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PAN - PRD colapso postelectoral 
Quienes presuntamente buscan rescatar de la crisis al PRD y PAN, son los mismos que mantenían el control y empujaron a la debacle en julio pasado
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Quienes presuntamente buscan rescatar de la crisis a los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN) son los mismos que mantenían el control de sus respectivas estructuras y los empujaron a la debacle en las elecciones federales de julio pasado. Por ello, entre la lluvia de cuestionamientos y protestas internas en su contra, resalta la denuncia de que los actuales “salvadores” del panismo y el perredismo solo aspiran a mantener en sus manos el financiamiento público, los empleos estatales y las candidaturas a puestos de elección. 

El grupo del excandidato presidencial Ricardo Anaya Cortés se reforzó con el poder económico del exgobernador poblano Rafael Moreno Valle y con el bloque de 12 gobernadores panistas en funciones. Los dirigentes perredistas de Nueva Izquierda (NI), la corriente conocida como Los Chuchos, encabezada por Jesús Zambrano y Jesús Ortega, proyectaban desaparecer al PRD con el propósito de construir otro partido en 2019. 

Los mismos sujetos que impulsaron la alianza con la que pretendían derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI), corrieron una suerte parecida frente a la avalancha electoral del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). 

 Anaya contra Gómez Morín 

En agosto, apenas un mes después de su derrota, Anaya Cortes se reincorporó a la actividad partidaria en busca de refrendar su control sobre la estructura del PAN, aliado con los gobernadores panistas. Su candidato a dirigente nacional en la elección interna, programada para el 11 de noviembre, es el michoacano Marko Antonio Cortés Mendoza quien, aunque en la campaña éste trató de deslindarse de Anaya, su vinculación con el excandidato es más que evidente. 

Manuel Granados

En 2015, tras obtener la presidencia nacional del PAN, Anaya nombró a Cortés Mendoza coordinador de los diputados federales de su partido, en cuya legislatura 2015-2018 también era diputado federal plurinominal, es decir, que fue electo por lista y sin hacer campaña formal. Cortés había sido el coordinador político de la campaña de Anaya en la pugna por la jefatura nacional panista. 

Salvador Reding Vidaña, un panista de larga trayectoria, miembro del grupo de análisis interno “Plumas Azules de Acción Nacional”, dijo a buzos: “Marko es parte del grupo de poder de Ricardo Anaya, definitivamente; él dice que no, que se deslinda, pues no; sí es parte de ese grupo. Ahora, ¿qué tanto poder tiene actualmente Anaya en el PAN? Pues se quedó un poco atrás de Rafael Moreno Valle (exgobernador de Puebla, ahora senador por esa entidad). La idea es que llegue a la dirigencia nacional y nombre a Moreno Valle coordinador en el Senado. 

“La asociación con los gobernadores viene por otro lado. Éstos le deben mucho a Ricardo Anaya y al grupo que maneja el PAN; entonces ellos están apoyando abiertamente a Marko y lo hacen porque tienen un interés. Desgraciadamente en todo esto, desde hace años, lo que se está moviendo mucho en la política interna es el control del dinero; son muchos millones de pesos que se manejan. Ha sido evidente que a Marko lo ha respaldado mucho dinero. Se necesita dinero para viajar; hay que recorrer la República, conseguir gente que ayude a conseguir las firmas (28 mil para el registro como candidato) y luego para la promoción del voto, y Marko ha tenido todo el que ha necesitado, a diferencia de Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del partido y su único adversario, porque su equipo de campaña no lo tiene”, explicó Reding a este semanario. 

Por separado, el exaspirante a la dirigencia nacional, José Luis Espinosa Piña, dijo a buzos: “Los gobernadores tienen fuerza temporal, porque dan chambas; si no dieran chambas, los gobernadores no tendrían ese poder. Por supuesto que cuando la gente da trabajo tiene poder; pero no es un poder real, de convicción, de mover conciencias y corazones; no es un poder que provenga de la identificación mística con valores y principios; por lo tanto, es un poder muy temporal, muy frágil”. 

Hubo otros interesados en ocupar la dirigencia nacional, pero aparentemente no les alcanzó el dinero y se fueron quedando en el camino. Entre ellos estuvo Francisco Búrquez, Juan Carlos Romero Hicks, Ernesto Ruffo Appel, Espinosa Piña, Roberto Gil Zuarth, Jorge Luis Preciado y el exsenador Héctor Larios. Éste último inicialmente se declaró aspirante a la dirigencia, pero luego apareció como aspirante a la secretaría general en la planilla encabezada por Rafael Moreno Valle, la cual después se desmembró. En la repartición de premios de consolación, Romero Hicks fue convertido en coordinador de los diputados federales del PAN y Larios colocado como aspirante a la secretaría general en la planilla encabezada por el anayista Marko Cortés. 

Marko y Anaya

“Yo estuve compitiendo por la dirigencia junto con Ernesto Ruffo; como no pudimos reunir las 28 mil firmas requeridas, porque nadie podía reunirlas y ésas reglas fueron hechas para propiciar que solo hubiera un candidato, entonces, juntamos fuerzas y sumamos firmas para que Manuel Gómez Morín se registrara”, informó José Luis Espinosa a este semanario. Sobre el partidista volcado en favor de Marko Cortés, explicó: “Nosotros entendemos, porque así fuimos formados, en la vieja guardia del PAN, que la política solamente tiene un propósito: construir el bien común. Ahora, estos amigos están construyendo el bien individual y grupal; pero el bien común es otra cosa, exige amplitud de miras, exige preparación: no la tienen; exige transparencia: no les gusta; exige definición: sus definiciones son ambiguas”. 

El control anayista sobre la estructura del PAN se consolidó con la toma de posesión de Ricardo Anaya el 22 de agosto de 2015 como dirigente nacional del PAN, el nueve de diciembre de 2017 dejó el puesto para convertirse en candidato presidencial, heredando la posición política a un miembro de su equipo, Damián Zepeda Vidales, que la ejerció hasta el 25 de agosto de 2018, apenas unos días antes del inicio de la 64 Legislatura del Congreso, el 1º de septiembre pasado, cuando asumió una senaduría, dejando como encargado del PAN a otro anayista, Marcelo Torres Cofiño, su secretario general, quien a su vez se encargó de designar a su exjefe Damián Zepeda como coordinador de los 22 senadores del PAN y de los 80 diputados federales al guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks 

Se desmorona el PRD 

La corriente NI controla al PRD desde 2008, año en que Guadalupe Acosta Naranjo tomó la dirigencia nacional de manera interina y con ésta la gestión de Jesús Ortega (2008 y 2011). Más tarde estuvo Jesús Zambrano (2011-2014); Carlos Navarrete de 2014 a 2015; Agustín Basave de 2015 a 2016; Beatriz Mojica en 2016; Alejandra Barrales de 2016 a 2017, año en que dejó el puesto para tomar la candidatura de la alianza PAN-PRD a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, siendo sustituida por Manuel Granados Covarrubias, quien mantuvo el cargo hasta el 22 de octubre, cuando renunció por orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) del 12 de octubre, emitida en respuesta a la gestión de un ciudadano, que por segunda ocasión ordenaba la realización de una elección formal de dirigente nacional en un plazo no mayor a 60 días. 

Una vez que el chuchista Manuel Granados fue obligado por el TEPJF a dejar el cargo, NI colocó en su sitio a su secretario general, Ángel Dávila Romero, encargado a su vez de convocar a una reunión del Consejo Nacional que el 21 de octubre decidió retrasar la aplicación de la elección de dirigente nacional a fin de realizar primero el XV Congreso Nacional Extraordinario los días 17 y 18 de noviembre próximos, en cuyo marco se habrá de decidir la ruta que el desinflado partido izquierdista deberá tomar con base en elegir varias opciones: su refundación con cambio de nombre, emblema, documentos básicos o, como quieren Los Chuchos, desaparecerlo para crear un partido de corte eminentemente socialdemócrata o, en el último de los casos, imponer un nuevo dirigente nacional del mismo partido. 

Los chuchos y Anaya

La doctora María Eugenia Valdez Vega, investigadora y analista política de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), comentó a buzos: “Me llama la atención que no hagan caso, no tengan comprensión del tamaño del problema que tienen, porque es grave; pero tengo la impresión de que no están muy conscientes de eso. En el caso del PAN, es un partido más institucionalizado, siempre lo ha sido, es más antiguo que el PRD. Me parece que puede ser más fácil la recomposición del PAN que la del PRD. En el caso del PRD volver a sus orígenes es imposible, porque la base de la izquierda que lo fundó en 1989 ya se fue a Morena y esto comenzó con la salida de AMLO del PRD. Las alianzas con el PAN y con el PRI (Pacto por México, elecciones 2018) hicieron mucho daño. Fue un grave error. El PRD incluso cedió principios de la izquierda en la plataforma que diseñó con el PAN. Ya no podrían volver a atraer a la base militante; las raíces históricas no se pueden inventar”. 

Debido a los negativos resultados de su estrategia, los ambiciosos dirigentes cupulares de ambos partidos enfrentan ahora una mayor resistencia de parte de los liderazgos que buscan reestablecer los principios y motivaciones políticas que originalmente dieron origen al PAN y al PRD, que se ha desvirtuado a causa de los errores de sus cúpulas, que impusieron objetivos, rutas y recetas equívocas que en julio pasado los llevaron al fracaso. 

La exdiputada federal y exmilitante del PRD, Socorro Ceseñas Chapa, dijo a este semanario: “Fui fundadora del PRD (en 1989), no estuve en otro partido. El PRD se fue alejando cada vez más de la declaración de principios que le dio origen. Poco a poco se fue minando al partido, sobre todo en su línea política; en ocasiones recientes, en la alianza con el PAN, la cual yo no compartí. Lo hicieron para ganar territorios. Son alianzas que no compaginan con los programas de gobierno de unos y de otros. El inicio de este final fue comprometerse en el Pacto por México (para la aprobación de 11 reformas estructurales) al inicio del sexenio de Peña Nieto, con el PAN y el PRI. Fue un grave error. Fue el principio de lo que ahora es el PRD. Para rematar hicieron una alianza con el PAN para apoyar la candidatura presidencial de Ricardo Anaya, cediendo inclusive en la plataforma electoral que fue registrada en temas cruciales que el PRD defendió siempre. 

“Ojalá se tome lo que queda del PRD y sea refundado, pero lo veo muy difícil… Quienes aún están en el PRD y tienen el objetivo de regresar al partido a sus orígenes, están en la posición correcta, pero si no hay conciencia de quiénes controlan al partido (Los Chuchos), y si no se logra este objetivo, el PRD terminará siendo un partido satélite (pequeño, necesitado de aliarse con quien sea para sobrevivir) como muchos otros”, afirmó. 

División interna panista 

De cara a la elección del dirigente nacional, programada para al 11 de noviembre, los llamados doctrinarios del PAN, representados en la contienda interna por Manuel Gómez Morín, se enfrentaron al aparato partidista anayista representado por Marko Antonio Cortés, a quien exhibieron como el continuador de Anaya. Los adversarios del anayismo se propusieron devolver su identidad al PAN, con base en suspender sobre todo las decisiones cupulares. 

El exdiputado federal panista y exaspirante a dirigente nacional, José Luis Espinosa, afirmó a este semanario que “si el PAN no regresa a lo que fue, el PAN ya no es útil ni le sirve a México, y estará clínicamente muerto”. Explicó: “Ellos solamente están pensando en resultados electorales, nosotros estamos pensando en la transformación de México. ¡Claro que ganar elecciones es importante! Pero más importante es la construcción del país; la construcción de la nación, la alternativa de ciudadanos para lograr los equilibrios que a esta nación le urgen, equilibrios a los excesos de poder”. 

En el debate que sostuvieron Cortés y Gómez Morín el 24 de octubre, el primero se esforzó en deslindarse de Anaya, a quien criticó sus decisiones como dirigente nacional, su autoimposición como candidato presidencial y el establecimiento de la alianza electoral con el PRD y el Movimiento Ciudadano en la elección presidencial. El 18 de octubre, la comisión organizadora de la contienda interna ordenó el retiro del anuncio de Gómez Morín, en el cual señalaba que Marko Cortés habría recibido 70 millones de pesos de empresarios para financiar su campaña en busca de la candidatura del PAN a la gubernatura de Michoacán en 2011. Gómez acusó de haberlo censurado a la coordinadora de la contienda, Cecilia Romero, por la suspensión de su mensaje en medios electrónicos. 

El ex candidato

Nueva Izquierda liquida al PRD 

El proyecto de NI de cambiarle el nombre al PRD, a fin de aparentar que es otro partido, solo ha generado confusión en sus militantes de base y simpatizantes. 

Los Chuchos se les está cayendo financieramente el PRD y están buscando alternativas. El Instituto Nacional Electoral (INE) impuso multas por 125 millones de pesos debido a irregularidades detectadas en la campaña presidencial de 2012 (López Obrador fue su candidato presidencial) y la anticipada caída de los ingresos federales, porque en julio pasado, obtuvieron solo el cinco por ciento de la votación, lo cual representó la disminución del 50 por ciento del financiamiento público que recibía. El anuncio de la desaparición del partido impulsó un movimiento de protesta de los miembros de la Unión de Trabajadores del PRD en defensa de su Contrato Colectivo y en previsión de su despido. 

El 13 de octubre, sin mediar determinación colegiada, Jesús Zambrano anunció la desaparición del partido en una entrevista concedida a un diario capitalino. Adelantó, incluso, que se formaría otro partido en 2019, utilizando el registro perredista;  para reforzar su dicho, aseguró que en ello estaban de acuerdo “diferentes liderazgos del partido”. Zambrano reconoció errores y hasta dijo asumir responsabilidad en el derrumbe electoral del PRD, pero luego dijo que de todos modos el PRD ya cumplió su ciclo de vida. 

También hay liderazgos perredistas inconformes con el plan chuchista. El 17 de octubre, la dirigencia estatal del PRD, encabezada por Alfredo Trejo Campos, apenas electo el 19 de septiembre, rechazó la propuesta de aniquilación del partido y exigió la renovación efectiva del Comité Ejecutivo Nacional, dominado por la cúpula de NI. Previamente, el 13 de octubre, el dirigente perredista mexiquense, Omar Ortega Álvarez, calificó de “tremendo error” el posible cambio de nombre y logotipo. “Es una tomadura de pelo a nuestra militancia, es una falta de respeto a quienes dieron su vida por estos colores”, aseveró. 

Historia de un tenebroso plan 

Los Chuchos, grupo dominante en el PRD, se niegan a aceptar la restauración de las ideas básicas de las corrientes comunistas y socialistas que participaron en el origen del PRD en 1989. Tanto Zambrano como Ortega, pertenecieron a estas corrientes; pero ahora, mientras toman cierta distancia del PAN, se acercan al Instituto Nacional Demócrata (IND), dirigido por Madeleine Albrigthexsecretaria de Estado del presidente William Clinton, tentáculo político internacional del Partido Demócrata de Estados Unidos. También lo hacen con la Fundación Friederich Ebert (FFE), promotora socialdemócrata alemana creada en 1925 con el objetivo de contrastar al comunismo triunfante con la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, promulgando en cambio una revolución con valores de “libertad, igualdad y solidaridad”, propios de la revolución burguesa de Francia de finales del siglo XVIII. 

La FFE se instaló en 1969 en México, mediante su constitución como think-thank (tanque de pensamiento), es decir, como una agencia de presión política “ciudadana” o corporativo para incidir en la política local. En España, la FFE financió la reestructuración del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a partir de 1975, a cambio de que éste modificara su perfil comunista. Con base en su financiamiento y “asesoría”, el PSOE consiguió el control de la izquierda española, desplazando al comunismo español, implantando una socialdemocracia amigable con el control financiero mundial. En 1982, este partido creció de tal forma que alcanzó –temporalmente– el gobierno de España. La operación fue dirigida por el Partido Socialdemócrata alemán, entonces encabezado por Helmut Schmidt, presidente de la Alemania proyanqui entre 1974 y 1982. 

El 27 de octubre, el PRD echó a andar los foros de análisis sobre su futuro con el tema El futuro de la democracia mexicana. En la inauguración, Arcadio Sabido, director ejecutivo del Instituto de Formación Política, afirmó que el PRD se propone convertirse en el más importante partido de la izquierda social en México, con el fin de hacer contrapeso al partido que pretende ser único, haciendo referencia histórica al antiguo PRI monopólico y al actual Morena, con parecido dominio político. Habló también Hans Mattiurepresentante de la FFE, Alexis Guillén, del National Democratic Institute (NDI) en México y Ricardo Becerra, del citado IETD.  

 

 


Escrito por Martín Morales


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