadores de la empresa Transportes Urbanos y Suburbanos de Oaxaca (TUSUG) y poseedora también de acciones de la TUCO.

La Tusug fue fundada por López Vértiz, Sergio Cervantes Juárez, Ricardo Miguel Zúñiga Hernández y Erasmo Medina Ángeles, quien participa en el control de la empresa y en infinidad de ocasiones ha sido acusado de maltratar a los choferes.

Aurora López Acevedo ha incursionado en política pública de la entidad como titular de la Secretaría de Transporte (estatal) y diputada local.

La cuarta concesionaria de transporte público en Oaxaca es Servicios de Transportación de Antequera (Sertexa), que se halla bajo el control de la familia Villanueva López (Moisés, Susana, Irineo Rubén, Victoria Margarita y Alejandro), quienes también han sido funcionarios del gobierno del estado y acusados por el delito de conflicto de intereses.

 

 

De acuerdo con datos de la Secretaría de Movilidad de Oaxaca (Semovi), la línea Choferes del Sur cuenta con 11 rutas urbanas y tres suburbanas; Urbanos de Oaxaca posee 21 rutas urbanas; Sertexa controla ocho urbanas; y TUSUG, 23 urbanas.

En el caso de que el gobierno estatal de Oaxaca aceptara elevar la tarifa del transporte público en la ZCO, los principales beneficiarios serán estas tres familias porque, cada vez que ocurre esto, según el testimonio de los conductores, éstas los obligan a aportar un mayor monto por la “cuenta del día”.

 

Unidades peligrosas

De acuerdo con la información emitida por la Semovi, el 83 por ciento de los autobuses circulantes en la entidad son modelos anteriores al de 2012, hecho que no está permitido por la legislación vigente y que genera gran cantidad de accidentes en las angostas calles de la capital oaxaqueña.

En 2022, un autobús de la empresa Choferes del Sur se quedó sin frenos en las calles Tinoco y Palacios, sobre el centro de la capital; chocó con varios vehículos y provocó lesiones a cinco personas. Las autoridades informaron que la unidad no había pasado los controles de seguridad y que sería retirada de circulación.

Sin embargo, la mayoría de los accidentes en los que están involucrados los autobuses urbanos se deben precisamente a la falta de capacitación de los conductores. Uno de los casos más recientes fue el atropellamiento de una mujer en la agencia municipal de Santa Rosa Panzacola, quien falleció.

Vecinos de la agencia San Martín Mexicapam han cerrado los accesos a este tipo de unidades debido a la cantidad de accidentes, para exigir la capacitación de los operadores y mayores requisitos en su contratación.

Cuando se difundió la demanda de incremento de la tarifa, la titular de la Semovi, Claudina de Gyves Mendoza, informó que este año operaban mil 200 unidades en las 78 rutas de transporte urbano de la zona metropolitana.

Reveló, asimismo, que sólo el 40 por ciento de los vehículos en servicio cumplían con los requisitos establecidos por la Semovi e instó a las empresas a apegarse a las normas establecidas en la Ley de Movilidad del estado de Oaxaca.

Entre los requisitos que más se incumplen abundan la revisión físico-mecánica de las unidades y la capacitación de los choferes.

De Gyves Mendoza advirtió, además, que el 70 por ciento de la flota de transporte público no cumple con estándares mínimos para operar y que trabajará con las empresas para que sus unidades estén al día.

Pero las cifras de la Semovi no coinciden con las que dejó vigentes el gobierno sexenal de Alejandro Murat Hinojosa, porque son menores y sugieren que la actual administración estatal no ha autorizado nuevas concesiones.

 

 

Citybus: ineptitud o corrupción

En el SIT o Citybus, las administraciones estatales de Gabino Cue Monteagudo, Alejandro Murat Hinojosa y ahora Salomón Jara Cruz, quien ahora lo ha reactivado (aunque sólo en autobuses), han gastado más de mil 200 millones de pesos (mdp).

El proyecto fue iniciado en 2014 como Apoyo a la Movilidad Urbana y Renovación de Parque Vehicular (AMURPV) de la ciudad de Oaxaca. Durante seis años, 38 unidades estuvieron arrumbadas en un estacionamiento de la Ciudad Judicial; por ellas se pagaron 124 millones 959 mil pesos, según el contrato CADF-SA-DA-ADQ-010/2014.

Sin embargo, la inversión total del Citybus fue de mil 244 mdp, ya que en los ocho kilómetros de la ruta Trinidad de Viguera-Santa Cruz Xoxocotlán se construyeron tres terminales de integración, dos estaciones base, nueve paradas especiales, 18 estaciones intermedias, tres patios de servicio, un centro de control y recaudo.

La mayor parte de estas obras se deterioraron; en la administración de Murat Hinojosa se remodelaron; y ahora Jara Cruz trazó dos rutas diferentes a la original, que hoy luce abandonada.

Con respecto al nuevo curso del Citybus,llama la atención que ni el proyecto original de 2014 (que inicialmente incluía dos rutas y al final se quedó una), ni la ruta de Jara, hayan considerado el proyecto del Ferrocarril Urbano del Valle de Oaxaca que en 2010 propuso la empresa EET Estudio, que era más ambicioso y contemplaba tres rutas: Telixtlahuaca-Tlacolula, Villa de Etla-Ocotlán y Oaxaca Central-Aeropuerto.

“En la conformación del actual Sistema Urbano de la ciudad, existe una constante obligada que, en muchos sentidos, ha sido el elemento rector del crecimiento de la región urbana en sí. Nos referimos al ferrocarril, este sistema aparecido a finales del Siglo XIX y que estuvo en funcionamiento, aunque muy mermado, hasta finales de 2004, dejando en sus casi 110 años de existencia huellas imborrables en la estructura urbana actual del conglomerado urbano”, destaca el proyecto de EET Estudio.

Este plan tenía el objetivo de rediseñar la arquitectura urbana de las áreas aledañas a las rutas, así como la sujeción de la nueva infraestructura a los principios de sostenibilidad social y medioambiental que el cambio climático ha propiciado.

 

El transporte colectivo de cada día

Braulio tiene 13 años, mide 1.53 metros, su pelo rebelde apunta al cielo y estudia la secundaria en la Escuela Federal 1, situada en la Calzada San Felipe del Agua de Oaxaca-capital y que se halla a poco menos de cuatro kilómetros de su casa en la colonia Lomas de San Jacinto. Para cubrir este tramo, debe abordar dos camiones de ida y dos de vuelta.

Aleyda vive en Tlacolula de Matamoros, municipio conformado por los Valles de Centrales, y se encuentra a 32 kilómetros de la capital oaxaqueña, donde trabaja. “Viajar en transporte público es un martirio. No te sientes segura, las unidades son viejas y la tarifa es elevada”, explicó a buzos.

Ella utiliza únicamente taxis colectivos porque los autobuses cubren ese trayecto en más de una hora. “He visto cómo las muchachas son acosadas por los conductores. He sido víctima y conozco a varias personas que han sido asaltadas en los taxis”, denuncia.

Este servicio representa uno de los más utilizados en la ZCO, cuyo número de concesionarios es todavía desconocido por la misma Semovi, que ha fracasado en el intento por aplicar un padrón de concesionarios a este servicio.

Los dueños de estas unidades definen las reglas de operación, los horarios y las tarifas, porque se agrupan en sindicatos, reciben la protección de funcionarios y organizan bloqueos viales, que serían causa de revocación de concesiones según la Ley de Movilidad estatal.

“No nos gustan los taxis que operan sobre el Periférico y que forman parte de un sindicato y se adueñan de las calles. Primero era Trujano, ahora es Periférico y van por otras calles. Esto se debe a que las cooperativas y los sindicatos del transporte se sienten dueños de Oaxaca”, declaró hace unas semanas el actual gobernador de Oaxaca.

 

Implementan Lineamientos para la Prevención y Atención de Acoso Sexual contra las Mujeres en el Transporte Público Colectivo de Salina Cruz.

 

De las tarifas de transporte urbano de las 31 capitales de los estados de la República Mexicana, la más cara es la de Mexicali, Baja California Norte, con 15.50 pesos; y la más barata es de ocho pesos con la misma aplicación en nueve entidades federativas.

Oaxaca es una de éstas; y su monto está acorde a la situación socio-económica de la región Sur-Sureste (SS) por lo que, en el caso de que se autorizara el aumento de ocho a 10 pesos, sería la segunda capital de la SS con el transporte público más caro después de Mérida, Yucatán.

Una revisión hemerográfica de los medios impresos de todo el país reporta que los concesionarios del transporte público de las 31 capitales estatales exigen incrementos en las tarifas a pesar de que, en varias de estas ciudades, superan los 12 pesos.

En Tuxtla Gutiérrez, Villahermosa, Chetumal, Campeche, Chilpancingo, Tlaxcala, Colima y Oaxaca la tarifa de los autobuses urbanos es de ocho pesos; en Puebla, de 8.50; en Veracruz y Hermosillo, de nueve pesos; y en Guadalajara y Zacatecas, de 9.50.

En Morelia, Cuernavaca, Pachuca y Tepic, la tarifa es de 10 pesos; en Ciudad Victoria, Querétaro, Guanajuato, Aguas Calientes y San Luis Potosí, de 11 pesos; en Mérida, Toluca, Monterrey, Chihuahua y La Paz, de 12 pesos; en Culiacán, de 12.50; y en Durango y Coahuila, de 13 pesos. En la Ciudad de México (CDMX), la oferta variada del transporte público dificulta la definición de un promedio fijo.

Oaxaca se ubica entre las cinco entidades donde la población gasta diariamente 35.80 pesos en promedio en transporte urbano, mientras que la media nacional es de 32 pesos; el gasto-promedio más bajo corresponde a la CDMX, con 17.30 pesos, según Claudina de Gyves Mendoza, titular de la Semovi de Oaxaca.

 

Sin esperanza de mejora

El actual gobierno de Oaxaca no ha mostrado ningún interés en mejorar la infraestructura del sistema de transporte urbano o renovar las unidades, ni capacitar a los conductores; únicamente activó el Citybus, cuya oferta de servicio es ínfima.

Si bien es cierto que hasta ahora el gobierno del estado se ha negado a incrementar la tarifa de pasaje vigente, también ha resultado incompetente para imponer la aplicación mínima de la legislación de movilidad, porque permite que los concesionarios operen con carcachas del siglo pasado.

“En este gobierno se hace frente a los retos y desafíos de la zona metropolitana, donde el desarrollo urbano planificado, la movilidad y el transporte público son temas de primer orden para impulsar mejores servicios y el desarrollo del estado (…) un mejor transporte público es un componente de la justicia, la inclusión, la igualdad, la seguridad y el bienestar de Oaxaca”, son los compromisos del actual gobernador oaxaqueño en el renglón de movilidad ciudadana, pero se han quedado en palabras.


Escrito por Miguel Maya Alonso

Colaborador. Obtuvo mención honorífica en el Premio Nacional de Periodismo 2022, con la investigación "Amapola en Oaxaca, sembradores en la niebla".


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