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El soneto en lengua española ha recorrido un camino tan largo desde su trasplante de la dulce lengua del Petrarca, que no hay casi un poeta que haya resistido la tentación de probar su filo en la forma culta por excelencia. Metapoesía, versos con dedicatoria para otros poetas –vivos o muertos–, juegos de ingenio o humoradas, el soneto ha sido el corsé favorito para abordar todos los temas, desde las pequeñeces cotidianas hasta profundos planteamientos filosóficos o de sátira política.
Y si de los 14 melodiosos endecasílabos se habla, es obligado remitirse a la sucinta clase de preceptiva literaria impartida hace cuatro siglos –burla burlando– por Lope de Vega en su famoso “Un soneto me manda hacer Violante”, originalmente inserto en la comedia La niña de plata, muy al gusto de la época. Es cierto que encerrar un poema dentro de otro poema no es un invento del Monstruo de la naturaleza y que el que ahora conocemos como Soneto de repente fue compuesto a imitación de otros preexistentes, especialmente en italiano; pero la perfección, musicalidad, completud y gracia que le diera Lope a su criatura la convirtió en modelo de un nuevo tipo de composición: el fascinante soneto sonetil, que de ninguna manera puede ser, como a veces se insinúa, producto de la improvisación y la prisa (signo de nuestro tiempo), sino de un concienzudo trabajo de orfebrería del idioma.
Cada cierto tiempo, los versos escritos a petición de Violante resucitan para provocar reacciones de todo tipo, desde las que elogian el ingenio de su autor, las que intentan responder a nombre de la musa, hasta las que se dejan atrapar por la imbricada malla de circunstancias –imaginarias o no– detrás del conocido soneto.
Es el caso del soneto Violante, de la española Rosa Chacel Arimón (Valladolid, 1898 – Madrid, 1994), admiradora de la poesía del Siglo de Oro. Desde el exilio español, y siendo una de las numerosas mujeres de la Generación del 27 que no están suficientemente representadas en antologías y estudios literarios, la poetisa se ocupa de la figura femenina real detrás de la musa y se pregunta quién fue Violante, si es sólo una creación de la privilegiada mente del gran Lope, un simple nombre eufónico para rimar en el primer cuarteto, un barroco juego de espejos, prodigiosa relojería poética; o si fue una mujer de carne y hueso, mortal, capaz de inspirar pasiones y de pensar por sí misma, y que fue inmortalizada de repente.
¿Por qué Violante le mandó al poeta
fabricar un soneto, al tan amante,
al tan ardiente vate, al incesante
de amoríos y enredos exegeta?
Y aún más, ¿cómo era ella, fue coqueta,
fue caprichosa o sólo fue Violante
como la pura ley del consonante,
fatal, inmarcesible rima neta?
¿Fue verdadera, como el germen real
que la impensada cópula del hombre
en el SER deposita, viva almendra?
¿Radiante cría fue del inmortal
soneto, circulando por su nombre
la sangre excelsa que la idea engendra?
Es conocido por su narrativa de terror y su maestría en el relato de influencia gótica; se le considera uno de los grandes maestros de la literatura universal y padre del género detectivesco.
En esta ocasión transcribimos fragmentos del Romance de Don Quijote de la Mancha (El último capítulo), obra del poeta yucateco José Peón Contreras (1843-1907).
Es poetisa, narradora, novelista Y autora de libros para niños. Sus poemas reunidos en "El nombre del pájaro" abordan la vida del pueblo con crudeza y franqueza, sin la romantización habitual de este tema.
La condena al imperialismo, la denuncia de sus atrocidades y calumnias contra la URSS, así como la certeza del fin del capitalismo son la esencia del poema "Yo canto a Lenin".
Uno de sus críticos decía de él: “fue la antorcha de la poesía revolucionaria vietnamita durante la primera mitad del Siglo XX.
Poeta palestino nacido en Boquai’a, de la alta Galilea, una aldea que no está reconocida oficialmente.
Revolucionaria ejemplar de la Guerra Civil, María Silva Cruz inspiró diversas obras, entre las que destaca el Romance de «La Libertaria», de la poetisa y periodista Lucía Sánchez Saornil.
Los artistas, y especialmente los escritores, vuelven a menudo sobre sus pasos, evocan la calle de su infancia, la casa paterna, a los familiares más queridos.
Escritor, ilustrador y artista conocido por su poesía nonsense y sus Limerick.
Ha publicado unos cuarenta libros de poesía, ensayo y narrativa.
Fue uno de los mayores exponentes de la Harlem Renaissance de los años veinte.
Ha recibido numerosos premios literarios importantes, incluyendo el Premio de Literatura Contemporánea y el Premio de Poesía Kim Su-young.
“¡La gente se extraña cuando entiende la poesía! Es un prejuicio: se piensa que la poesía es incomprensible [...] yo pertenezco a la zona de la poesía-que-se-entiende”, sostiene el poeta, periodista y crítico argentino Eduardo Ángel Romano.
Es poeta, traductor y autor de ensayos, líder de la generación joven de intelectuales de Bielorrusia.
En esta edición escogimos dos poemas para honrar la memoria del político y revolucionario aplicando la teoría a una acción práctica, más que loas y cantos, recordar a Lenin implica una constante labor por la liberación de los oprimidos del mundo.
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Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.