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En marzo del presente año se llevó a cabo la Convención Nacional Bancaria Número 86, en Mérida, Yucatán. En dicho evento, varios expositores, jefes de distintos bancos, pronosticaron una gran oportunidad para el crecimiento de la economía mexicana por la llegada de una gran cantidad de inversión extranjera directa (IED), causada por el proceso de nearshoring. Lo mismo auguraron varios funcionarios públicos cuando la empresa Tesla anunció que realizaría una importante inversión en México.
El nearshoring puede entenderse como un proceso de relocalización de las actividades productivas de las empresas en países cercanos a sus clientes, ya sea que éstos últimos sean consumidores finales o que sirvan como insumos en las partes siguientes en la cadena productiva. Este fenómeno, dicen los investigadores, fue causado por las políticas proteccionistas impulsadas por Estados Unidos (EE. UU.) en 2017, como la imposición de aranceles a China, y por la búsqueda de mayor estabilidad en las cadenas productivas, que se vieron afectadas por el freno de las cadenas de suministro durante la pandemia.
Para resolver ambos casos, México se presenta como un lugar estratégico donde colocar las empresas extranjeras, cuyos productos están destinados al mercado norteamericano. En primera porque nuestro país forma parte del tratado comercial con EE. UU. y Canadá (T-MEC), que lo exime de pagar altos aranceles y le brinda otros beneficios en cuanto a comercialización de sus productos. Y en segundo lugar por la cercanía geográfica que tiene con EE. UU.
Sin embargo, el que empresas extranjeras busquen situarse en México no es algo nuevo. Desde tiempo atrás, las empresas extranjeras, principalmente maquiladoras, decidieron instalarse en la frontera norte con EE. UU. por las ventajas que representaba el T-MEC (antes TLCAN) y los beneficios particulares que obtenían con ello, como la libre importación de insumos y componentes con bajos aranceles, la cercanía geográfica con EE. UU. y los bajos salarios; esto se conoce como onshoring. Incluso, desde 1965, se puso en práctica el Programa de Industrialización de la Frontera Norte (PIF), que permitía importar insumos y maquinarias sin pagar aranceles; y esto fue acompañado por políticas de EE. UU. que permitían importar productos mexicanos sin costos arancelarios.
Adicionalmente, cuando en México se implementó el modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), las empresas maquiladoras en la frontera norte escapaban a las restricciones que tenía la inversión extranjera en otros sectores de la producción. Posteriormente, con el acatamiento del Consenso de Washington, las pocas restricciones a la IED que quedaban se fueron eliminando por completo. Es decir, pues, que México desde siempre ha tenido esa supuesta “ventaja” de ser receptor de IED; incluso, desde 2004 ha figurado entre las 25 economías más atractivas para este tipo de inversión.
La cuestión reside, entonces, en que la inversión extranjera que se ha establecido en territorio nacional no ha generado avances importantes en el desarrollo industrial de la economía mexicana. Por tanto, el que este tipo de inversión se esté incrementando no garantiza el impulso del crecimiento económico y el desarrollo de la industria. La política del Gobierno Federal no se puede limitar a atraer IED y dejar que el mercado genere este desarrollo tan anhelado, puesto que los hechos han demostrado que esto no va a ocurrir; sino que debe complementarse con una política industrial impulsada desde el Estado, como lo han hecho países como Singapur, China y Japón, entre otros.
Aquí estamos de nuevo, con los mismos problemas que al principio, solo que agravados por la avaricia privada, por la pandemia de la Covid-19 y por el gobierno de la “Cuarta Transformación”.
El grave problema de la migración laboral planteado por desempleados guatemaltecos, hondureños, cubanos, venezolanos y mexicanos, entre otros, continuará sin solución y complicándose con problemas de seguridad pública.
Bajo la guía del PCCh y los principios del marxismo-leninismo, queda claro y destacado que es posible un mundo mejor en el que se combinen la posibilidad del socialismo y del desarrollo, afirmó el diputado Brasil Acosta.
Las autoridades capitalinas recordaron que aún no pueden llevarse a cabo fiestas, carnavales ni festividades pese al regreso de estas actividades.
La Escuela-Taller del Rebozo (ETR), creada durante 1953 en el municipio de Santa María del Río, San Luis Potosí, tiene el objetivo de impartir los saberes artesanales que hacen posible la supervivencia de esta prenda prehispánica.
La CIA comenzó la guerra coordinando a Al Qaeda. EE. UU. se apropió de una franja importante del norte de Siria con ayuda de Al Qaeda y el ISIS.
Este año los huitziltecos conmemoran 40 años de lucha tenaz y pacífica por el acceso al desarrollo integral y sostenido, con la guía del MAN, organización social y política liderada por Aquiles Córdova Morán.
Para que el pobre tenga derecho al fruto de su trabajo se hace necesario plantear un nuevo modelo económico, capaz de producir la riqueza al menor costo y con un eficiente reparto de dicha riqueza.
El actual pleito del presidente Andrés Manuel López Obrador con España es un anacronismo absurdo y sin sentido, que sería de risa loca si no fuera tan peligroso y potencialmente dañino para nuestra economía.
Wilman Monge se dedicaba a la ganadería y se había alejado de la política. Fue alcalde en el periodo 2018-2021 y fue abanderado por el partido del MC.
El futuro del Partido de la Revolución Democrática está en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En el contexto de la nueva normalidad post-Covid19, Washington exigirá, asimismo, una cooperación cada vez más integral que difícilmente podrá rehuir México.
Lo nuevo del neoliberalismo es que ahora los gobiernos no solo se niegan a enmendar las fallas del mercado, sino que se suman a las clases ricas para acelerar juntos la concentración brutal de la riqueza y la universalización de la pobreza.
En México sigue pendiente una reorganización de la estructura agraria que posibilite unidades de producción en escalas mayores, alcanzables no solo mediante el mercado de tierras, sino también mediante la asociación de pequeños productores.
“Las pretensiones son muy buenas... pero no dan los números. Se trata sólo de una intensión política que va encaminada al discurso de transición y transformación por parte del presidente AMLO”, afirman especialistas.
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Escrito por Ollin Vázquez
Maestra en Economía por la UNAM.