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Tan fuerte es la crisis del Covid-19 en México, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene que recurrir a cualquier otro tema mediático para ocultar las cifras de contagios y muertes que al 31 de julio, ya dentro de la “nueva normalidad”, serán de al menos tres millones 250 mil y 360 mil, respectivamente, con datos del famoso programa Centinela.
Las cifras de la semana anterior son alarmantes; el martes 14 se informó que se registraron más de siete mil contagios en un solo día; que en una semana se contaron 340 mil contagios y que, al finalizar julio, éstos rebasarán los 400 mil. Si usted, estimado lector, recuerda que las cifras deben multiplicarse por ocho, como explicó el mismo Gobierno Federal respecto al uso del programa Centinela, entonces podemos calcular que el 31 de julio habrá, por lo menos, tres millones 250 mil infectados. Es decir, estaríamos hablando de un contagio cada segundo y medio; de 320 mil fallecidos y de ocho muertos cada dos minutos, aunque la cifra, al cierre de la semana, rebasó las 40 mil defunciones.
Estas estimaciones no son oficiales, por supuesto, pero se sostienen tanto por el mismo programa Centinela como por la ausencia de una práctica sanitaria a la que el gobierno de AMLO ha renunciado: las pruebas para detectar el Covid-19, que no se han aplicado siquiera a la mitad de la población. Pero hay otro hecho que respalda los cálculos extraoficiales: muchos infectados no están muriendo en los hospitales, sino en sus casas; estas personas no tuvieron los tres o los cinco mil pesos para pagar una prueba, ni menos para recurrir a un médico o un hospital privado.
¿Hay alguna razón para dejar de preocuparse por todo esto? En la semana que terminó, el subsecretario de Salud del Gobierno Federal, Hugo López-Gatell, admitió que hay rebrotes e intentó responsabilizar a los gobiernos de los estados. Hizo esto luego de que el director ejecutivo para Emergencia Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, denunciara que muchos países, entre ellos el nuestro, iniciaron su desconfinamiento antes del periodo adecuado y con ello propiciaron la retransmisión del Covid-19. De manera cínica, no creo que exista otra palabra más apropiada, el funcionario de Salud declaró que siempre se habló del riesgo de rebrotes como consecuencia de la reanudación de las actividades o la vuelta a la “normalidad”.
La lupa de los organismos internacionales se enfoca hacia México. Por ejemplo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha recomendado que los gobiernos Federal y estatales se pongan de acuerdo en el combate a la pandemia. Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, advirtió que el mundo enfrenta “el mayor desafío sanitario del siglo y un mensaje bien coordinado es una parte importante para darle respuesta; es importante una buena coordinación entre todos los niveles de gobierno.
Pero no solo la desorganización gubernamental y el prematuro retorno a la “normalidad” –dictado cuando los contagios y las muertes no habían llegado al tope– han causado hasta ahora el avance imparable de la pandemia, sino también las erróneas y tardías decisiones que el gobierno de AMLO ha tomado desde que ésta inició. Entre ellas cabe citar su negativa a entregar apoyo monetario o en especie a la población que perdió sus empleos y tuvo que permanecer en casa, así como a su grosera indiferencia hacia los pequeños y medianos empresarios que le solicitaron respaldo financiero y prórrogas fiscales para superar la crisis. Por eso, millones de mexicanos enfrentan hoy una gravísima crisis alimentaria y económica, además de la sanitaria.
La pandemia sigue repuntando en la Ciudad de México, en el Estado de México y en prácticamente todas las entidades. Hay varios estados donde la situación se ha salido de control porque los hospitales están llenos y las muertes y los contagios se incrementan. Al gobierno mexicano le urgía activar la economía, aun al costo de una mayor pérdida de vidas humanas, porque ésta había entrado en crisis el dos de julio de 2018 y porque, en 2019, se profundizó. El Covid-19 solo agravó la crisis económica y precipitó en la miseria y marginación a millones de mexicanos. Hoy tenemos un México lleno de lágrimas e injusticias. Y para evitar los reclamos sociales e intentar ocultar esta tragedia, el Gobierno Federal impulsa cortinas de humo como los procesos judiciales contra Emilio Lozoya y César Duarte, que se anuncian como una amenaza directa contra la administración anterior.
¿Qué viene? No tardaremos mucho en saberlo. Por el momento, querido lector, es todo.
Una vez aprobada en el Senado, la veintena de reformas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) provocará más daños que beneficios socioeconómicos a millones de mexicanos.
“84 personas asesinadas al día es una cifra brutal… Estamos en un promedio de 28 personas asesinadas por cada 100 mil habitantes, una cifra fatal”, señaló Xóchitl Gálvez.
Lo que estamos presenciando en México durante este periodo electoral es la historia de siempre, solo que enriquecida con las experiencias electorales de 2018, con la campaña de promesas de apoyo con programas sociales.
Temas como obras públicas, presupuesto, transparencia, consulta pública y protección civil, en ningún fomento fueron mencionados
De aquí la necesidad de que el Gobierno de AMLO sea más responsable, un poco humano y busque la manera de generar más empleos y realmente gobernar en beneficio de todos.
La secretaria de Educación Pública (SEP) Delfina Gómez olvido destinar recursos para las escuelas que regresarán a clases presenciales el próximo siete de junio.
El alcalde de Monclova, Mario Alberto Dávila Delgado, dio a conocer que la avanzada no hizo alto y chocó contra otro auto.
La estrategia es clara: ganar el Congreso en el 2021. La táctica también es clara: usar el dinero público, las mañaneras y las redes sociales para hacer campaña.
A este gobierno le despreocupa usar de modo inteligente el gasto público; sólo busca tener dinero para comprar votos y garantizar el triunfo de Morena en 2024. Por eso proponen incrementar el presupuesto a los programas sociales.
El Producto Interno Bruto per cápita del mundo es ahora cinco por ciento más grande que en el año que inició esta administración, el PIB de México es 2.3 por ciento más pequeño.
En los últimos años hemos sido víctimas o testigos de fenómenos naturales que contribuyen a un deterioro mayor en las viviendas de las personas más humildes.
Arranca hoy el tercer mes de gobierno morenista de López Obrador y han transcurrido los primeros 60 días
México vive momentos muy sombríos. El 70 por ciento de las familias no ha tenido alimentos suficientes por falta de ingresos y porque los jefes de familia no tienen empleo.
Es necesario que la oposición partidista se unifique e intente frenar las intenciones autoritarias del Presidente.
Cada vez hay más división y AMLO prefiere que los mexicanos estén divididos, así se ha visto, por ejemplo, al agredir y atacar a las organizaciones sociales.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).