El río Atoyac es uno de los más sucios de México; y pese a los riesgos de contaminación ambiental y problemas de salud que ha provocado sobre comunidades cercanas, los gobiernos estatales y municipales lo han omitido y no actúan para sanearlo. 

 Actualmente, el Gobierno Federal se ha comprometido a rescatar el río Atoyac en colaboración con los gobiernos estatales de Puebla y Tlaxcala, así como los municipales; sin embargo, los activistas consideran que serán insuficientes los seis años de gobierno para limpiarlo al 100 por ciento luego del abandono que ha sufrido por sexenios. 

Según las estimaciones de activistas, en un periodo de 10 años podría iniciarse el saneamiento de la cuenca, sin embargo, se necesita homologar las reglas para las descargas de las empresas, así como la creación de un organismo que controle las acciones para sanear el río y que se genere un plan maestro para recuperarlo. 

El activista Francisco Castillo Montemayor aseguró que el Atoyac debería dar beneficios ambientales y, en contraste, se convirtió ya en un gran riesgo para la población, al grado de ponerla al borde de la muerte. 

“La actividad humana, industrial, empezó a actuar de tal manera que esos beneficios se convirtieron actualmente en un grave riesgo para la salud, el desarrollo, la flora, fauna, vida acuática, la agricultura para todos. En este momento algo que debería ser un beneficio o unidad ambiental, que nos diera beneficios ambientales, representa un grandísimo riesgo”, alertó. 

Advirtió también que el resguardo de la cuenca debe conformar un programa de desarrollo regional, porque intervienen factores como el desarrollo forestal, un plan agrícola, uno industrial, y otro de manejo de la cuenca, aguas superficiales y subterráneas. 

Verónica Mastretta, presidenta de la Asociación Civil Dale La Cara Al Atoyac, explicó que si el río fuera una persona estaría al borde de la muerte, sufriría paros respiratorios varias veces al día y una parte de su cerebro moriría en cada paro, dejando secuelas irreversibles en su organismo, mientras sus riñones e hígado estarían al borde del colapso por la cantidad de metales pesados imposibles de procesar; tendría el sistema digestivo infestado de parásitos y cisticercos en el cerebro e hígado y sus venas tapadas por las grasas. 

Sin embargo, reveló que la diferencia entre las personas y los ríos radica en que los segundos pueden ser resucitados siempre y cuando haya voluntad en la sociedad civil y los gobiernos para actuar por su recuperación.  

El río Atoyac y sus dimensiones 

El río Atoyac mide 200 kilómetros cuadrados. Nace en la sierra Nevada del estado de Puebla, desciende y se interna al suroeste de Tlaxcala, hasta descargar sus aguas en la presa de Valsequillo. 

El Diagnóstico de la calidad del agua del río Atoyac y sus Afluentes, editado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) establece que el Atoyac es el más contaminado de México, luego de que los desechos industriales y municipales son vertidos ilegalmente. 

El informe precisa que el río está contaminado principalmente por materia orgánica, sólidos suspendidos, nutrientes, tóxicos orgánicos, bacterias y color, por lo que no se han logrado las metas de calidad del agua establecidas hace años en la Declaratoria de Clasificación. 

Explicaron que, para alcanzarlas, deben establecerse condiciones particulares de descarga; por lo que los usuarios, deben construir, ampliar o modificar sus plantas de tratamiento para cumplirlas. Especialistas estiman que diariamente se lanzan 146 toneladas de materia orgánica en promedio, 62.8 toneladas de sólidos suspendidos y 14 kilógramos de metales pesados al río. 

El gobierno de México precisó que el río cruza por 11 municipios de Puebla como Tlahuapan, San Matías Tlalancaleca, San Salvador el Verde, San Martín Texmelucan, Huejotzingo, San Miguel Xoxtla, Coronango, Cuautlancingo, San Andrés Cholula, Ocoyucan y la ciudad de Puebla. 

Sin embargo, activistas aseguraron que el Atoyac realmente pasa por 22 municipios del estado y su contaminación afecta a más de dos millones 300 mil pobladores de Puebla, mientras que en Tlaxcala pasa por siente municipios como Tepetitla de Lardizábal, Nativitas, Tletlahuaca, Zacatelco, Xicotzingo, Papalotla de Xicohténcatl y Tenancingo. 

Urge regular descargas de industrias 

Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés, afirmó que las industrias contaminan más al río, por lo que deben encargarse de sus desechos y sus descargas que, por otro lado, no deben costearse con presupuesto público ni gubernamental. Previeron que lucharán por justicia social y ambiental, pues el verdadero problema del río se gestó desde la industria. 

El informe Situación, peligros ambientales y acciones para reducir el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) de 2023 señala que en la Cuenca del Alto del Atoyac hay mil 587 industrias pequeñas, medianas y grandes; a las microempresas se suman un total de 26 mil 586 unidades económicas, de las cuales el 76 por ciento se localiza en la región de Puebla. 

Las industrias son mayoritariamente textiles, metalúrgicas, productoras de plástico e industrias de alimentos. En total, abarcan el 84 por ciento de las industrias establecidas en la cuenca. 

Los investigadores precisaron que los municipios más industrializados en la región poblana son Puebla, Cuautlancingo, Huejotzingo, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Amozoc, San Martín Texmelucan, San Gregorio Atzompa y Coronango. 

Y en Tlaxcala son Apetatitlán de Antonio Carvajal, San Pablo del Monte, Papalotla de Xicohténcatl, Tetla de la Solidaridad, Tlaxco, Chiautempan, Apizaco, Tlaxcala, Santa Isabel Xiloxoxtla, Teolocholco, Xicohtzinco, Tzompantepec, Contla de Juan Cuamatzi e Ixtacuixtla de Mariano Matamoros. 

Mientras, en San Miguel Xoxtla en Puebla, y Yauhquemehcan, La Magdalena Tlaltelulco, Santa Cruz Quilehtla, Tepetitla de Lardizábal y Xaloztoc, en la región de Tlaxcala, hay grandes industrias que contaminan el río. 

Un riesgo para la salud de los pobladores  

La Cuenca del Alto del Atoyac está catalogada como una región de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA) establecida por un informe del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la Universidad Iberoamericana Puebla y el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente. 

Los activistas han denunciado que en esta región se registra un alto número de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). Algunas de ellas son cáncer, insuficiencia renal, afecciones cardiovasculares, pulmonares crónicas y diabetes. 

“Entre los factores de riesgo de las ECNT se encuentran los ambientales, como las sustancias químicas en el ambiente, las cuales se han incrementado considerablemente en la Cuenca del Alto del Atoyac durante las últimas décadas debido al crecimiento industrial y al uso de agrotóxicos. 

Explicaron que los contaminantes químicos pueden inducir la aparición de cáncer, como el benceno, emitido a la atmósfera en grandes cantidades sobre la zona por la industria automotriz. 

“Cuando las industrias descargan aguas residuales cargadas de compuestos orgánicos volátiles, como el benceno, éstos se convierten rápidamente en gas, pasando del agua a la atmósfera. De manera que las personas que viven cerca de las descargas residuales y de los ríos contaminados se exponen crónicamente a estas sustancias cancerígenas al respirar”, indican las investigaciones. 

Compuestos mutagénicos y teratogénicos, entre los que se encuentra el plomo y el mercurio, son liberados por las metalúrgicas y las industrias de agroquímicos, causando malformaciones congénitas. 

La Secretaría de Salud de Puebla difundió que el contacto con un afluente contaminado puede desencadenar dolor de cabeza intenso, náuseas, fiebre repentina, mareos, vómito, dolor abdominal, enrojecimiento o irritación de la piel. 

Además, puede causar enfermedades como cólera, fiebre tifoidea, ascariasis, amebiasis, hepatitis A, esquistosomiasis, legionelosis, retraso en el crecimiento, desnutrición, dificultad para embarazarse, dolores de cabeza, pérdida de la audición y de habilidades, entre otras afecciones. 

Si bien las personas en mayor riesgo de contraer estas enfermedades son los trabajadores de las empresas, también corren peligro los pobladores que habitan en las inmediaciones del río. 

“La calidad ambiental es un factor determinante para la salud, porque el ser humano pertenece al ecosistema y está interconectado. No se puede dejar de respirar e impedir que entren los contaminantes al sistema respiratorio. Y las personas que viven en un entorno contaminado inhalan a diario, semanalmente y año tras año, las partículas suspendidas en el aire y las sustancias tóxicas pasan a la sangre mediante los alvéolos pulmonares, que representan un factor de riesgo para enfermedades crónicas a largo plazo”, puntualiza el informe. 

Las investigaciones reportan que la población de la cuenca es la más vulnerable porque desconoce qué tipo de contaminantes y en qué cantidades están en el aire que respiran, en los alimentos que consumen y en el agua que llegan a ingerir ellos o sus animales. Además de que no hay apoyo y atención de las autoridades, que no controlan los contaminantes emitidos por las industrias al suelo, agua y aire. 

Tlaxcala: con más casos de insuficiencia renal crónica 

Andrés Barrera Marín, coordinador ejecutivo de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronace) y Agentes Tóxicos y Procesos, aclaró que Tlaxcala es el estado con mayor número de casos de insuficiencia renal crónica causada por la contaminación del afluente, de acuerdo con investigaciones que aseguran que México se ha colocado como el país con el más alto número de casos en el mundo. 

El Conahcyt informó que en las regiones de Tlaxcala, integradas por la Cuenca del Alto Atoyac, la tasa de mortalidad por enfermedad renal crónica (ERC) en personas entre 15 y 49 años va de 1.2 a 4.7, cifra mayor a la media nacional. 

Los municipios tlaxcaltecas localizados al oriente de la Cuenca, entre ellos Acuamanala de Miguel Hidalgo, Mazatecochco de José María Morelos, San Francisco Tetlanohcan, Teolocholco, Papalotla de Xicohténcatl y Tenancingo muestran elevadas tasas de mortandad por enfermedades renales debido a los altos niveles de contaminación por compuestos orgánicos sintéticos detectados en el río.  

Estudios realizados por los investigadores revelan que más del 50 por ciento de la población está expuesta a agentes tóxicos como arsénico, malatión, glusosinato, glifosato y picloram. 

Leucemias agudas, un problema de Puebla y Tlaxcala 

Municipios como Ocoyucán, Coronango, Juan C. Bonilla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y Puebla, así como municipios de Tlaxcala como Papalotla de Xicohtencatl y Tenancingo presentan tasas elevadas de mortalidad por leucemias agudas en personas de 0 a 19 años, luego de que el río reportara niveles altos de metales y arsénico. 

El 41 por ciento de los casos de leucemia aguda en menores de 19 años registrados en Tlaxcala y Puebla pertenecen a pobladores de la Cuenca Alta del Atoyac; y el 58 por ciento son de alto riesgo. 

“Los metales pesados se comportan diferente porque no cambian de estado físico ni se transforman. Y cuando estos elementos se vierten en los ríos, se transportan a otros lugares con las corrientes, contaminando los suelos y las plantas”, señala el informe conjunto del Conahcyt y la Universidad Iberoamericana Puebla. 

Prometen recuperación 

Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo protestó al cargo, aseguró que uno de sus objetivos de gobierno sería depurar el río Atoyac. 

Declaró también que se realizarían obras de restauración ecológica cercanas al río, construcción y rehabilitación de plantas de tratamiento y colectores; además, se instalarían líneas para el reúso del agua, así como un sistema de monitoreo de la calidad del agua. Al proyecto se sumó el gobernador Alejandro Armenta Mier, quien señaló que sería un objetivo de su administración. 

Pese a las intenciones del actual gobierno, Armenta Mier lamentó que en 2024 se hubieran perdido 400 millones de pesos para el programa de mantenimiento y rehabilitación de plantas tratadoras de agua luego de que se impidió la construcción de una planta tratadora de agua en Huejotzingo. 

A finales de 2023, los habitantes de Santa Ana Xalmimilulco se opusieron a la construcción de la planta tratadora de agua y se enfrentaron a policías tras el bloqueo del tramo que atraviesa la autopista Puebla-México. Por ello, el entonces gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina canceló el proyecto y la Conagua castigó a Puebla sin recursos para el 2024. El actual mandatario estatal advirtió que a quien anteponga un tema personal o interés político por encima del saneamiento del agua, le dejará caer el peso de la ley.  

Esperanza de saneamiento del río  

Sin embargo, los activistas aseguraron que les darán el beneficio de la duda luego de que, por años y diferentes gobiernos, han negado la contaminación del río y sus consecuencias en salud, economía, cultura y tradiciones de la gente. 

Aseguran que recuperar el Atoyac significa recobrar la historia tlaxcalteca y que su rescate dará salud tanto a los pobladores de ambas entidades como un respiro a la naturaleza. 

“En la época colonial y en el Siglo XIX se reconocía que el Atoyac era caudaloso, que favorecía la producción del maíz y el trigo mediante el riego. Se le llegó a comparar con el río Nilo por su gran caudal y la fertilidad de los sedimentos que arrastraba. Se sabe que en él habitaban las nutrias o perros de agua”, sostiene la organización Luchamos por un Atoyac con vida. 

La titular de la Asociación Civil Dale La Cara Al Atoyac apuntó que la diferencia actual con respecto a otros intentos de saneamiento consiste en que se efectúan mesas de trabajo no sólo incluyendo a funcionarios de gobierno, sino investigadores y académicos. 

En la medida en que se concreten los proyectos y puntos de acuerdo en las mesas de trabajo, será más fácil la recuperación del Atoyac, concluyó.